Por Abigail Bachman
Tesista y Becaria de la Licenciatura Ciencias de la Educación. Adscripta a la cátedra de Didáctica General UNMdP, donde está la radicada la Beca. Integrante del GEIE y participante de los proyectos de extensión e investigación de la misma cátedra. Docente del “Programa para la promoción y el fortalecimiento de Centros Socioeducativos y Comunitarios en Barrios Populares” de MdP. Contacto: abiibachmann@gmail.com
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Como integrante del Grupo de Extensión en Innovación Educativa (GEIE) de la cátedra de Didáctica General, me propongo traer un pequeño acercamiento de mi primera investigación como becaria de la UNMDP. Esta reflexión surge del grupo y proyecto de extensión de la cátedra de Didáctica General de la Universidad Nacional de Mar del Plata al que he pertenecido durante tres años consecutivos, llamado “Contextos diversos donde habitar la enseñanza. Innovación en las prácticas educativas en contextos de encierro”. Dicho proyecto se lleva a cabo en el CENS N° 470, ubicado en el Servicio Penitenciario de la ciudad de Batán, y busca crear un espacio para compartir voces y experiencias que abran nuevos caminos en el ámbito educativo.
En este artículo invito a adentrarnos en este contexto educativo, reconociendo las voces y experiencias de las y los docentes que desarrollan allí sus prácticas, para analizar los modos en los que éstos construyen sus prácticas de enseñanza, como así también poder reconocer de qué manera logran promover aprendizajes y nuevas posibilidades socioeducativas para los estudiantes.
En primer lugar, es importante destacar que cuando nos referimos a la educación en contextos de encierro, nos encontramos con dos instituciones que convergen en paralelo: el sistema educativo dentro del servicio penitenciario. Tal como señalan Vivas Arce y Zapata (2018), en los últimos años los servicios penitenciarios de Argentina han tenido cierta apertura para el ingreso formal de organizaciones sociales e instituciones, especialmente en línea con las leyes de ejecución penal que promueven la integración social de los estudiantes en contextos de encierro. Por ese motivo, las actividades desarrolladas por los proyectos de investigación y extensión universitaria tienen un papel cada vez más relevante.
En este sentido, al comenzar las observaciones y entrevistas con los y las docentes que vengo realizando a través de esta investigación, surge en cada relato el fuerte compromiso e interés que deben mantener en este contexto particular. No debemos perder de vista que, en este marco, los estudiantes tienen el mismo derecho a la educación y al trato que cualquier otro, por lo que, por ejemplo, nunca son llamados internos, carcelarios, presos, u otros similares: son estudiantes.
Asimismo, es destacable que dentro del contexto de encierro siempre es preciso realizar prácticas pedagógicas que permitan sostener intercambios significativos entre los docentes y los estudiantes (Kap, 2022, 2018; Parchuc, 2015). En ese entorno se comparten palabras, pero también saberes, conocimientos y experiencias que impactan tanto dentro como fuera del aula. Las y los docentes buscan constantemente promover puntos de encuentro con sus estudiantes, con miradas, palabras, y también mediante la escucha atenta y respetuosa.
Frente a ello, Perrupato (2020) ha observado que las circunstancias y experiencias socio-culturales por las que atraviesan los estudiantes muestran la necesidad de implementar estrategias innovadoras. En este sentido, Martel y Pérez Lalli (2007) afirman que la educación en contextos de encierro es fundamental para llevar a cabo la función socializadora de los actores involucrados, y plantean que la noción de lo educativo debe ser entendida como un proceso de múltiples interpelaciones con interacciones comunicacionales.
De las narraciones de las y los docentes se desprende cómo al realizar allí sus prácticas, se enfrentan al desafío diario de implementar estrategias y recursos de enseñanza innovadores mientras abordan los contenidos de cada área. Las tensiones que surgen en este ámbito se centran en la subjetividad y la experiencia docente, especialmente cuando es necesario adaptar los diseños educativos tradicionales a las circunstancias particulares de este entorno. Los y las docentes intentan dar nuevos sentidos a sus propias prácticas, siempre atravesadas por dinámicas institucionales particulares, el campo disciplinar y, muy especialmente, por la fuerte dimensión afectiva que constantemente los/as interpela. Además, no podemos minimizar el impacto de las tensiones en los espacios debido a la presencia de las fuerzas policiales, el ejercicio de poder y la violencia (simbólica, verbal) en contra de los estudiantes.
Por estos motivos, considero junto con Martel y Pérez Lalli (2007) que la escuela dentro de este espacio excede la mera acreditación de un título, debido a que los estudiantes son convocados por motivos más amplios que los que aparecen en los diseños curriculares. Los docentes del CENS N° 470 priorizan el enfoque crítico y democrático en sus prácticas educativas, buscan cuestionar los sentidos hegemónicos sobre la docencia, tratando de renovar e inquietar los interrogantes sociales, educativos y políticos presentes en este contexto. Por mi parte, como investigadora, intento fomentar el diálogo reflexivo, colectivo y crítico que potencia la reconstrucción democrática en la práctica docente (Perrupato, 2020). Se trata, en última instancia, de lo que Scarfó y Castro (2016) llaman a la educación como práctica de libertad, donde la intervención docente permite la producción de nuevos aprendizajes, pero también hacer valer otros derechos que les pertenecen a esos estudiantes como ciudadanos/as (Kap, 2021).
Tal como he observado, diversos autores afirman que dentro de las cárceles la escuela es presentada como un espacio propio y específico donde se puede pensar en una sociedad más justa, solidaria y co-construida. Asimismo, en los diálogos establecidos con las y los docentes del CENS N°470 he notado que en sus prácticas priorizan el hecho de poder problematizar, desde una mirada crítica y democrática, la educación. En otras palabras, intentan construir una escuela que no se enfoca (solamente) en la obtención de un título, sino que representa un espacio propio y específico para pensar en una sociedad más justa y solidaria, buscando renovar e inquietar los interrogantes sociales, educativos y políticos presentes en este contexto. En ese sentido, son una enorme inspiración para quienes nos planteamos la posibilidad de pensar la enseñanza como una práctica socialmente situada y comprometida con la realidad.
Bibligrafía:
- Kap, M. (2021). “Las prácticas de enseñanza emergentes y el derecho a la conectividad”. En: Enlace Universitario, 16(45), 7-8.
- Kap, M. (2022). “Tiempos híbridos: escenarios educativos emergentes”. En: Koreck, A. y Vogler, R. (2022). Psicoanálisis Educación. Buenos Aires: Fundación del campo freudiano en la Argentina. Cuadernos del ICdeBA
- Martel, X. y Pérez Lalli, F. (2007) Una grieta en el muro. La escuela en las cárceles. La Plata, UNLP. Messina, (2015) “Educación en contexto de encierro como pauta de resociabilización”. Revista Pensamiento Penal.
- Parchuc, J.P. (2015) La Universidad en la cárcel: teoría, debates, acciones. Programa de Extensión en Cárceles (FFyL, UBA). Redes de Extensión, Vol 1.
- Perrupato, S. (2020) La relación entre teoría y práctica en el campo de la didáctica. Reflexiones pretéritas y proyecciones actuales. Paideia Nº 67, pp. 117-139.
- Scarfó, F. y Castro, J. (2016) Estado, educación y cárceles. Revista Anales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. UNLP. Año 13.
- Vivas Arce, y Zapata (2018) Desafíos de un proyecto de extensión universitaria en contexto de encierro. XXII Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación. La Plata.
El presente artículo refleja la opinión personal de su autor y no corresponde necesariamente a la línea editorial de Trama Educativa.