-¿Cuál es el balance que hacés de la educación municipal?

Nosotros llegamos a la Secretaría con una ventaja, nos estábamos preparando como equipo de gestión casi un año antes de llegar. Eso implicó reuniones con equipos directivos, con supervisores, entonces cuando llegamos, estábamos para arrancar. Llegamos en diciembre de 2019 y en marzo nos agarra la pandemia, por lo tanto, todos los proyectos que teníamos hubo que rehacerlos. Pero la verdad que luego de cuatro años estoy en condiciones de decir que nos vamos muy bien. Pedagógicamente pudimos generar un equipo de trabajo que anduvo muy bien, que trabajó muy bien con las instituciones educativas.

Me acompañó gente en el equipo de muchos años dentro del sistema de educación municipal. Educación municipal es un sistema que tiene 60 años, que responde a una lógica a la cual los marplatenses se han apropiado y que tiene que ver con un nacimiento del sistema educativo a mediados de la década del siglo pasado cuando los gobiernos socialistas encontraban que ni la Nación ni la Provincia daban respuestas educativas, así fueron surgiendo las instituciones. Esos sistemas fueron creciendo, fueron mejorando, se transformó en una verdadera política pública y hoy la dejamos en manos de quienes nos suceden y muy bien. Muy contentos, con equipos directivos que fueron respondiendo a lo que se les iba proponiendo. Y con equipos directivos y docentes muy formados, con mucha trayectoria, quienes se dejaron acompañar.

El sistema educativo municipal es un tren que arrancó hace 60 años y seguirá andando. Quienes somos circunstanciales autoridades del sistema nos subimos durante un tiempo, intentamos llevar el tren de la mejor manera, pero el tren seguirá andando porque hay un grupo de docentes, equipos directivos, equipos de orientación, auxiliares, que hacen que la cosa funcione.

Entrevista Completa:

-¿Como fue el acompañamiento de los equipos directivos?

La verdad que nos acompañaron en todo momento. Las reuniones de fin de ciclo fueron muy interesantes porque no es sencillo encontrar una respuesta tan generosa por parte de los equipos directivos cuando desde el lado de la gestión no le pudimos dar todas las respuestas que queríamos darles. Los presupuestos siempre son finitos, las necesidades son inmensamente infinitas. Pero también saben los equipos directivos y docentes que dejamos todo lo que teníamos, no nos escondimos nada, pusimos todo lo que había que poner. Para algunas cuestiones alcanzó, para otras no, pero yo estoy convencido que la gestión continúa y todo aquello que no pudimos hacer en estos 4 años, seguramente se podrá hacer en los que sucedan.

-¿Cómo está siendo la transición?

Estamos en plena transición, sobre todo porque nuestras escuelas municipales dependen administrativamente de la Diegep (Dirección de Gestión Privada de la Provincia) y eso exige una serie de trámites en el traspaso que estamos en pleno movimiento haciéndolos. Luego la transmisión general que se hace de una gestión a otra, dejando carpetas, informes, estados de situación, compras por hacer. Educación no para nunca. En enero se vienen las reparaciones en escuelas, en febrero ya los docentes se incorporan a las escuelas, en marzo arrancan las clases. Ahí hay que arrancar con merienda, hay que arrancar con los comedores.

No puede parar nunca este tren que empezó a funcionar hace 60 años. Por eso urge esta transición que estamos haciendo. El subsecretario que me acompañó a mí, Marcelo López, va a continuar y eso es bueno porque hay una parte del equipo que continúa y viene con todo un bagaje de conocimientos que va a poder trasladar. Pero bueno, Fernando Rizzi va a acomodarse rápidamente al cargo y creo que lo va a hacer de la mejor manera.

-Siempre es importante que los proyectos continúen para que la educación siga creciendo

Nosotros cuando llegamos teníamos 4 o 5 puntos que durante estos años los profundizamos y ojalá pueda seguirlos Fernando. Uno es que los chicos de primero, segundo y tercer grado, es decir, el ciclo inicial de la escuela primaria pueda ver egresar a esos chicos y pasar a cuarto grado de primaria con la lectura y la escritura plena. Otra fue el vínculo entre el sistema educativo y el mundo del trabajo. Otra cuestión fue regularizar el trabajo de los docentes, hicimos 35 concursos en estos 4 años. Para la historia del sistema municipal es un montón. Otra de las patas que teníamos era mejorar la infraestructura en las instituciones educativas y pudimos hacerlo. Por eso digo que nos vamos con esos 4 puntos iniciales muy bien, nos vamos con buena parte del desarrollo hecho.

Lo que nosotros decíamos en las escuelas es que queríamos que la idea de que los chicos sepan leer y escribir no sea de una gestión, queremos que sea del sistema educativo. Por eso nosotros trabajamos mucho con los equipos directivos y con los supervisores, porque ahora son ellos los que tienen que seguir la tarea que se inició. Y es un poco lo que uno aspira, a mejorar la calidad educativa. Calidad tiene que ver con que los chicos terminen la escolaridad en tiempo y forma y aprendiendo, que los docentes se capaciten, que los edificios estén mejor, acompañar a los equipos directivos.

¿Qué pasaba que no sabían leer y escribir?

