Por Nancy Fiorillo, Psicóloga y Escritora   

Los últimos acontecimientos vividos a nivel mundial, la guerra declarada entre Rusia y Ucrania y el ataque de Hamas a Israel, corren el velo de un ilusorio mundo pacifista.

    En 1932 Albert Einstein invita a Sigmund Freud a un intercambio epistolar de ideas en donde se plantea el siguiente interrogante: “¿Hay algún camino para evitar a la humanidad los estragos de la guerra?”. Otras preguntas, que también se despliegan en las cartas, vuelven a confrontarnos con las mismas disyuntivas:

Fragmento de la carta de Albert Einstein a Sigmund Freud

Caputh, cerca de Potsdam, 30 de julio de 1932

¿Cómo es que estos procedimientos logran despertar en los hombres tan salvaje entusiasmo, hasta llevarlos a sacrificar la vida?

¿Es posible controlar la evolución mental del hombre como para ponerlo a salvo de la psicosis del odio y la destructividad?

Respuesta de Sigmund Freud a Albert Einstein (Fragmento)

Viena, septiembre de 1932

¿Estoy autorizado a sustituir la palabra “poder” por “violencia”, más dura y estridente?

¿Por qué nos sublevamos tanto contra la guerra, usted y yo y tantos otros? ¿Por qué no la admitimos como una de las tantas penosas calamidades de la vida?

¿Cuánto tendremos que esperar hasta que los otros se vuelvan pacifistas?

    El carácter actual del problema nos hace caer en la cuenta de que tras noventa y un años los escollos con los que se encuentra el ser humano son los mismos.

    Ansias de poder, sometedores y sometidos, amos y esclavos en una dialéctica de eterno retorno.

    La guerra y los ataques terroristas confrontan a los individuos a vivir en un estado de alerta permanente. No se sabe qué esperar, dónde, cuándo, ni cómo. Infinidad de sucesos traumáticos serán imposibles de procesar y dejarán huella en los psiquismos de las personas. Las señales de alarma que se puedan implementar serán insuficientes en un mundo en donde lo disruptivo, el terror, no deja de presentificarse.

    La distinción entre miedo y terror no es menor. Frente al miedo el individuo, que previamente vislumbró una situación de peligro, intentará defenderse, y para ello implementará mecanismos de defensa psíquicos y físicos. Por ej.: si hay un perro ladrando en una esquina, frenará su caminar, volverá sobre sus pasos, se esconderá o cambiará su recorrido. Pero, si por el contrario, el perro irrumpe furioso interceptando de modo abrupto su camino, el terror de lo disruptivo lo dejará sin ninguna posiblidad de acción. Ese suceso inesperado no podrá escenificarse y tendrá una carga afectiva tan intensa que será imposible de procesar y, sin dudas, dejará secuelas. La pregunta insiste: ¿Hay algún camino para evitar al ser humano los estragos de la guerra?

    Hace algunos años emprendí la tarea de escribir sobre la guerra de Malvinas. En ese entonces, los recuerdos de mi niñez volvieron a traer las imágenes que llegaban desde las pantallas de los televisores a cada uno de los hogares argentinos. Ilusiones y patriotismos no tardaron en devenir en dolor y desilusión, y fueron, probablemente, el germen que motivó el inicio de mi relato. Los recuerdos seguían vivos y devolvían cada una las escenas que los entrevistados no ovidaban. Soldados, familiares y civiles dejaron al descubierto que las heridas bélicas siguen abiertas y retornan una y otra vez con carácter de actual. Fosas comunes y cuerpos no identificados impidieron el ritual del entierro y despedida, que no es ni más ni menos, que un intento de elaboración de las pérdidas.

    Nuevos enfrentamientos en el mundo muestran una vez más cómo los conflictos y la pulsión destructiva no se agotan. Otro lugar, otro conflicto, otra cultura, otros soldados, otras familias, otros civiles, un mismo dolor.      

Referencia bibliográfica:

Sigmund Freud, Obras completas, Tomo XXII “¿Por qué la guerra?” (1932) Amorrortu Editores.    

                                         Nancy Fiorillo, “La orfandad de los héroes” (2022) Gogol Ediciones.


El presente artículo refleja la opinión personal de su autor y no corresponde necesariamente a la línea editorial de Trama Educativa.

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