Por Rubén Alfredo Gómez

Las demandas derivadas de las dinámicas económicas, de los mercados laborales y de las áreas de conocimiento, puestas como horizonte a satisfacer en las instituciones de educación superior, colocan a la calidad como centro de las acciones académicas, financieras y políticas en la gestión de las universidades. Además de otros factores como la heterogeneidad de las universidades, de la masividad de la matrícula, esto incidió en la creación de organismos de evaluación y de acreditación durante los años noventa.

La búsqueda de mejoramiento de la formación produce un aumento de la desigualdad educativa. Por ello, la calidad de la educación superior es un problema estructural de las sociedades y no sólo de los sistemas educativos, ya que el acceso, permanencia y egreso al interior de las universidades, así como las propias instituciones, se segmentan socio-económicamente, ya que las familias tienden a invertir en educación de calidad diferenciadamente, en función de sus propios ingresos económicos familiares.

En este sentido, la problemática de la superación de la desigualdad de la calidad educativa, es también un tema de inclusión y equidad, tanto en términos individuales como colectivos, y deriva en la necesidad de reducir las brechas socio-educativas.

Nuevos conceptos de calidad

La definición de calidad en el mundo educativo, ha sufrido en los últimos años, cambios significativos. Por una parte, el cambio de la evaluación dentro de las universidades a evaluaciones externas. Y por otro lado, el pasaje de la evaluación de los procesos de enseñanza en sí mismos, a la evaluación de  la satisfacción del usuario y sus requerimientos. Dicho de otra manera, el pasaje de un enfoque tradicional de calidad a otro cuya visión de calidad está enfocada en relación a la utilidad que le brinda a las personas, un pasaje de visiones simples, disciplinarias y locales a enfoques cada vez mas globales, complejos pero más subjetivos.

De este paradigma, se induce que se pasa de una educación de calidad eficiente y eficaz a otra de pertinencia de saberes, y enfocada en las personas en su relación con el “saber hacer” como indicador central de la pertinencia.

Las instituciones de educación superior se debaten actualmente, en la adhesión a modelos de calidad donde privan los estándares mínimos o en sumarse a modelos de calidad orientados en la competitividad, de escenarios más globales, con perfil más focalizado en la adquisición de habilidades y competencias más globales.

La imposibilidad de una definición concreta de calidad

De lo descripto en los puntos anteriores se desprende la dificultad de construir una definición de calidad que mejor se adapte a la evaluación de las instituciones de Educación Superior. Es decir, para poder evaluarla y que las universidades acrediten la acrediten, es necesario construir una idea de “calidad” que posea determinadas características que le permitan:

1) ser operacional, es decir que se pueda traducir en elementos interpretables, objetivos, manejables, dentro de alguna guía, modelo o procedimiento de evaluación.

2) transversal y que contemple las funciones sustantivas de la universidad,

3) que contenga implícitamente el concepto de evaluación, considerando las singularidades institucionales, evitando estandarizaciones sistémicas,

4) ligado a la pertinencia social y a la gobernanza de la institución,

5) que refleje aspectos relacionados con la “accountability” de las instituciones.

La calidad es un concepto muy difícil de definir, poliśemico, que está presente en cada una de las actividades de una organización.  Como consecuencia de la implementación de la Ley de Educación Superior en Argentina, las Universidades, y en especial las de Gestión Pública, se vieron en la encrucijada de comenzar a rendir cuentas al Estado, que cambió su rol del de benefactor al de evaluador. Y una de las facetas que este nuevo Estado comienza a evaluar en las Universidades Nacionales, a partir de la creación de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria, es la de calidad.

La calidad en la Educación Superior se refiere a la excelencia en la prestación de servicios educativos, el desarrollo de habilidades y conocimientos, el compromiso con la responsabilidad social, la innovación y la investigación, el respeto a los valores y la diversidad, el desarrollo de habilidades para la vida, la preparación para el emprendimiento, incluye un compromiso de la institución con la equidad, la igualdad, el respeto a la diversidad, la libertad académica y el aprendizaje colaborativo. No obstante a esta descripción, seguramente, queden algunas aristas que componen este concepto sin mencionar. Lo que no cabe dudas, es que debe ser un concepto mensurable, aplicable y operacionable.

Son varios los puntos de vista con los que se puede abordar el objeto de estudio calidad. Sin embargo, en el presente trabajo se enfoca la calidad, desde la perspectiva de la autoevaluación institucional y de la evaluación de sus propios procesos constitutivos.

Para ello, una buena construcción de indicadores es fundamental. Los indicadores se  deben construir midiendo la forma en que se alcanza el nivel de calidad deseado, observando los estándares mínimos que a los que se debe arribar. Esto se puede hacer a través de encuestas, entrevistas, exámenes, análisis de datos y otras herramientas de medición. Estos indicadores deben ser diseñados para reflejar los objetivos y metas de la institución y, por lo tanto, deben ser revisados y actualizados con el tiempo y con ello, poder diseñar planes de mejora y desarrollo institucional; por supuesto sin dejar de observar por un lado la filosofía, la misión y la visión organizacional, por otro lado, las funciones sustantivas de la organización, y por último, el deber social de la universidad que es la de generar profesionales que cambien las condiciones de vida de la comunidad en la que se encuentra inserta la universidad, con espíritu crítico y compromiso social.

Bibliografía:
Calidad de la Educación Superior: un análisis de sus principales determinantes. Vergara – Suárez – Miranda (2014) Revista Saber, Ciencia  y Libertad (ISNN 1794-7154)
El concepto de calidad en la Educación Universitaria: Clave para el logro de la competitividad institucional: Vistremundo Águila Cabrera. Revista Ibeoramericana de Educación (ISSN: 1681-5653) Extraído de: https://rieoei.org/RIE/article/view/2886
El Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Educación: Consejo Nacional de Acreditación – República de Colombia Revista Iberoamericana de Educación – 2021. Extraído de: https://www.cna.gov.co/1779/w3-article-402539.html?_noredirect=1
Evaluación y Acreditación en la Educación Superior Argentina. Norberto Fernández Lamarra (2003) Segundo Congreso Argentino de Administración Pública – Sociedad Gobierno y Estado. Extraído de: http://www.asociacionag.org.ar/pdfcap/2/Fernandez.pdf
La evaluación y acreditación universitaria en Argentina: Araujo, S. Revista de Educación y Derecho (2017) Extraído de: https://revistes.ub.edu/index.php/RED/article/view/18346
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Los mecanismos de Evaluación Institucional y Acreditación de carreras y la calidad del Sistema Universitario – (2016) Gómez J.C.- Revista Debate Universitario Extraído de: http://portalreviscien.uai.edu.ar/ojs/index.php/debate-universitario/article/view/322/315


El presente artículo refleja la opinión personal de su autor y no corresponde necesariamente a la línea editorial de Trama Educativa.

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