En Trama Educativa Radio hablamos con Facundo Álvarez, responsable de los centros de extensión de la Universidad Nacional de Mar del Plata, sobre el trabajo que realizan y su misión con la comunidad.

– ¿En qué consisten los centros de extensión?

Son una política extraordinaria que tiene la Universidad Nacional de Mar del Plata (Unmdp) desde hace 8 años, donde ésta empieza a sentir la realidad de una comunidad como la del sudoeste de la provincia de Buenos Aires.

Los centros de extensión son una política que lo que intenta es que la Universidad cumpla de una forma más acabada su misión social

Facundo Álvarez, responsable de los Centros de Extensión de la Unmdp.

Nosotros siempre decimos que los centros de extensión son este órgano que tiene la Universidad para sentir cuáles son las demandas de los territorios y de las comunidades. Así ver cómo podemos ofrecer lo que tenemos a disposición, que a veces no parece mucho y a veces parece un montón. Que más que recursos físicos, son sobre todo recursos humanos y del conocimiento, que también están en el ADN de la institución.

Tenemos un doble rol, por un lado, jugamos a acercarnos y mostrar la oferta, los trayectos educativos, las carreras, unidades académicas y todo eso que puede llegar a ofrecer la Universidad para que la gente estudie y participe. Por otro, lo que es más el trabajo de la construcción comunitaria, de ir trabajando desde estos diferentes territorios. Diagnosticando y viendo qué demandas hay y cómo nosotros podemos colaborar. Digo colaborar y no hacer porque nos presentamos como un agente más dentro de toda esta trama que busca extender y tejer la extensión desde la Universidad, aportar lo nuestro ahí.

– ¿Dónde se ubican?

Particularmente se encuentran en el Partido de General Pueyrredon, aunque tenemos presencia en General Alvarado, Balcarce, Mar Chiquita y ahora con el doceavo centro en Villa Gesell. También programamos extendernos hacia un poco más que el sudoeste.

– ¿Cómo se relacionan los proyectos de extensión con estos centros?

Tenemos actividades y proyectos de extensión, estos últimos son más amplios y las primeras son más chicas y se juega un rol de los estudiantes en la conformación que nos interesa mucho.

Son una herramienta para darle curso a estas demandas que existen en los territorios. Los centros de extensión evolucionaron como evolucionó la extensión y nos hemos ido perfeccionando con estas herramientas para poder trabajar, satisfacer o dar respuesta. Esta última es porque no siempre se logra desde la extensión satisfacer lo que se busca, pero se construye una respuesta, se da un proceso. Eso es algo que sedimenta y en un futuro esperamos que pueda germinar en algo que sea más satisfactorio.

– Entonces, ¿los centros de extensión se relacionan más con las actividades y tienen el objetivo de ayudar a la comunidad?

Lo que se busca es eso. Algunos referentes con los que nosotros trabajamos en distintos barrios y localidades nos dicen que el trabajo que realizamos es ordenar un montón de demandas que tienen las comunidades y empezar, de a poco, a tratar de darles respuestas.

– Los centros de extensión funcionan en espacios que no pertenecen a la Universidad, desde su origen están vinculados con instituciones de la comunidad ¿es así?

Si, lo que buscan es ese vínculo con la comunidad. Hay instituciones que a veces son cooperativas, escuelas, ONGs, sociedades de fomento y espacios del Municipio.

Siempre que se abre un centro de extensión no es un edificio de la Unmdp, sino que es en sociedad con algún actor interesado. Nos pasó en la zona de Sierras de Los Padres y Laguna, que lo llaman zona este rural. Una de las redes del barrio institucional demandó tener un centro de extensión, quisieron toda esa estructura e infraestructura que tiene la Universidad para trabajarlo ahí. Se oyó esa demanda y el año pasado fue el último centro de extensión del 2021 que se abrió. Tenemos un centro de extensión por demanda de la propia comunidad, eso nos gusta.

– ¿Cómo funciona el Coro Escuela y la Orquesta Escuela?

Son grandes proyectos que tienen un gran tinte musical, pero en realidad son proyectos sociales. Lo que busca es que cuando pases por la primera clase ya tengas la kinestesia con el instrumento, puedas cantar una canción, tocar algo y equiparar o igualarlos, donde cualquier cuestión social queda reducida y es totalmente horizontalizada, es el método Chascomús. A partir de tener la excusa de tocar un instrumento, o hacer algo, en conjunto se trabajan cuestiones de la comunidad que puedan surgir, entramar a las familias más allá de lo musical. La brecha etaria que puede participar es desde los 7 a los 13 años.

Hoy por hoy, tenemos un Coro Escuela muy arraigado en el centro de extensión Unión Sur, que abarca tanto el barrio San Martín como Santa Celina. Está la Orquesta Escuela de Batán, que ya está consolidada, que justo nació en pandemia y me tocó a mi verla un poco más de cerca. Es impresionante como durante ese tiempo, tanto en el coro como la orquesta, los chicos no perdieron cuando se volvió a la presencialidad, estaban todos los que tenían que estar y no se perdió a nadie. Eso habla muy bien del trabajo de los profesionales como del interés de los chicos. Ahora, estamos teniendo una experiencia en el Puerto y hacia el sur de la ciudad. Además, un objetivo de la gestión, es pensar en una Orquesta que incluya todos los instrumentos, actualmente solo tenemos de cuerdas.

– ¿Cuál es la actividad que más destacas de los centros de extensión?

Es difícil responderlo, cada comunidad tiene su propia demanda y no siempre hay cosas que pueden ser transversalizadas. Tenemos varios trabajos a destacar, hoy por hoy una de las cosas más importantes que hacemos, es el tema de la muestra educativa itinerante. Uno de los paradigmas más viejos de la extensión es que la Universidad se abría a la comunidad, pero esta era la que se tenía que acercar. Ahora es al revés, todo lo que sucede es en el territorio y nos parece importante. Las muestras educativas itinerantes, además de la central, se realizan en cada centro de extensión donde se invita a toda la comunidad escolarizada, que pertenece a otros proyectos, y a los propios vecinos a que conozcan un poco la Universidad. Obviamente, nosotros ponemos el acento en difundir la oferta académica, pero también mostramos los proyectos de extensión, lo que se está haciendo en el barrio y las instancias de participación que están abierto a vecinos.

Enriquece esto que pregonamos desde la extensión critica, desde el diálogo de saberes y la economía de saberes. Son cosas que a nosotros no entusiasman mucho

Facundo Álvarez, responsable de los centros de extensión de la Unmdp.

Recuerdo, más allá de las orquestas, todo un trabajo identitario que se desarrolló en Batán, en el sudoeste, lo que es Las Heras y Autódromo. Particularmente en esta segunda hay un asentamiento que se le llama “La Comarca” que está la Universidad trabajando fuertemente para abrir las calles, dar asistencia, trabajar las propiedades de la tierra de esas personas. Y es la Universidad a partir de la disciplina y la interdisciplina que está ahí tratando de colaborar con las personas de los merenderos y los vecinos que no reciben agua o que no puede entrar la ambulancia y es significativo, es algo muy interesante.

Hay muchas cuestiones, hay un eje por ahí transversal que estamos trabajando todos que es la cuestión de lo ambiental y la sustentabilidad, algo que lo vemos con ese ojo que todas nuestras acciones tengan a la sustentabilidad como un eje que nos rige.

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