En Trama Educativa Radio hablamos con Florencia Bianchi, profesora de nivel inicial. Estudió en Buenos Aires hasta el 2013 y dentro de la carrera se formó con distintos cursos y seminarios para fortalecer algunas áreas. Tiene un proyecto personal llamado “Todes al jardín”.
-¿Qué repercusiones tuvo la elección del nombre en tu actividad?
Actualmente está tranquilo, pero al principio, hace 3 años, recibí mensajes que no fueron amables, por ejemplo, que quería llevar a les chiques a la perversión. Pero con el paso del tiempo ese tipo de hace ya no está más.
-¿Y en el sentido contrario?
Si, de hecho es con la comunidad que cuento ahora, gente que banca el proyecto, que está de acuerdo con la inclusión entendida en un sentido amplio, que todes puedan ingresar a una institución educativa y desarrollar sus capacidades.
-¿Cuál fue la repercusión con los colegas?
Con mis colegas virtuales fue súper linda la repercusión, es una comunidad muy abierta y hay mucha necesidad de escuchar otras voces o una mirada nueva de lo que pasa en los jardines y en el interior de las escuelas. Con mis compañeros de trabajo siempre me da mucha vergüenza que se enteren que existe “todes al jardin”, pero una vez que se enteran se suman, hacemos colaboraciones y es muy lindo por suerte se va generando una comunidad cada vez más grande con ganas de participar y de empezar a cambiar un poco las cosas.
-¿Cómo surgió todes al jardín? ¿Cuál es tu principal objetivo?
Tenía que hacer una acción de divulgación sobre educación para la facultad y me gustó la sensación de poder comunicar, de ir más allá de charlar con mis compañeras del jardín, de los debates que iban surgiendo de nuestras propias incomodidades. Le tomé gustito y primero fue un posteo, luego una historia, después me animé a mostrar la cara, y ahora básicamente lo único que hago es hacer historias.
-¿Lo tomas como un hobbie o es tu trabajo?
Es mi trabajo, al principio fue como un chiste porque empezó siendo una obligación por el parcial, pero con el tiempo lo tomé mas en serio. Plantear problemáticas, tener cuidado con como comunico lo que quiero decir y hoy en día forma parte de mi trabajo.
-¿Qué van a encontrar quienes visiten el sitio web?
Hay un poco de todo, fundamentalmente hay una tienda online con un montón de materiales que promueven la autonomía y la educación inclusiva. También hay seminarios, algunas notas de interés, pero está en construcción todavía porque es todo a pulmón.
La idea es reflexionar sobre el estereotipo de docente típico estructurado, que le cuesta salir de su zona de confort. Siento que es mi misión combatir el “ciruelaje” para sencillamente salir de este lugar común de que al jardín se va a jugar y nada más, o de que las maestras jardineras solo recorta goma eva.
Es un trabajo muy profundo educar en el nivel inicial que está atravesado por mucha participación de la familia, las docentes tenemos que estar permanentemente actualizadas, no quedarnos con la de poner masa y bloques, y que los chicos jueguen. En el jardín pasan muchas cosas, hay que repensar lo que hacemos para no quedarnos en ese lugar común en el que se juega y ya.
-Y de todos estos espacios de debate que buscas abrir ¿Cuál es el mas recurrente o el que más importancia le das?
Fue mutando, al principio fue como llevar la ESI a las salas más chicas, como trabajarlo con las familias, la resistencia que todavía hoy tiene. Este año particularmente tiene que ver más que nada con la inclusión de les niñes con discapacidad, estamos un poco mas metidos en eso porque atravesamos la pandemia y eso alejó mucho a los chicos de las escuelas y estamos retomando un poco la cotidianidad.
Este alejamiento trajo varias consecuencias que no estaban esperada y además finalizó mucho más lo que ya se sabía. Y aparte de la idea de la discapacidad, lo desbordados que están los docentes. Este año por sobre cualquier otro, llegamos muy agotados.
