En Trama Educativa Radio hablamos con Adriana Donzelli, secretaria general de Sadop provincia de Buenos Aires, sobre el Congreso de delegados y delegadas que comenzó ayer, 27 de octubre, en Mar del Plata. Nos contó sus expectativas y las áreas que se abordarán.

-¿Con qué expectativa hacen este Congreso en Mar del Plata?

La verdad que muchísima expectativa. El año pasado realizamos uno también nacional de delegados y delegadas en La Falda. Y, en esta oportunidad, la organización eligió nuestra querida ciudad de Mar del Plata, así que estaremos como marplatenses allí recibiendo como anfitriones y anfitrionas.

La idea es hacer un gran encuentro de los representantes y las representantes del Sadop en carácter de delegados y delegadas en todo el país. Juntarnos durante dos días para capacitarnos, para debatir, para pensar las políticas que hacen falta, y sobre todo para seguir consolidando esta identidad del Sadop, esta voz de las y los docentes privados para transformar favorablemente la realidad de cada día.

-¿Qué actividades se realizarán?

Va a haber gente en carácter de panelistas, dirigentes nacionales y provinciales del Sadop, además, funcionarios y funcionarias y personas del mundo académico, del mundo del pensamiento vinculado al hacer docente y al mundo sindical que nos puedan aportar la mirada teórica que necesitamos para encuadrar nuestra acción.

El encuentro es una oportunidad única para poder juntar todas las miradas, las voces, las realidades de un país tan diverso. Recordemos que el Sadop es un sindicato nacional que tiene su expresión en todas las jurisdicciones y es muy importante poder hacer este momento de encuentro para poner en común lo que nos une, para poder entender las diversidades, y a partir de allí poder tejer miradas vivas que construyan y sobre todo la agenda gremial que necesitamos. La presencia que vamos a tener tiene que ver con eso, con el ayudarnos a ver, a pensar desde el punto de vista de la conceptualización teórica pero también desde el punto de vista de la gestión el poder impulsar las políticas que los trabajadores y trabajadoras de la educación necesitamos.

-La perspectiva de género es un hito en la historia del sindicato y también del sindicalismo en la República Argentina. ¿Ustedes tienen en cuenta esto a la hora del Congreso?

Absolutamente, la perspectiva de género que caracteriza esta gestión y que es un compromiso, no es un lugar común de la gestión a nivel provincial, nacional y de las delegaciones, tiene que ver con que desde nuestro lugar de dirigentes, en el caso de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires y de Nación, pero también muchísimas delegaciones de la Provincia, están dirigidas por mujeres y esto es algo novedoso en el movimiento obrero. La responsabilidad de ponerle nuestra impronta, una impronta distinta, el poder pisar las prácticas sindicales, revisar la manera en la que trabajamos y poner el ojo en algunas cuestiones que desde nuestro lugar de mujeres trabajadoras podemos ver en particular. Ver, en el caso de la docencia que somos mayoritariamente mujeres, qué pasa con nuestra salud, qué pasa con nuestras condiciones de vida, qué pasa con las cuestiones de cuidado que recaen sobre nosotras, cómo repercute en nosotras el trabajo, y cómo fortalecer los liderazgos femeninos para que al momento de expresar las necesidades de la docencia esa representación sea cada vez más parecidas a aquellas a quienes representamos.

Entonces tiene que ver con esto, con ver el tema de los cuidados, analizar qué pasa con la violencia y sobre todo con plantearnos un estilo de conducción que promueva la democratización de las relaciones de poder y que promueva vínculos participativos, cercanos, de cuidado del otro. Creo que ahí está el distintivo que queremos agregarle a la gestión.

-¿Cómo se encuentran con los cuestionamientos que se está haciendo de un sector político en relación a las mujeres?

La verdad es que lo vivimos con mucha angustia porque creo que implica un retroceso en algunas cuestiones que nuestra sociedad ya había demandado, resuelto, había instancias a las que ya no podíamos retroceder. Y efectivamente desde algunas fuerzas políticas lo que hacen es empujarnos a llevar el debate a niveles muchos más rudimentarios. Algunos directamente a varias décadas atrás. Lo vivimos con preocupación pero desde un lugar activo, por eso desde el Sadop durante el último tiempo llevamos adelante distintos foros, espacios de debate, porque nosotros queremos discutir qué es lo que tenemos, lo que nos falta y qué proyecto de país necesitamos. Así que nos dimos una serie de encuentros para debatir estas cuestiones y sobre todo el marcar como mujeres trabajadoras, como sector importante del mundo del trabajo, cuáles son aquellas cuestiones a las que no vamos a renunciar, que no están sujetas a negociación y esto dejarlo bien planteado como un posicionamiento político bien claro.

Por eso el resultado también de la elección creo que ha sido un signo de madurez de la sociedad en cuanto a, más allá de la afinidad que se pueda tener o no con un espacio político y que es respetable, creo que hubo un mensaje claro en defensa de la democracia, en defensa de los derechos y en defensa de aquellas cuestiones que ya estaban más aseguradas. El cuidado de la niñez, el derecho de los niños a ser cuidados, a tener familias que se ocupen de ellos, el derechos de las mujeres, de las diversidades, de las personas con discapacidad, de los trabajadores y las trabajadoras a seguir progresando y a seguir ampliando sus derechos. Son para nosotros norte, son cuestiones irrenunciables así que ahí estaremos siempre defendiendo la parada, la posición. Sobre todo, estamos a 40 años del retorno democrático y creemos que hay posicionamientos que nuestra sociedad no debiera ni siquiera insinuar más porque muchas vidas nos han cobrado las prácticas dictatoriales y estamos decididos a no retroceder a esos oscuros tiempos.

-Me imagino que este Congreso va a estar atravesado por esta cuestión electoral y con algún trabajo por delante para seguir consolidando estas cosas respecto del rol del Estado

Sin dudas, el Congreso es un hecho en sí mismo, es un momento de encuentro en sí mimo. Pero también la idea es que se proyecte hacia el afuera y hacia el tiempo que viene con la capacidad de proponer y de pensar hacia adelante. ¿Cuál es el país que queremos? ¿Cuál es la provincia que queremos? En el caso de la provincia de Buenos Aires y de cada jurisdicción. Esto de la apelación a la violencia como respuesta política es algo que desde ya rechazamos y repetimos, justamente con su antítesis que es para nosotros que tanto la política como la educación son las herramientas de la inclusión, del cuidado del otro y de comprender al otro con su diversidad, con sus diferencias, como un hermano, como alguien a quien tenemos que sumar en el proyecto colectivo. Así que esto es en clave colectiva, es con mirada de género y sobre todo es con perspectiva de futuro.

Porque una de las cosas más complejas de las propuestas libertarias, además de apalear a la violencia, a ese discurso tan negacionista y tan duro, es también clausurar la idea de futuro. Es decir, que nuestro país no vale la pena, que debemos resignarnos a estar mal. Entendemos que nuestro pueblo, nuestro país, nuestra historia, nuestros muertos, nuestros próceres han dejado mucho para que sigamos pensando que tenemos un destino de grandeza, así que a construirlo en unidad y poniendo al otro en el lugar de par y no de enemigo.

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