La Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) dio este miércoles un paso histórico al aprobar, en el marco de la Asamblea Universitaria, la creación de la Facultad de Medicina. La decisión formaliza la reconversión de la actual Escuela Superior de Medicina (ESM), que pasará a contar con mayor autonomía académica, independencia presupuestaria y un nuevo estatus institucional que permitirá, a futuro, la incorporación de nuevas carreras.
Este cambio, que se hará efectivo a partir del 1 de noviembre, representa una transformación significativa para la comunidad universitaria y consolida el crecimiento sostenido de la ESM, creada en 2015. Dos años más tarde, en 2017, comenzó a dictarse la carrera de Medicina y, desde entonces, la unidad académica ha formado a centenares de médicas y médicos, de los cuales 298 ya se encuentran graduados y trabajando en el sistema de salud.
Semanas atrás, el Consejo Superior de la UNMdP había tratado el informe presentado por las autoridades de la ESM, en el que se detallaba el recorrido institucional de estos años y las bases para su conversión en facultad. La presentación estuvo a cargo del director de la ESM, Adrián Alasino, quien destacó el impacto del proyecto educativo y el compromiso con la formación de profesionales de la salud.
Con la aprobación de la Asamblea Universitaria, la Facultad de Medicina comenzará una nueva etapa institucional, con facultades plenas para la gestión de sus recursos, la elección de sus autoridades y el diseño de su desarrollo académico. La decisión ratifica la solidez del trayecto formativo emprendido por la ESM y su consolidación dentro del entramado universitario marplatense.
Los pasos que llevaron a la creación de la Facultad de Medicina
En este contexto, desde Trama Educativa Radio dialogamos con Adrián Alasino, director de la Escuela Superior de Medicina y uno de los impulsores de este proceso, quien repasó los hitos y desafíos de estos años de construcción institucional. “Se hizo una solicitud de informe, donde preparamos en la Escuela un documento que narraba todos los hechos, y lo presentamos en el último Consejo Superior”, explicó. La iniciativa fue aprobada por unanimidad y habilitó el tratamiento en la Asamblea Universitaria, que terminó por convertir a la Escuela en la Facultad de Medicina.
La propuesta académica no solo creció en cantidad, sino también en impacto. Este año ya se recibieron 127 estudiantes y, según estimaciones de la institución, la cifra podría llegar a 200 médicos antes de fin de año. “Este año pasamos a ser la unidad académica más numerosa de la Universidad, con más de 6 mil estudiantes”, señaló Alasino. Y agregó que la carrera tiene una impronta comunitaria distintiva: “En el segundo semestre del primer año, el estudiante se inserta en la comunidad y desde allí tiene mucho trabajo”.
La Escuela se consolidó también como formadora de recursos humanos estratégicos. “Hay especialidades que estaban a punto de desaparecer, como Pediatría o Clínica Médica, que hoy son las más elegidas por nuestros egresados”, afirmó. Y apuntó un dato que grafica este fenómeno: “El Materno Infantil hacía 14 años que no llenaba los cupos de las principales residencias básicas, y hoy sí. Todo el impacto que se dio en el sistema de salud de la ciudad es porque ahora tienen un semillero de donde tomar médicos”.
Además del crecimiento, también hubo sorpresas. “Esperábamos mucha matrícula, pero no vimos venir la cantidad de estudiantes extranjeros, aproximadamente un 10%, porque la Universidad no tenía antecedentes en ese sentido”, contó.
Aunque estaba proyectada la apertura de nuevas carreras, el contexto económico postergó esas iniciativas: “Teníamos varias en carpeta, pero por la realidad del país creo que, al menos por dos años, esa idea va a estar afuera”, reconoció el director.
Por ende, el calendario de este año estará atravesado por la institucionalización definitiva de la nueva Facultad. Alasino detalló que, al igual que en el resto de la UNMdP, deberán elegirse autoridades: “Vamos a votar decano y a todo el Consejo Académico. Tenemos hasta el 1 de noviembre para tener todo el nuevo grupo conformado”.
A casi una década del inicio, el balance es más que positivo. “A fines de 2016 inscribimos y en 2017 tuvimos la primera clase. Fue muy emotiva, me acuerdo bien. Siempre cuento que fuimos a la sede Ayacucho y, en una de las ventanas, con un albañil, vimos cómo rompía el vidrio porque ahí iba a estar la puerta”, recordó.
Para concluir, Alasino recordó el acompañamiento de quienes hicieron posible este camino, como el ex rector Francisco ‘Pancho’ Morea: “Yo viví toda esta época y claramente hay figuras que acompañaron la carrera. Son momentos bisagra y lo primero que vamos a hacer es agradecer”.
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