Por Yesica Fruinque, Estudiante avanzada del Profesorado y la Licenciatura en Ciencias de la Educación.

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«La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.» – Nelson Mandela

Como integrante del Grupo de Extensión en Innovación Educativa (GEIE) y desde la cátedra de Didáctica General de la Universidad Nacional de Mar del Plata, me sentí movilizada e incentivada en este contexto actual de lucha por la educación pública para compartir mi experiencia como extensionista en Contextos de Encierro.

La actividad de Extensión, llevada a cabo en el año 2023, tenía por finalidad la construcción colectiva de prácticas de Enseñanza Innovadoras en la formación para el trabajo en Contextos de Encierro, transformando así, las formas de enseñanza que se venían desarrollando en los diferentes talleres del Centro de Formación Laboral 408, ubicados en la Unidad Penal de Batán. A este centro concurren estudiantes de diferentes edades que buscan mejorar sus competencias y habilidades para facilitar su reinserción social. Dentro de este grupo, encontramos una variedad de niveles educativos, desde aquellos que están cursando la educación básica hasta aquellos que buscan formación técnica especializada. Esta diversidad refleja la complejidad de las trayectorias educativas dentro del sistema penitenciario y resalta la importancia de programas educativos adaptados a las necesidades individuales de los estudiantes en contextos de Encierro.

Como educadora y extensionista, debo admitir que trabajar en este contexto es una experiencia que me apasiona, sin intención de romantizar la expresión. El desafío es verdaderamente imponente, siento que llevo conmigo un poco de aroma a libertad para aquellos que se encuentran privados de ella. Entrar allí no es tarea sencilla, los requerimientos burocráticos pueden resultar desalentadores, pero una vez que logro adentrarme en el encierro, me veo envuelta en un mundo de sonidos que parecen aprisionar(me): llaves, timbres, rejas; llaves, timbres, rejas, una y otra vez, hasta que logro sumergirme en ese silencio que parece ahogar todo a mi alrededor. En ese momento, siento que mi cuerpo se convierte en el único espacio de resistencia, en el único vehículo que me permite sentir la libertad, ya que puedo elegir moverme mientras ese pasillo interminable se extiende ante mí y las rejas se pierden en la distancia.

Es preciso construir una sociedad más humana e igualitaria, recuperando para la vida y la comunidad aquellos/as excluidos por la desigualdad y la pobreza. Habitualmente los contextos de encierro entendidos como dispositivos de castigo no contribuyen a este fin. El aparato criminalizador se convierte en una maquinaria poderosa, por lo cual es necesario, en el caso de los educadores, intervenir con metas emancipatorias, encontrar fisuras donde impactar de manera significativa en la producción de sentidos de las personas privadas de la libertad. Por este motivo, pensar prácticas de enseñanza innovadoras y transformadoras en contextos de Encierro, se convierte en una necesidad que implica la confrontación de numerosos desafíos.

La Ley Nacional de Educación N° 26.206 en el capítulo XII sobre Educación, contempla la Educación en contextos privados de la libertad como un derecho de todas las personas para la promoción de su formación integral y desarrollo pleno. Esto significa que la educación en contexto de encierro (ECE) tiene lugar en las escuelas que funcionan al interior de otra Institución, una Institución total, en este caso, la cárcel. En este sentido, la Ley de Ejecución de pena privativa de la libertad N°24.660 en el capítulo VIII sobre Educación y sus posteriores modificaciones han ido en la búsqueda de la mejora para garantizar este derecho, aplicando incentivos, algunos de estos incentivos son los talleres brindados que tuve la posibilidad de observar.

