El Consejo Federal de Educación aprobó por unanimidad una guía que establece, a través de un sistema de semáforo, indicadores epidemiológicos con el objetivo de orientar a las jurisdicciones en la toma de decisiones. La vuelta progresiva a la presencialidad sólo será posible en los distritos que registren bajo riesgo.


Las variables plantean escenarios de riesgo bajo, medio y alto. El sistema de semáforo estará compuesto por tres indicadores: el nivel de transmisión del virus, la comparación de casos de los últimos 14 días y la disponibilidad de camas. En base a esto, cada provincia podrá avanzar según la realidad epidemiológica que esté atravesando.



Aquellas jurisdicciones que tengan un riesgo bajo podrán reanudar de manera escalonada y progresiva las clases presenciales en todos los niveles educativos, mientras que en los distritos con mediano riesgo podrán llevarse a cabo actividades de revinculación educativa no escolares, con grupos de no más de diez personas y preferentemente al aire libre.

Además, para hacer efectiva la vuelta a la presencialidad, estos indicadores deberán articularse con el protocolo marco aprobado por el Consejo Federal de Educación en el mes de julio, y nueve puntos elaborados por especialistas de la salud, entre los que se encuentran: contemplar la situación habitacional o niveles de hacinamiento de los estudiantes; evaluar la forma de traslado que se utilizará; y tener los procedimientos detallados sobre cómo actuar ante la aparición de un caso sospechoso y/o confirmado de coronavirus en la escuela.

Sobre esto, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, declaró: «Es un paso importante, da más tranquilidad y mayor previsibilidad a las familias al entender cuándo vamos a poder dar cada paso», y agregó: “Somos promotores del regreso a las aulas, siempre garantizando el cuidado de la salud y, por ello, nos hemos preparado desde el inicio para volver a reencontrarnos con nuestras niñas, niños y adolescentes” 

La decisión de comenzar o discontinuar las actividades presenciales en las escuelas deberá ser monitoreada, inicialmente, con una frecuencia mínima quincenal que se irá ajustando según la realidad local.

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