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La cooperativa de la economía popular Mazamorra se desarrolla en la ciudad y se dedica a la realización de almuerzos económicos para toda la comunidad.

El Centro Cultural América Libre es un espacio emblemático de Mar del Plata, ubicado en 20 de Septiembre y San Martín. Este lugar, el cual fue recuperado hace más de 18 años, ha logrado que deje de ser un edificio abandonado y una esquina oscura y sucia, para transformarse en un referente de la cultura autogestiva y un centro en el que funcionan muchísimas actividades abiertas a la comunidad.

América Libre es un espacio de referencia para la cultura independiente en Mar del Plata. Fundado en 2005, ha sido escenario de talleres, actividades artísticas y eventos que combinan arte y militancia social. El centro resalta por su enfoque autogestivo y su capacidad de resistencia frente a adversidades, como el desalojo de 2007, tras el cual logró reubicarse y continuar sus actividades.

Su nombre “Centro Cultural América Libre Casa del Pueblo” se debe a la idea de que sea una casa abierta por y para la construcción de poder popular. Su objetivo es proporcionar un espacio para el desarrollo de actividades artísticas, culturales y sociales con una fuerte impronta comunitaria y participativa. “Pensamos nuestro trabajo como una forma de vida, de desarrollo y de socializar dentro de los propios miembros de la cooperativa”, comentó Martin, presidente de la cooperativa Mazamorra. 

Dentro de este funcionan varias cooperativas de trabajo que refuerzan este modelo de autogestión, como Contratapa y Praxis. Además, una de las más destacadas es la Cooperativa Mazamorra, que opera como un emprendimiento gastronómico. No solo ofrecen alimentos saludables y precios accesibles para todos, Mazamorra es un punto clave en eventos culturales, de los que suelen encargarse del servicio de comidas y bebidas. “Cuando hay eventos y vienen a tocar bandas emergentes, en algunos casos no hay una finalidad económica, pero se le brinda nuestro servicio como contraprestación, que es parte de la lógica del Centro Cultural”, contó Martín. Y agregó: “Con respecto a las demás cooperativas que funcionan en el espacio, todo lo relacionado con diseño y redes sociales, lo consultamos con Contratapa, que maneja la gráfica y la estética de América Libre”.

La cooperativa se basa en principios de economía popular, trabajando en conjunto para fomentar el empleo digno y el acceso equitativo a recursos. Sus raíces se encuentran en el Barrio 15 de Enero, donde comenzó como un emprendimiento de producción de milanesas. Hoy, Mazamorra está integrada por varias personas y funciona como un comedor popular, ofreciendo almuerzos diarios a precios accesibles para trabajadores y personas en situación de vulnerabilidad. 

Asimismo, se enorgullecen de mantener una estructura horizontal. Las decisiones se toman en asambleas semanales, promoviendo un modelo de trabajo inclusivo y participativo. “Tenemos asamblea general todas las semanas, la cual es obligatoria, y ese es el órgano de toma de decisiones del espacio. En tal caso, si surgen tareas específicas se deciden en la asamblea y los cargos jerárquicos en sí no tienen una funcionalidad real a la hora de ejecutar la cooperativa”, explicó el presidente.

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Martín Pironi, presidente de la Cooperativa Mazamorra

La cooperativa enfrenta retos importantes, como mantener un equilibrio entre lo comercial y lo cooperativo. Durante la pandemia, tuvieron que reinventarse para sobrevivir. “En ese momento teníamos un convenio de milanesas a comedores, que durante el encierro se vio beneficiado porque creció la demanda, pero que lentamente con el desfinanciamiento que sufrieron los comedores, se hizo insostenible el trabajo y tuvimos que abandonarlo”, contó el presidente. Ahora, buscan diversificar sus servicios, modernizar su infraestructura y utilizar redes sociales para aumentar su alcance.

Otra problemática a la que se enfrentaron fue la falta de gas en la cocina, lo que obligó a los integrantes a encontrar soluciones alternativas para cumplir con su producción diaria de alimentos. Además, en los primeros tiempos, enfrentaron cortes de luz que paralizaron completamente su funcionamiento. Aunque la electricidad fue restablecida eventualmente, estas carencias reflejan las condiciones adversas bajo las cuales la cooperativa se forjó.

Por otro lado, la ausencia de una figura legal constituida limitó gravemente a Mazamorra en su capacidad de acceder a subsidios, programas y planes del gobierno. Estos recursos, esenciales para pequeñas organizaciones y cooperativas, podrían haber ayudado a mejorar su infraestructura, adquirir herramientas modernas y fortalecer su capacidad operativa. “En este momento estamos esperando respuesta del Impulso Cooperativo, un proyecto de la Provincia que nos ayudaría a reforzar la infraestructura de la cocina. La idea, en un mediano plazo, sería sistematizar el trabajo de producción: que se acorten los tiempos para plantear nuevas estrategias a partir de esas nuevas herramientas”, comentó Martin. 

Sin embargo, sin el permiso de uso del espacio, la cooperativa quedó excluida de estas oportunidades, viéndose obligada a depender exclusivamente de los recursos generados por sus miembros. Esta situación no solo aumentó la carga económica sobre los trabajadores, sino que también restringió su crecimiento y posibilidades de expansión.

El aniversario número 18 del Centro, que se llevó a cabo este año, fue un ejemplo claro de su esencia: una celebración abierta al público, con entrada gratuita, que incluyó música en vivo, intervenciones artísticas, ferias y espacios gastronómicos, gestionados por la cooperativa Mazamorra. Este modelo demuestra que es posible construir alternativas culturales sostenibles, aún en contextos adversos, reafirmando la importancia del acceso a la cultura como un derecho fundamental. 

En el América Libre también se desarrollan otras iniciativas culturales, como el debut de bandas o artistas emergentes de Mar del Plata. Estos proyectos resaltan y complementan la oferta cultural y educativa del lugar, que incluye talleres, recitales, muestras artísticas y actividades que promueven los derechos culturales de la comunidad.

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