Por Federico Bacalini

Hoy quiero presentar una historia, la de una familia, mi familia, atravesada por la Educación. Dos hermanas docentes, que desafiaron los cánones y estudiaron ya en su adultez, casi como un acto de rebeldía a lo hegemónico. Vocación y oficio, la docencia, que se traslada a hijos e hijas, en un hilo que entreteje miradas, reflexiones y desafíos. Los invito a conocer una pequeña parte, un relato que habla de pizarras, juegos y amigos imaginarios convertidos en alumnos. Y, al final, el aula. Pasen, lean y vean.

Silvia y Patricia son las hijas de Héctor Francisco Cavaiani y Ofelia Hernández. Él, un ferroviario inteligente y formado, que pudo finalizar solamente hasta 4° grado; ella, terminó la escuela primaria y, cuando intentó cursar el magisterio, su papá no la dejó estudiar porque implicaba trasladarse. Terminó realizando una formación en oficios: corte y confección. La educación de Silvia recorrió distintos paisajes y establecimientos, dado que su padre cambiaba de Estación. Deferrari, Ochandio (en donde asistía de oyente a 1° grado, dado que no había Jardín), Los Pinos, Estación Barrow e Yraizoz, en donde cursó séptimo grado. Por su lado, Patricia cursó su escolaridad primaria en la Escuela n° 3 de “La Ballenera”. Esa es una parte de la historia. Pero estas líneas buscan reflejar la relación entre esta familia y la educación. Buceando en los recuerdos familiares, un primer antecedente podría estar en Blanca Gil. La “tía Blanca” vivía en un pueblito, Ramón Santamarina, ubicado en cercanías de Energía y San Cayetano. Allá por la década del ´50 y luego de finalizar su educación primaria con muy buenas notas, Blanca tuvo la oportunidad de comenzar a trabajar en las chacras de la zona, con la noble tarea de alfabetizar a chicos y chicas que no podían asistir a la Escuela del pueblo. Las distancias y realidades de la época nos ahorran mayores comentarios. Su tarea la desarrolló en una chacra de la Familia Cavaiani, en donde vivían Héctor (el ferroviario), Hugo, Titina y Marta. La tarea de la maestra era la educación de las mujeres de la familia, lo que incluía también a los vecinos, algunos oriundos de Dinamarca, lo que la llevó también a enseñar el idioma castellano. Cuando finalizaba el año, las aprendices concurrían a la Escuela de San Cayetano para acreditar lo aprendido. La nombré como “tía Blanca”, dado que su historia educativa finaliza enlazada amorosamente con Hugo, por 54 años. Blanca y Hugo, tíos de Silvia y Patricia. Pero esa es otra historia.

Volviendo a las páginas educativas de esta familia, decía que la docencia, ese acto de amor, de pensar en el otro, parece enlazarse entre generaciones, continuarse en hijos e hijas; Silvia tiene tres y dos de ellos son docentes; Patricia tiene cuatro mujeres y tres de ellas están cursando sus profesorados. Entre dos hermanas y sus hijos/as, siete docentes. Les presento, entonces, a esta familia docente y los invito a escuchar historias, reflexiones, emociones, vivencias. Esta es la familia, mi familia:

-Silvia ingresó en el año 1975 a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en donde estudió Biología. No pudo finalizar la carrera por cuestiones de salud de su padre. Luego, fue mamá por primera vez, lo que complejizó la continuidad de sus estudios. “De grande”, como ella misma dice, estudió el Profesorado de EGB 1 y 2 (Primaria), recibiéndose en el 2007. Desde 2006, se desempeña como Maestra de 6° Año en una escuela privada de Mar del Plata.

-Patricia estudió Abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata, entre 1996 y 1998. Allí, tuvo que radicarse en la ciudad de Balcarce. Por cuestiones de distancias y la maternidad (4 hijas) tuvo que postergar su carrera. En su nuevo lugar, estudió el Profesorado de EGB 1 y 2 (Primaria), obteniendo su título en 2005. Pero fue por más y en 2014 finalizó la carrera de Profesorado en Lengua y Literatura.

-Paula (hija mayor de Silvia) es Profesora de Inglés, recibida en 2004 en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Hoy trabaja como docente en el Colegio Leloir y en la EP 29.

-Federico (el segundo hijo de Silvia y quien escribe estas líneas), es Profesor de Matemática en la Escuela Cooperativa Amuyen.

-Antonela (la segunda hija de Patricia) comenzó sus estudios en la Facultad de Humanidades, en la Licenciatura en Letras. Ahora, es estudiante del Profesorado de Nivel Inicial en el Instituto Superior de Formación Docente n° 32 de la ciudad de Balcarce. Tuvo que interrumpir un año sus estudios por el nacimiento de su hijo, retomando en la actualidad. Además, trabaja en un Jardín.

-Lara (la tercera hija de Patricia) retornó a la ciudad de Mar del Plata para estudiar Terapia Ocupacional en la Facultad de Ciencias de la Salud y Trabajo Social entre 2016 y 2018. Volvió a Balcarce, en donde desde 2019 estudia el Profesorado en Educación
Especial en el Instituto 32.

Oriana (la última hija de Patricia) también pasó por las aulas de la Universidad Nacional de Mar del Plata; desde 2017, estudió la Licenciatura en Psicología. También retornó a Balcarce y desde 2019 estudia el Profesorado de Nivel Primario en el Instituto 32.

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