Con el objetivo de promover la recuperación, reutilización y reciclado de desechos textiles, más de diez instituciones del Partido de General Pueyrredon lanzaron la encuesta “SCRAP” destinada al sector industrial textil de Mar del Plata y Batán.

La iniciativa es acompañada por el Centro de Apoyo a la Transferencia de Tecnología (CATTEC) de la Universidad Nacional de Mar del Plata (Unmdp), que tiene por objetivo identificar las necesidades de empresas locales y trabajar conjuntamente en el uso de las capacidades tecnológicas y de innovación de la Unmdp para colaborar en la resolución de los desafíos técnicos. En este caso puntual, explicaron que el circuito productivo que atraviesa una prenda o textil genera a diario un volumen de descarte que “podría representar una oportunidad de acción social, económica y ambiental”. Por ello, en medio de un “cambio de paradigma” trazado por formas de producir y consumir «más responsables», desde el equipo de profesionales que desarrollan la propuesta, destacaron que minimizar los desechos textiles, recuperarlos, reutilizarlos o reciclarlos podría “favorecer un círculo virtuoso” y el reposicionamiento de empresas locales frente a las demandas de nuevos consumidores y exigencias del mercado.

En ese marco, con el objetivo de identificar las necesidades del sector para acompañar e impulsar una transición hacia la economía circular, se lanzó la encuesta “SCRAP” destinada a empresas o emprendimientos de Mar del Plata y Batán que se dediquen a la fabricación o confección de productos textiles. Los datos suministrados, confidenciales, serán utilizados con fines investigativos para ampliar el conocimiento sobre sus necesidades puntuales y establecer estrategias futuras.

La iniciativa es impulsada por la Secretaría de Desarrollo Productivo e Innovación de la Municipalidad de General Pueyrredon, el Laboratorio de Ensayos y Certificaciones de Materiales Textiles (FAUD-CTMDP), el Centro de Investigaciones Proyectuales y Acciones de Diseño Industrial (CIPADI – FAUD), el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA) y el Centro de Apoyo a la Transferencia de Tecnología (CATTEC-Textil)

En este sentido, nos comunicamos con Marta Morales, diseñadora industrial, que forma parte del equipo que realizará las encuesta, para conocer más sobre los objetivos del proyecto y los beneficios ambientales que traería la reutilización de los desechos textiles.

-¿Cómo surgió la realización de la encuesta? ¿Qué objetivo tiene la iniciativa?

La encuesta surge a partir de reconocer que Mar del Plata y Batán albergan un importante polo textil, donde cada industria genera una cantidad de residuos sólidos posindustriales. Estos son aquellos que derivan de los propios circuitos productivos e internacionalmente reciben el nombre de SCRAP.

Los datos respecto a los residuos textiles que se generan en Argentina de por sí, son escasos. En la Ciudad de Buenos Aires, según la Agencia de Control Ambiental, la friselina es el único tejido recolectado por los puntos verdes. En el ámbito local, en la Planta de Separación y Clasificación de Materiales (PSCM), y solamente cuando la Cooperativa CURA realiza acuerdos con algún comerciante, se recupera, compacta y acopia nylon, pero no existen hasta la actualidad datos en relación a otros materiales. Por esta razón, consideramos que este instrumento permitirá conocer cuáles son los insumos mayoritarios que se utilizan, cantidades, composiciones, descartes, si se reutilizan o no, entre otros. Además, facilitará la detección de otras dificultades y oportunidades a partir de entrevistas personales complementarias con los empresarios del sector. 

Para poder llevar a cabo este desafío, conformamos un equipo de trabajo dentro del ámbito de la Universidad Nacional de Mar del Plata, integrado por cuatro diseñadoras industriales especialistas en textil e indumentaria que trabajamos desde hace varios años en docencia, investigación, producción, vinculación y transferencia. Se trata de poder contribuir, desde nuestro rol profesional, acompañando e impulsando a la industria textil e indumentaria local, hacia un ecosistema circular virtuoso, que permita la revalorización del SCRAP, la posibilidad de alimentar otros circuitos productivos locales, y a la vez generar un impacto social, ambiental y económico positivo.

-¿Qué se podría implementar, aparte de crear objetos con desechos textiles, para reducir este tipo de desperdicio? ¿Qué beneficios traería para el medioambiente?

