Soy Paula Bacalini, Profesora de Inglés, orgullosamente recibida de la UNMDP en el año 2004. Actualmente trabajo en la EP N° 29 Dr. Mariano Moreno y en el Colegio Luis F. Leloir de nuestra ciudad.

Durante este periodo de aislamiento social obligatorio, considero que tanto la escuela como el lazo que nos une a nuestros estudiantes y sus familias, han tenido que modificarse. Nos hemos visto envueltos, inesperadamente,  en este enorme desafío de reinventarnos, de resignificar nuestra labor y “buscarle la vuelta” a nuestra tarea para poder sostener no sólo la continuidad pedagógica sino que, más importante aún, nuestro vínculo con los alumnos, ese “ida y vuelta” tan mágico que antes sólo se daba en la cotidianeidad de nuestras aulas… Considero que, en  este tiempo transcurrido, aprendimos  (y MUCHO); y en este sentido,  no sólo me refiero a los contenidos específicos de cada materia en particular, sino que también a que juntos tuvimos que reinventar la escuela que hoy tenemos. Sobre las bases de un GRAN trabajo en equipo,  docentes, preceptores, directivos, estudiantes y familias, tuvimos que recorrer y descubrir una nueva forma de hacer escuela, en la virtualidad, a través de una pantalla, en un contexto totalmente desconocido y nuevo. Claramente, vamos por muy buen camino, y estamos dando lo mejor, cada uno desde su lugar, para hacer que el recorrido valga la pena…

Párrafo aparte para mis queridos estudiantes, va para todos ellos y ellas un reconocimiento necesario y genuino por cómo están “bancando la parada”, un aplauso interminable por el esfuerzo de intentar superarse día a día, aún cuando todo es adversidad a su alrededor, por las ganas que a veces se desdibujan en la monotonía de estos días inciertos y grises, pero que siempre sacan a flote, como sea, de donde sea… No se trata de tiempo perdido, sino de hacer lo mejor de esto que les toca, que nos toca vivir… Que nos toca de cerca, estando lejos; que nos toca en lo más profundo de nuestro ser; nos toca transitarlo y sobrellevarlo con calma, con empatía, con esperanza y solidaridad.

Y como en un rompecabezas, todas la piezas son (y somos) esenciales…y por esa misma razón, hay otras cuestiones a destacar que también implican “hacer escuela”… Son tiempos para caminar de la mano, comprometidos unos con otros, y el trabajo comunitario es parte fundamental en este respecto. Ayudar a las familias de nuestra comunidad educativa ha sido (y es), sin lugar a dudas, clave para poder continuar. Así fue como en la EP 29, semana tras semana, nos encargamos de preparar no simplemente actividades sino que también las canastas de alimentos para entregar a quienes más nos necesitan, bajo el lema de siempre: el otro importa. Vivimos en un mundo donde el odio parece ser moneda corriente, donde reírse de los demás pareciera ser el chiste más gracioso… Pero, de repente, cuando creíamos que nos las sabíamos todas, que teníamos las respuestas para absolutamente todo, nos cambiaron las preguntas… Y es en este momento, justamente, cuando la empatía y el amor debieran reinar. Ponerse en el lugar del otro, brindar amor, en todas sus formas, deberían ser nuestras prioridades. Por eso, soy una convencida de que debemos mirar siempre “a nuestro costado” (y no de arriba abajo), mirar más allá de lo que se ve a simple vista; ir para adelante, pero sin dejar a nadie en el camino. Sé que no es una época fácil, entiendo que nada será lo mismo de ahora en más, pero la vida es eso, precisamente, un constante reto a cada paso. No se trata de hacer grandes cosas, sino de encauzar pequeñas acciones para lograr que algo cambie… La queja no suma, la rueda no gira de esa manera… Pero sí ese sencillo gesto que pone el amor en movimiento y contagia energía de la buena, de la que sirve, de la que aporta y nos ayuda a crecer como sociedad. Tengo mucha fe de que esto también va a pasar y nos va a fortalecer… No estamos “en pausa”; estamos tomando un fuerte envión para volver con todo y todos juntos. Nos toca esperar y no desesperar, por los otros, por nosotros, por los que no pueden darse ese lujo, por todos y todas, pero por sobre todas cosas, por un mañana con final feliz.

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