En Trama Educativa Radio entrevistamos a Daniel Reynoso, Secretario Académico de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

—El jueves pasado se aprobó un bachillerato universitario. ¿En qué consiste y cuales son sus implicancias?

La idea de esto surge desde las discusiones en el plan estratégico, las certificaciones y las titulaciones intermedias. Durante todo el año 2019 en las distintas asambleas que se llevaron adelante para la confección de este plan estratégico surgió esta idea de que existiera un reconocimiento para los estudiantes que no finalizan hasta el momento o que han dejado la universidad por distintas cuestiones y que no tienen un reconocimiento de la trayectoria que han hecho. Esto es un proyecto que otras universidades como el caso de Córdoba o la UBA también lo han implementado y que no es un título, sino que es una certificación. Quiere decir que la universidad certifica que el estudiante cumplió 1000 horas de un programa, el ciclo básico o dos años de la carrera. Ese certificado va a tener un nombre que es «bachillerato universitario» que no tiene ningún tipo de reconocimiento profesional pero tiene un reconocimiento académico y a una trayectoria.

—¿Cómo se está avanzando en una adecuación de la infraestructura para una posible vuelta a las aulas?

En esto de los protocolos están basados en la idea de burbujas con determinado número de estudiantes según los aforos de espacio, de limpieza, de ventilación y de transporte. Y en esto más que la adecuación edilicia lo que tenemos que prever es la forma de recuperar algún grado de presencialidad y de sincronía con algunas clases, pero por ejemplo a la fecha tenemos 2200 estudiantes inscriptos para iniciar medicina el año que viene, no estamos pensando en que podemos hacer una burbuja para cada una de estas carreras numerosas. Lo que vamos a tener es presencialidad en aquellos que tengan muchos problemas de conexión y el resto mantendremos cierta sincronía con equipamientos que la universidad está previendo en la compra.

En el día de hoy presentamos el proyecto de virtualización de la educación superior al Ministerio de Educación que es una inversión de más de 28 millones de pesos que recibe nuestra universidad para capacitación y para infraestructura. Esto en cierta forma lo que hace es que podamos pensar en que así como el 2020 nos encontró sin haber pensado en lo que podía suceder, que el 2021 no nos pueda encontrar en la misma situación. Entonces frente a esto vamos a presentar en los próximos días en qué consiste los planes de capacitación y cuáles van a ser las obras de infraestructura o de incorporación de tecnología que va a llevar adelante la universidad para comenzar el 2021 en mejores condiciones.

—Mencionaste que participaste en una actividad con la Universidad de Lujan titulada «Aulas abiertas, edificios cerrados. Tensiones en la continuidad académica en la UNMdP frente a la pandemia» ¿Cuáles son las conclusiones que podés comentarnos?

En realidad ese trabajo es algo que hicimos con la directora del Sistema Institucional de Educación a Distancia, Claudia Floris y Joaquín Marcos, los tres redactamos algo con respecto a cómo se desarrolló todo el esquema de la pandemia en nuestra universidad. Porque podemos tener memoria, pero en realidad lo que tenemos que tener es una historia de lo que sucedió para poder aprender de la misma, para evaluar las medidas que tomamos y cómo funcionaron. En esto lo que hicimos fue más que nada ver sobre la encuesta que hizo ADUM sobre las expresiones de la Federación Universitaria Marplatense de los estudiantes y sobre las declaraciones del mismo gremio del personal universitario. Se vieron cuáles eran los primeros problemas, cómo se fueron superando, qué es lo que nos quedó por resolver y sobre esto compartir la experiencia con la universidad de Lanús que era la otra parte de universidades que estaban en este observatorio.

Lo que vemos es que tal vez lo que nos espera de aquí en adelante es poder volver a integrar una mesa común entre educación y salud, vemos que es una parte que no está funcionando, sobretodo con esta cuestión de la universidad. La universidad tiene la jurisdicción nacional, tiene que vincularse con la provincia pero esa vinculación no es tan fluida como quisiéramos. Estamos como interlocutores frente a provincia pero no siempre obtenemos las respuestas y los tiempos, porque cuando se habilitó la presencialidad en las universidades quedaban cinco semanas de este 2020 pero todavía provincia no nos respondió, no con respecto a algunas de las cuestiones que nosotros habíamos planteado.

—En cuanto a la terminalidad del colegio secundario el Ministerio de Educación de la nación mencionó que hasta el 30 de abril se va a poder acreditar el ciclo secundario ¿Cómo se prepara la universidad ante esa matricula latente?

En esto nosotros hemos manejado la idea de la plasticidad administrativa también, porque durante todo este año nosotros no hemos recibido certificados por parte de la jurisdicción de provincia de Buenos Aires ni las otras provincias, obviamente por el tema de la pandemia. Es muy lógico lo que se está haciendo de prorrogar la entrega de todos estos certificados a abril y no me extrañaría porque hemos tenido también alguna conversación con el Ministerio de Educación y con la Dirección General de Educación Media, donde se plantea que los estudiantes de este año puedan llegar a extender el plazo hasta junio. Sabemos que esto se puede correr y la universidad va a hacer todo lo posible por contener su masa de estudiantes bajo estas condiciones, no vamos a decirle a nadie que deje estudiar porque no le entregaron un certificado.

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