Una estudiante de segundo año de la Escuela Superior de Medicina, la cual forma parte de la Universidad Nacional de Mar del Plata, contó cómo se vivió el ciclo lectivo 2020 desde el lado de los estudiantes de esta carrera.

-¿Cómo actuó la institución cuando se informó el comienzo de la cuarentena?

Primero que nada, somos una escuela porque no tenemos estudiantes graduados, y por lo tanto, tampoco tenemos órgano de cogobierno. Así que la comunicación entre autoridades, docentes y estudiantes fue bastante complicada.

Al comenzar el año nos modificaron el plan de estudio, sin previo aviso, una semana antes de la inscripción a las materias. Luego, nos enteramos de la cuarentena por medio de un comunicado que hizo la Universidad, y estuvimos más de un mes esperando por novedades, ya que no recibíamos ni contenido académico, ni ningún mensaje por parte de la Escuela.

-¿En qué momento les informaron que no iban a poder rendir materias este año?

Más o menos a fines de abril comenzamos a recibir clases grabadas, pero sólo de algunas cátedras. La realidad es que no se notó un control por parte de la gestión de cómo tenían que ser las cosas, parecía que quedaba a gusto de cada uno dar o no clases, y cómo darlas.

Así el tiempo siguió pasando y nos empezamos a acercar a las supuestas fechas de parciales, las cuales habían sido dadas antes del comienzo de la cuarentena.

Se empezó a insistir mucho a los docentes, al rector, al vicerrector, y a la gente del centro de estudiantes por respuestas. Entonces se hizo un vivo de Instagram con el rector y la presidenta del centro de estudiantes, en el que se confirmó que no habría parciales ni finales virtuales porque se consideraba imposible poder evaluar los contenidos y los conocimientos de los estudiantes por medio de la virtualidad.


-¿Qué te generó el hecho de sentir que realmente era un año perdido?

Cuando siguió pasando el tiempo, nosotros nos empezamos a desesperar, y el rector nos informó que si en septiembre no volvíamos a la presencialidad, entonces nuestro año académico estaba en juego.

Fue algo bastante frustrante y desmotivante, me hizo llorar muchas veces, el hecho de estar estudiando para que no haya ninguna respuesta al respecto. O capaz estábamos estudiando para perder el año y tener que estudiarlo de nuevo el año que viene.

Encima desde agosto hasta octubre el rector no brindó ninguna información, porque obviamente no pudimos volver en septiembre. Los docentes ponían la cara y estaban en la misma situación que nosotros, nadie tenía respuestas.

-¿Cuándo fue que se decidió volver a evaluarlos?

A fines de septiembre se empezó a rumorear que íbamos a rendir exámenes virtuales porque los docentes se lo habían dicho a algunos alumnos, pero no era nada seguro. Con tanta incertidumbre yo había dejado de estudiar, y ahí ya me empecé a preocupar, tuve que empezar de nuevo.

Hasta que en un momento los docentes confirmaron que se iban a rendir parciales virtuales. Pero no teníamos fechas exactas, solamente sabíamos que a fines de octubre teníamos que rendir.

Igualmente, en un año normal tenemos que rendir 3 parciales en las materias anuales, y 2 en las cuatrimestrales. Ahora estamos rindiendo 2 y 1 respectivamente.

-¿Cómo fue el proceso de volver a rendir parciales y finales?

Como la decisión de rendir parciales virtuales se tomó en octubre, tuvimos que dar todos en un mes, obviamente el problema más importante fue que todos los exámenes estaban muy juntos.

Pero también tardaban en comunicarnos las fechas, por ejemplo, nos decían “La semana que viene parcial”, y el mismo día que rendíamos, nos avisaban que tres días después era el segundo examen de esa misma materia.

Además, muchas de las condiciones que nos ponían resultaban ajenas a nosotros, no podíamos tener problemas con el wi-fi porque si la cámara se desactivaba aunque sea un segundo, íbamos directo a recuperatorio.

-¿Crees que esas evaluaciones podrían haberse reanudado antes?

Sin dudas podrían haber sido en su debido momento, yo lo considero como un capricho que tuvo el rector centrándose en la vuelta a la presencialidad, sin considerar la necesidad y la posibilidad de rendir online.

La facultad bajo ningún punto de vista tuvo buena comunicación con los estudiantes, ni con los docentes. Los docentes más de una vez nos informaron que estaban en la misma situación que nosotros.

-¿Y cómo les informaron del regreso a las prácticas de laboratorio?

Primero que nada, nos enteramos por medios de comunicación, porque el rector se lo confirmó primero a un diario online de la ciudad.
La fecha que se dijo en un principio no se cumplió, y los protocolos cambiaron a medida que pasaron los días. En total nos comunicaron 3 protocolos, y el de la facultad es distinto al que propone cada unidad académica.

Fue bastante difícil volver, de hecho, el protocolo dice que debería haber una persona cada 2 metros cuadrados y la realidad es que eso no se respetó. El espacio es muy reducido en el establecimiento que tenemos, y en un aula teníamos que entrar mínimo 24 personas.

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