-Hay contenido que explicas como ayudar a la hora de hacer un informe que también es una herramienta para aquellos o aquellas que están empezando
El tema de los informes es lo que más deja en evidencia el trabajo que se hace en las aulas, es un resumen de lo que se abordó, de lo que ese niño o niña aprendió o no, como lo hizo, como se relaciona von sus pares, con los adultos. Es una herramienta fundamental que aparte se lleva a otras escuelas, a profesionales de la salud, y es sin duda una de las cosas más caóticas.
-Respecto al estado actual de los docentes ¿Ha afectado la pandemia a niños y niñas y eso está repercutiendo en el aula?
En la parte que a mi me tocó ver, no lo noto tanto, porque en mi caso me tocan salas chicas y son niños que nacieron en pandemia, entonces no han atravesado todo el proceso que significó para los niños y niñas más grandes o para los adultos.
Si lo que noté es la parte de lo social que se vio muy reducido. Por otro lado, hay bastante para trabajar en lo que es a nivel gráfico porque se perdió lo que se hace con los grafismos, a nivel general, ya sea dibujo o escritura. Además, lo que se vio es el tema del uso excesivo de las pantallas, que en niños tan chicos no es recomendable.
«Yo no soy una anti pantallas en absoluto, porque son niños del siglo XXI que nacieron en esta época y con esta actualidad, pero el exceso se traduce en un montón de conductas disruptivas»
Florencia Bianchi, maestra jardinera
-Una de tus publicaciones más recientes y más virales es “no me digas seño”, nos queres contar un poco ¿Por qué no te tienen que decir seño?
Es un posicionamiento en realidad, tiene que ver con que el concepto de la señorita maestra, está relacionado a que, en su momento, cuando Sarmiento trajo las primeras maestras jardineras, se nos decía señoritas porque precisamente no nos podíamos casar y está ligado a un contrato laboral, que está publicado, que con una mirada actual es asquerosamente machista. No nos podíamos casar, no podíamos fumar, tomar alcohol, salir con hombres que no sean nuestro hermano, padre o marido en la vía público, no podíamos tomar helado, cosas muy ridículas con la vista de hoy.
-Algunos contratos de maestra del año 1923 son, no teñirse el pelo, no vestir ropa de colores brillantes, usar al menos dos enaguas, no usar vestidos que queden a más de 5cm por encima de los tobillos, mantener limpia el aula, no beber cerveza, vino ni whisky.
Hoy en día eso sería prácticamente imposible, pero la reflexión que surge de eso, es ¿Qué queda de eso en las escuelas de hoy?
A mi, me han prohibido caminar por la calle y fumar con el delantal del jardín puesto, o escuelas que no te dejan mostrar tatuajes o pircings, o la sexualidad de la señorita maestra, por ejemplo, es un texto que habla de esto. Porque hoy nos reímos de todo esto, pero dejó un residuo en el imaginario, de que la señorita siempre es buena, es cálida, es linda, es joven y sabemos que maestras y maestros hay de todo tipo.
-Vos planteabas en esa publicación que conversas con niños y niñas para ver como cada uno quiere ser nombrado, una cuestión de identidad y creo que eso va en contra de ese adultocentrism o, porque como que te pones al nivel de los chicos y chicas en el jardín u cada uno elije como ser llamado.
Totalmente, el “no me digas seño” es el titulo pero es un posicionamiento que tiene que ver con conocer nuestra historia, conocer a donde vamos y conocer también las historias de los chicos y las chicas que van a habitar ese aula ese año con todos nosotros. Es un sentido de pertenencia de comunidad. Muchos de esos niños es la primera vez que van a enfrentar a pares y a otros adultos que no son del entorno cercano.
Me parece también una manera de revalorizar y reivindicar el derecho a la identidad y a la autonomía de los niños, de poder decir como quiero ser nombrado, como quiero ser llamado, y si el nombre no se corresponde con el que dijeron mis papas o mi familia, como lo tomamos y como lo recibimos dentro de la sala.