En realidad tenemos un problema que tiene muchos años. Me parece que hay que mejorar la formación inicial de las docentes, lo dicen las propias estudiantes, las maestras recién recibidas. Tenemos muy poco espacio en los centros de formación en los que nos enseñan cómo enseñar leer y escribir. Entonces, lo que decíamos nosotros, en los institutos de formación docente hay una formación inicial, esa formación inicial después hay que acompañarla. Porque parecería que en todas las profesiones esto se entiende y no en la docencia. Todo el mundo acepta que el médico recién recibido está arrancando y tiene que aprender, que un arquitecto recién recibido tiene que seguir aprendiendo en un estudio de arquitectura. ¿Y por qué le exigimos al docente que sepa absolutamente todo cuando está recién recibido?.

Ahí me parece que desde el Estado, y es lo que hicimos, tenemos que acompañar al docente joven apuntalado su trayectoria. Mandamos un especialista, una vez por semana, a que trabaje con el equipo alfabetizador, el maestro de primero, el maestro de segundo, el director o directora y al equipo de orientación escolar. El especialista se reunía una vez por semana, se metía en el aula con la docente, y llegamos ahora en el último tramo a nominalizar a todos los estudiantes de primero, segundo y tercer grado de nuestras escuelas municipales. Es decir, la directora sabe que a “Carlos Gómez” de segundo B le falta para llegar al ideal pretendido de lectura y escritura.

Esto fue un trabajo que nos llevó estos años, que tendrá que seguir. Que este año 2024 continuará con cuarto. Es una tarea muy importante en la que colaboraron docentes de la Universidad Nacional de Mar del Plata, a quienes pudimos contratar para trabajar en este tema. Un tema muy sensible, porque nosotros lo decimos de hace muchos años, que los chicos terminan la escuela primaria sin saber leer ni escribir. Lo que modestamente podíamos hacer desde el sistema municipal, hemos logrado avances significativos.

-¿Y qué pasa con el secundario?

Me parece que ahora lo que hay que hacer es profundizar la tarea en el secundario. El secundario está absolutamente obsoleto así como está. Pensar todavía en un docente en el frente para 30 chicos que están sentados uno atrás del otro, sin importarle demasiado lo que dice esa persona, porque no está actualizado ni es interesante. Hay que reestructurar el secundario, sacarse de la cabeza la estructura con la que conocemos el secundario, desde lo edilicio, el agrupamiento de asignaturas, la contratación de los docentes. Porque difícilmente podemos cambiar un secundario si tenemos un profe que tiene dos horas en una escuela, dos horas en otra, y tiene 20 horas en cinco escuelas distintas. Realmente hay que pensar en trabajar por proyectos y mancomunadamente, más de un docente en el aula, hay que pensar en una estructura distinta. Porque no es cierto que no les importa nada a los pibes del secundario, no les importa esto que les ofrecemos. Cuando hay micro proyectos en algunas escuelas los estudiantes participan, mejoran su atención, sacan buenas notas. Eso es porque tenemos que darle una vueltita de tuerca al secundario.

-Hablando de tu preparación para ser secretario de Educación, ¿hay un correlato con lo que pasó hace cinco años con lo que esta pasando ahora mirando a futuro?

Yo hablo como docente y apasionado de estas cuestiones. Me fui de la gestión pero sigo con la docencia y seguiré opinando y generando debate donde se me pida. Uno de la militancia no se va nunca, de la militancia docente, de la militancia política. Dejo circunstancialmente un cargo porque me jubilo y seguiré en las clases de la universidad generando estos debates con mis estudiantes porque me apasiona. Pero realmente de todos los niveles del sistema educativo, me parece que al que hay que ponerle mucha atención y mucho foco es al secundario. Porque así como está hoy, en líneas generales, no te prepara ni para el mundo del trabajo, ni para proseguir estudios superiores. Entonces me parece que algo hay que hacer y rápido.

-¿Qué pudieron hacer desde la gestión con el secundario?

Algo muy lindo pudimos hacer, un programa que se llama cuidar y cuidarse, y que tiene que ver con un proyecto de vida. Que lo venían haciendo en las escuelas, pero le agregamos algunos ingredientes. Proyecto de vida tiene que ver con que los chicos de cuarto, quinto y sexto del secundario empiecen a visionar qué esperan a futuro para su vida. Excede y supera el test de orientación vacacional, las visitas a las ferias universitarias. Entonces el cuidar y cuidarse tiene que ver con educación sexual integral, con educación vial, con educación ambiental. Todas cosas que tenían que ver con “me cuido para cuidar el medioambiente, para cuidar a los otros y empezando a pensar en mi futuro”. En mi futuro individual y en mi futuro colectivo, para dónde vamos, qué queremos hacer, cuáles son las ofertas, de qué familia vengo, a qué aspira mi familia, cómo complemento el trabajo que se hace en casa, qué orientación tengo, me gusta estudiar o me gusta trabajar. Siempre intentando trabajar con los equipos directivos, porque son los que conocen el territorio, son los que están todo el día. El director no es un ejecutor, es un personaje importante, hay que consultarlo y hay que escucharlo porque es quien implementa la política educativa.

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