Expertos infectólogos, pediatras y representantes de Salud y Educación de la Nación recibieron preguntas de docentes y familias a través de redes sociales, en un panel donde compartieron miradas y recomendaciones para que, en medio de la segunda ola, “las aulas continúen siendo un lugar seguro a través de la aplicación de protocolos”.

De la mesa de diálogo formaron parte, Gabriela Bauer, Directora de Salud Perinatal y Niñez de la Dirección Nacional de Abordaje por Curso de Vida de la subsecretaría de Estrategias Sanitarias de la Secretaría de Acceso a la Salud; Rosa Bologna, Jefa del servicio de Epidemiología e Infectología del Hospital Garrahan; Angela Gentile, Infectóloga y epidemióloga pediátrica, integrante del Comité Nacional de Infectología SAP; y Omar Tabacco, Presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría.

Los especialistas acordaron que la presencialidad en las aulas es segura con la aplicación de protocolos y que la escuela debe ser sostenida como espacio priorizado, para garantizar los aprendizajes, y contener el impacto subjetivo de la pandemia.

El ministro de Educación, Nicolás Trotta, declaró: “La discusión no es presencialidad sí, presencialidad no; las restricciones no pueden empezar por la escuela cuando la evidencia demuestra que son espacios seguros y necesarios para acompañar a nuestras niñas y niños.



En esa misma línea, la representante del ministerio de Salud, aseguró que las actividades que presentan una mayor circulación del virus “son aquellas relacionadas a lo social, las que muchas veces ocurren después de la escuela. Cuando los protocolos son cuidados, sabemos que la probabilidad de contagio es mucho menor”.

Por otra parte, Trotta afirmó: “Si tiene que haber una disminución de presencialidad en las escuelas por la segunda ola de coronavirus, no debería implicar la suspensión absoluta, puede restringirse en aquellas zonas que presenten mayor complejidad como aporte a la baja en la circulación, siempre considerando la menor unidad geográfica posible”.

Asimismo, Omar Tabacco, enfatizó que los chicos y chicas no son especiales transmisores, y que el aumento de contagios en las escuelas, está por debajo de la media del crecimiento a nivel poblacional. Por ello, “la escuela debiera ser el primer lugar que se abre y el último que se cierra”.

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