Entrevistamos al Vicerrector de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Daniel Antenucci, para hablar sobre las novedades en materia de educación en la virtualidad y las iniciativa solidarias impulsadas por la Casa de Estudios.

Escuchá la entrevista completa en el siguiente link.

— ¿Cuál era tu diagnostico cuando comenzó la cuarentena en este contexto de enfrentarse a una nueva forma de tener que dar clases desde lo virtual?

Pasaron muchas cosas en ese momento porque estábamos por empezar la feria internacional de educación diez días antes de declarar la pandemia, ya me venía adelantando a lo que pasaba en el mundo por lo cual ya los primeros días de marzo me la veía venir. Esos diez días antes de que se decretara la cuarentena decidimos suspender FIESA, iba evolucionando rapidísimo todo.

Nosotros no estábamos en un nivel de virtualidad grande en la universidad, pero teníamos las expectativas de que rápidamente la universidad tuviera la capacidad de afrontar un escenario de incertidumbre. Y las expectativas se cumplieron, todo lo que se pudo pasar a virtual se pasó, los docentes rápidamente se adaptaron. Pero este rápido reaccionar hizo tener la mayor cantidad de clases activas y que no se perdiera el año.

¿En que estado quedó FIESA?

FIESA se pospuso para marzo del 2021. Pero para mantener la llama viva de FIESA propusimos desde nuestra universidad, en conjunto con la Universidad Nacional de Cuyo una serie de webinarios. Vimos la oportunidad de hacer una serie de webinarios durante todo el año que van a empezar el 2 de junio. Esa iniciativa  tuvimos para continuar y para aportar a todo el sistema, porque justamente ese nicho estaba vacante y era importante para nosotros como sistema nacional que no quede afuera de todo el escenario regional y global.

Estamos trabajando arduamente, tratando de también de generar una propuesta diferencial respecto a la cantidad de oferta de webinarios que hay. Nosotros estamos intentando ver más allá del pandemia, cómo va a modificar el escenario de la educación en el mundo y en la región en particular, y qué va a resultar de este híbrido entre la educación presencial y la educación en la virtualidad.

— ¿Esos webinarios van a requerir una inscripción adicional o serán abiertos?

Van a ser abiertos y van a tener algunas actividades para los específicamente inscriptos. Desde la semana que viene van a poder acceder a la pagina y como toda plataforma, requiere algunas cuestiones que tienen que ver con la seguridad en la inscripción. Pero las conferencias van a ser abiertas y algunos talleres de internacionalización si van a ser cerrados, solo para los inscriptos a FIESA.

— ¿Cuál es la situación de los alumnos extranjeros en el país y los argentinos en el extranjero?

El sistema nacional tienen 1400 estudiantes afuera. Las universidades no tenemos ninguna prorrogativa sobre los estudiantes, todo está centralizado en cancillería y en los consulados en los países donde están los estudiantes. En el caso nuestro los estudiantes se tienen que anotar en los consulados para poder hacer el reingreso al país y los consulados los van llamando a medida que van estructurando la vuelta en un orden de prioridades.

Nosotros estamos en contacto permanente con las universidades donde están nuestros estudiantes, damos apoyo permanente. Tuvimos que cambiar muchas dinámicas administrativas, antes a la gente que es de afuera se le extendía cheque porque no tenían DNI para sacar una cuenta en el banco y ahora tuvimos que articular con el banco y con migraciones para que acepten pasaporte para abrir cuentas. Es increíble la cantidad de ajustes que hay que hacer y el tiempo que llevan, porque tienen que ver con leyes, con ley de administración financiara, que uno no puede infringir.

— ¿Cómo se está trabajando en la universidad para brindarles apoyo a aquellos estudiantes que no pueden acceder a la educación mediante la virtualidad?

La inequidad en la educación no es nueva, lamentablemente hay chicos que no pueden acceder a una plataforma, pero también habían chicos que cuando hacíamos presencial no tenían plata ni para subir a un colectivo. Creo que la educación digital permite que algunos chicos que no podían acceder por diferentes realidades ahora pueden hacerlo. Por otro lado, es un avance en la descompresión de la infraestructura, en un país donde la inversión en infraestructura estuvo caída, no pudimos ampliar nuestras aulas y la matricula aumenta, esto tiene implicancias importantes a la hora de decidir si volvemos a clases.

No somos Alemania ni Francia, tenemos aulas desbordadas. Hay inequidades existentes de toda naturaleza en el sistema, la inequidad digital es una nueva que se suma a esto. Lo que tratamos de hacer es tener un registro de esos estudiantes que no pueden acceder y abonarles becas de datos y también aquellos que no tengan acceso al aparato tratar de acercarlos a una tablet desde la universidad, en eso estamos trabajando para que no queden excluidos. Hay también cuestiones que tienen que ver con las zonas de alcance de la señal de las telefónicas en general ,también se ha trabajado con las telefónicas a nivel sistémico para que los dominios preestablecidos tengan acceso sin consumo de datos.

— ¿Cómo ves el retorno a clases para los alumnos, docentes y directivos?

En términos epidemiológicos es difícil, porque las dinámicas en cuanto a la reuniones, incluidas las clases con mas de diez personas, rompen la dinámica de cuarentena totalmente. Entonces desde lo epidemiológico como dijo Trotta, hasta que no haya una vacuna no podemos volver a la normalidad de la presencialidad. Ahora hay otras circunstancias que son políticas,  económicas y sociológicas que uno no puede prever, en ese sentido se ha presentado una propuesta para que administrativamente con un protocolo y grupos de investigación se pueda volver a trabajar presencialmente. No las clases porque ameritan una estructuración de parte del ministerio de educación en cuanto a protocolos generales. Pero las dinámicas de las partes administrativas y de la parte de investigación son distintas en todas las universidades, con lo cual cada universidad puede hacer un protocolo.

No depende de nosotros, si bien las universidades son autónomas y autarquicas, si no está incluida la actividad en los decretos, por ejemplo, los seguros no corren, las responsabilidades civiles la tendría que tomar la gestión. Si uno abre la vuelta a la universidad el transporte publico es un cuello de botella también.

— En estos días se habló de un estudiante de ciencias exactas que destacó y pudo ser aquel que ayudó a sus compañeros a partir de un trabajo que hizo a través de su netbook, la cual recibió gracias al programa de conectar igualdad ¿Qué reflexión te merece eso?

La reflexión que me merece en general es que no podemos seguir en la educación del siglo XII si no tenemos conectividad digital y los estudiantes no tienen plataformas para esa educación digital. Estamos hablando de que en estos cinco años que vienen el 60% de las profesiones que existen van a desaparecer y otro tanto va a aparecer y van a ser nuevas, en ese contexto también aparecen las utilización de nuevas tecnologías.

Si nosotros a nivel educativo y en todos los niveles no accedemos al alfabetismo digital que involucra que los chicos tengan la computadora como útil corriente no vamos a avanzar en términos educativos. Obviamente eso no alcanza, también es necesario que muchos docentes se instruyan y pasen a un fuerte alfabetismo digital. En ese escenario hace falta una fuerte alfabetización del uso de herramientas informáticas y de nuevas tecnologías.

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