¿En que se basa el amor romántico? ¿Y el amor libre? ¿Se puede amar a más de una persona al mismo tiempo? Estas son algunas de las preguntas que forman la línea de investigación de Constanza Ferrario y, en esta nota, se plantean algunas respuestas posibles.

Constanza Ferrario es becaria doctoral del Conicet Mar del Plata desde el 2020 donde ingresó para abordar una temática que puede unir o separar multitudes: la monogamia, las formas de amar y todo lo que eso genera y significa en nuestras sociedades.

Hoy, 14 de febrero, es el día del amor, pero ¿dónde y por qué nace el Día de los Enamorados?. El día de los enamorados nace en Roma en el Siglo III después de Cristo. El catolicismo comienza a extenderse por el planeta, las guerras por la conquista también. El emperador Claudio II prohíbe a los jóvenes romanos contraer matrimonio para que se enlisten en el ejército. Un joven sacerdote llamado Valentín se rebela contra la autoridad y comienza a celebrar matrimonios de los enamorados de manera secreta. Así se convierte en héroe para los jóvenes y para el cristianismo, pero el Imperio le baja el pulgar y muere decapitado el 14 de febrero del año 270. Algunos milenios después, se declara esa fecha como San Valentín para celebrar el Día de los Enamorados, regalar flores y bombones, entre otras cosas.

El amor queda en un tercer o cuarto plano, porque socialmente el 14 de febrero es para las parejas y eso habla de una jerarquización social también

Constanza Ferrario

La sociedad tiende a poner títulos y jerarquías tanto a los vínculos como a los días en que se festeja algo relacionado a ello. Para esto existe el Día del Amigo, el Día del Padre, el Día de la Madre, el Día del Soltero, el Día de los Enamorados, y así sucesivamente. Más allá de los intereses comerciales detrás de cada una de estas fechas especiales, es como si existiese una necesidad de encastrar a las personas en ciertos esquemas que implican desde un nombre, un rol y hasta un día específico para festejarlo. Sin embargo, pareciera que en estos últimos años, algunas costumbres comienzan a desdibujar ciertos límites y redefinir algunas estructuras: se festeja el Día de la Familia, por ejemplo, y algunos osados festejan el Día del Amor en vez del Día de los Enamorados.

Dentro de su línea de investigación, Ferrario aborda estudios socio-antropológicos sobre género, emociones, sexualidad y conyugalidad. De esta manera, investiga los sentidos y prácticas que atraviesan las experiencias contemporáneas de no monogamia consensuada con el fin de analizar de qué modo se están transformando, reproduciendo o resignificando pautas del modelo conyugal hegemónico y de ciertos modelos afectivos, sexuales, familiares y de parentesco que este último contiene.

La becaria se inició en el tema en el 2017 cuando ingresó como estudiante de la Licenciatura en Sociología al Grupo de Investigación sobre Familia, Género y Subjetividades (GEFGS) de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata (Unmdp). Allí, comenzó a realizar su tesis de grado titulada: “La ética del amor libre, los legados del amor romántico y las nuevas espiritualidades. Una etnografía sobre las transformaciones en los códigos sexo-afectivos en un colectivo de amor libre de la ciudad de Mar del Plata”, dirigida por Guido Vespucci y Cecilia Rustoyburu, ambos investigadores del Conicet Mar del Plata.

Sobre el modelo de amor romántico, Ferrario manifiesta que es el más vigente en la actualidad: “Surge a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, ahí entra en auge el modelo de amor romántico y la idea de familia nuclear. Antes los vínculos no se regían por afecto, si no por herencia, dote, descendencia o conveniencias familiares, pero no era el amor lo que primaba para establecer vínculos ni familias”.

Sobre San Valentín y otras formas de amar

En el modelo de amor romántico hay una jerarquización de la pareja por encima de los demás vínculos, es lo que se conoce como “pirámide de las relaciones”, según la profesora activista española Brigitte Vasallo. Ella presenta esta estructura jerárquica como el elemento central de lo que denomina “sistema monógamo”, y esto se desprende directamente del modelo de amor romántico de Occidente. La antropología viene a mostrar que no es así en todos lados del planeta, ni es así en Occidente en todos los tiempos.

“Naturalizamos tanto ese modelo porque no pensamos que es algo histórico y construido. La base del amor romántico es pensar que hay un único y solo amor verdadero y que podemos amar a una única persona, por esto la monogamia es el pilar fundamental y la fidelidad es su motor. Puede haber monogamias sucesivas pero el pensamiento es el mismo: en ese momento esa es la persona para toda la vida y es el único/a”, afirma Ferrario.

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