Uno de los talleres en los que se eligió intervenir fue el de Panadería, que se lleva a cabo en la Unidad Penitenciaria N° 15 para varones. A estas clases concurrían aproximadamente 15 estudiantes de diversas edades. En cuanto al contexto del aula, la higiene es algo que se destaca así como la ventilación y la luminosidad, creando un cálido espacio de trabajo y aprendizaje. El vínculo con los estudiantes radica en la capacidad de comprenderse y generar apoyo entre ellos, lo que permite un espacio de enseñanza favorecido por la confianza. Fue posible apreciar el vínculo docente/estudiante en las clases, un diálogo presente ya que el docente se manifestó atento a las necesidades y dificultades de los estudiantes, adaptando la enseñanza a las características del grupo e integrando los intereses de los estudiantes para promover un aprendizaje significativo. Los estudiantes se mostraban comprometidos e interesados al momento de llevar la teoría a la práctica, en algunas clases algunos se mostraban más activos mientras otros, solo observaban. Sin embargo, esto iba cambiando en el transcurso de las clases, logrando observar un rol activo en todos los estudiantes.

Es relevante destacar que, en su mayoría, los talleres son facilitados por profesionales sin formación pedagógica formal. Sin embargo, en sus prácticas, se evidencian diversas formas de comunicación y de establecer estructuras de apoyo que facilitan el aprendizaje. Si bien existe un Diseño Curricular, la planificación se complejiza para el docente, al encontrarse con algunos obstáculos al momento de llevar adelante la clase, como por ejemplo la falta de materias primas o utensilios.

En este sentido se hace necesario pensar la planificación como un Espacio de reflexión docente. Las posibilidades de aprendizaje que abre la enseñanza, dependen  en gran medida de la posibilidad reflexiva y flexibilidad del docente (Schön, 1992). En los contextos de encierro, el espacio educativo adquiere una significancia especial al representar la oportunidad de acceder al derecho a la educación. Es fundamental que los educadores reflexionen sobre sus prácticas tanto dentro como fuera de las paredes de la institución penitenciaria, involucrando a la comunidad en este proceso. Esta reflexión ayuda a construir ambientes educativos más inclusivos y democráticos, donde se promueva la formación de sujetos ciudadanos, participativos de la vida social y política (Herrera, 2010).

Asimismo, las estrategias de enseñanza no pueden ser descontextualizadas, sino que deben pensarse en función de los sujetos y el contexto en el que se desarrollan. Esta premisa se vio reflejada en las clases observadas, donde las estrategias implementadas tuvieron en cuenta a los estudiantes y la realidad en la que se enmarcan. Los educadores en contextos de privación de la libertad deben ejercer una práctica educativa transformadora. Por eso, la enseñanza liberadora no puede ser estandarizada, es la acción creativa, experimental, la que crea condiciones para la transformación, probando sobre el terreno los medios de esa transformación (Freire y Shor, 2014). 

Para cerrar estas palabras, me interesa destacar la necesidad de habitar este tipo de espacios donde la amabilidad, el respeto y la atención brindada, nos permitieron transformar(nos) en la enseñanza. Me voy. Ellos se quedan allí, mientras yo vuelvo a recorrer ese pasillo infinito, escuchando reiteradamente el sonido de las llaves,  timbres y  rejas. Y aunque sé que ni siquiera en unas pocas horas pude sentir plenamente lo que significa la falta de libertad, me quedo pensando en ello, con la esperanza de que en el silencio de la prisión, la voz de la educación pueda construir un futuro repleto de posibilidades.

Referencias bibliográficas:

  • Freire, P. y Shor, I. (2014). Miedo y Osadía: la cotidianidad del docente que se arriesga a practicar una pedagogía transformadora. Siglo Veintiuno Editores.
  • Herrera, P. y Frejtman, V. (2010). Pensar la educación en contextos de encierro: primeras aproximaciones a un campo en tensión. Ministerio de Educación de la Nación.
  • Schon, D. A. (1992). La formación de profesionales reflexivos: hacia un nuevo diseño de la ensenanza y el apredizaje en las profesiones. Paidós.

Documentos:

  • Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad N° 24.660. (1996). «Educación en el contexto penitenciario». Capítulo VIII
  • Ley Nacional de Educación N° 26.206 (2006) «Educación en contextos privados de la libertad». Capítulo XII

El presente artículo refleja la opinión personal de su autor y no corresponde necesariamente a la línea editorial de Trama Educativa.

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