Para reducir este desperdicio, es fundamental, en principio, fomentar la separación de residuos en origen. Se debe promover la educación ambiental y capacitación del personal que está involucrado con el circuito productivo de la empresa. En la mesa de corte donde el o los operarios interactúan, es importante implementar una serie de contenedores bien rotulados, donde se describe de manera sintética y precisa el tipo de material que albergará. Todos los materiales que se recuperen en cada contenedor deberán tener la misma composición así se facilita, en una instancia posterior, su clasificación por tamaño. Es importante considerar un lugar de acopio, semanal o mensual, y tener en claro si estos materiales recuperados van a ser reutilizados por la misma empresa para diseñar otra línea de producto, o si serán comercializados para que algún emprendimiento pueda aprovecharlos. Los retazos más pequeños pueden ser utilizados como material de relleno de accesorios textiles y/o ser destinados a una empresa batanense que produce trapos de limpieza, o a otros proyectos que se están comenzando a desarrollar en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Mar del Plata (FAUD UNMdP).  

Consideramos que, para empezar a transitar hacia un ecosistema circular en Mar del Plata – Batán, es necesario conocer muy bien las particularidades de su entramado productivo. Si bien existen herramientas y estrategias que proponen y promueven organismos globales, estas a menudo no funcionan cuando se las implementa en otra sociedad, con modelos y escalas productivas diferentes, y una cultura que dista mucho de la europea o norteamericana. Tener una mirada crítica al respecto nos permitirá dialogar, discutir y consensuar con los distintos actores del ecosistema para lograrlo.

Desde una mirada global y biocéntrica, urge la necesidad de reconocer que los procesos productivos para la obtención de fibras, hilos, hilados, tejidos, y prendas, utilizan cantidades ilimitadas de agua, energía y productos tóxicos derivados del petróleo. La manipulación y emisión de estas sustancias al interior de la fábrica, deriva en la afectación de la salud de los trabajadores. Luego, el ciclo de uso y descarte provoca fibras y microfibras, gases de efecto invernadero en la atmósfera, y el vertido de efluentes en cuerpos de agua, impactando en toda la biodiversidad.

Por lo tanto, es necesario un cambio de paradigma que mire toda la cadena de valor de un producto textil-indumentaria, considerando el ciclo técnico de los recursos materiales, y el ciclo biológico de los bienes comunes involucrados en cada proceso.

Tratamiento de desechos textiles: lanzan una encuesta dirigida a empresas locales

-¿En otros lugares del país se están tomando medidas para la reducción de estos desechos?

Sí, en algunos lugares, aunque a veces no se conoce acerca de la continuidad de la propuesta, y si los residuos que abordan son los postindustriales (derivados de los procesos productivos en fábrica) o posconsumo (derivados de prendas en desuso) .Por ejemplo, en 2022 la municipalidad de Córdoba implementó un Centro Verde de Telas dedicado exclusivamente al acopio de materiales de descarte textiles. Además, lanzó un desafío “Retazo Sustentable», con el objetivo de crear ropa, marroquinería y accesorios circulares a partir de residuos textiles, reduciendo el impacto que ocasiona la industria de la moda.  El programa “Con Retazos”, que promueve el municipio de San Isidro, Buenos Aires, propone la utilización de los materiales obtenidos a partir de los desperdicios textiles de empresas y comercios, para elaborar bolsas de compra, teniendo un doble impacto ambiental y social, a través de la creación de empleo para mujeres costureras.

Se conocen, por otra parte, varios emprendimientos que recuperan residuos posconsumo en diferentes puntos del país. Tales son los casos de “Cazaparaguas”, que gestiona la recuperación de paraguas rotos, los recicla y confecciona anoraks, “Biótico” que produce  textiles a partir del reciclado de sachets de leche, “Proyecto Hattori”, que produce marroquinería sobre la base de plástico reciclado, pero en el proceso utiliza también descartes textiles y cámaras de bicicleta en desuso, “Conciensus” que diseña productos de marroquinería  a partir de la recuperación de materiales de distintas industrias que van a ser descartados (telas, lonas, entre otros), entre otros.

Además, existen empresas como MatexSur Antonio Porpiglia S.A, que elaboran trapos de limpieza a partir del reciclaje de todo tipo de desechos textiles, “Raüni Sustentable” que utiliza descartes textiles para elaborar rellenos de almohadones, Arredo con el “Proyecto Orillos”, TN Platex, que fabrica hilados sustentables a partir del desperdicio que se genera en confección, y Le Uthe con la colección “LUT R3” elaborada a partir de algodón reciclado.

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