Entrevistamos a Pedro Sanllorenti, Secretario General de la Agremiación de Docentes Universitarios Marplatenses, para conversar sobre la situación local y el balance de la situación de docentes universitarios.

—¿Cómo viene la situación de los docentes en la Universidad Nacional de Mar del Plata?

Yo diría que este año y hasta que se termine el ciclo lectivo que es marzo del año que viene, lo lógico es que sigamos haciendo lo que se puede y esa es la condición. Hoy la pandemia nos permite una presencialidad que antes no teníamos, que era impensada hace tres cuatro meses, se han dado todas las autorizaciones para que eso pueda ocurrir y muchas actividades han retornado a la presencialidad. Sin embargo no es la norma, salvo algunos exámenes, casi el 40% de los estudiantes de nuestra universidad no ha tenido actividades presenciales. Pero el año que viene, si las condiciones epidemiológicas así lo permiten, lo que queremos es volver a la presencialidad, para nosotros es fundamental volver a la presencialidad y demandamos que esa sea la manera de trabajar, porque es lo que tenemos en nuestro convenio.

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—¿Pese a la pandemia, tuvieron un buen dialogo con las autoridades de la universidad a efectos de en paritaria poder tratar todas las problemáticas que tenían desde ADUM?

Cuando empezó la gestión teníamos unas diez demandas, de las cuales nueve hemos podido tratar y muchas otras impensadas porque cuando uno empieza una gestión tanto desde la agremiación como desde la gestión, hay cosas que no habíamos pensado, una de ellas la pandemia. Y haber podido trabajar como trabajamos lo de la pandemia, regulando,  dando pequeñas aperturas, cerrando otras, volviendo a cerrar todo cuando fue necesario como en junio de este año, eso se pudo trabajar bien también. Entonces nosotros ahí vemos la posibilidad de discutir y lo estamos haciendo hasta el día de hoy que estamos discutiendo dos temas que ojalá podamos concretar en esta misma semana y que tienen que ver con esa negociación paritaria.

—¿Cómo ves la universidad y que te quedaría pendiente de acá a cuatro años? ¿Qué esperás de esta nueva gestión?

Una cosa que no pudimos lograr a pesar de todos estos avances es que en esta elección de rector y de autoridades de las facultades, sea realmente una importante mayoría de los claustros docentes quienes puedan votar a sus autoridades. Y eso tiene que ver con que no hemos podido lograr que los concursos se realicen, eso vale para todas las unidades académicas. Hay algunas que prácticamente tienen toda la planta concursadas como agrarias y cuando quisimos implementar lo del artículo 73 del convenio colectivo prácticamente no había docentes ahí. Sin embargo, en el resto hay muchas y eso es una deuda porque estamos todos de acuerdo con la idea que promovió la reforma universitaria que está en el convenio colectivo, que está en el estatuto de la universidad, de que para ingresar a la carrera hay que concursar.

Y que no se hagan los concursos o se demoren, ahí tenemos un montón de cosas, hay un desafío enorme que tiene la universidad y habrá que ver cómo lo resuelven que se llama escuela de medicina. Todavía no hay un concurso en la escuela, hace tres años cuando escribimos un documento de cómo estábamos decíamos que recién empezaba, ahora son cinco años.

—¿Qué nos podés decir de los docentes adscriptos que en muchos casos superan la masa docente rentada? Hay facultades donde cuatrimestralmente hay 400 designaciones a docentes adscriptos.

Ahí diría que tenemos que separar lo que originalmente se pensó cuando estaban las ideas de las designaciones como docente adscripto que están también en el estatuto y que vienen de una vieja idea que se llama la viene docenti, es como la autorización a alguien para que aprenda o trabaje de docente. Ahora, se supone que ese esquema está instaurado en una universidad en la cual hay una planta docente suficiente y que en realidad no es necesario una mayor cantidad de docentes. Pero nosotros vemos que varias facultades en que si uno quita los adscriptos no pueden funcionar las materias. Entonces ahí hay un problema, por lo tanto, hay que buscar una ecuación que diga: «se puede autorizar a alguien a hacer esto pero no debe ser la norma» No debe ser lo que prime.

—¿Cómo viene el escenario electoral y la paritaria nacional que abrirá una mesa de reevaluación en el mes de diciembre?

El escenario electoral de CONADU está por un sector que es la mitad de la federación, conducido de manera fraudulenta, y nosotros hemos impugnado ese proceso, la mitad de las asociaciones de base hemos impugnado ese proceso electoral. La mitad de los congresales nos retiramos del congreso en el que se eligió la junta electoral porque la conducción decidió cambiar los nombres de los congresales de tres asociaciones de base entre otras cuestiones y no muestra los papeles que certifique que tienen esa cantidad de afiliados y congresales. Esa situación sigue, a día de hoy estamos esperando que una reunión con el ministerio de trabajo de la nación para conocer lo que la federación dijo de la impugnación que presentamos catorce secretarios generales más otras dos impugnaciones más, una que presenté yo y otra de otro sindicato que es el nordeste. Estamos a la espera porque ya le dieron vista la federación y ahora nos tiene que mostrar que es lo contesta y que es lo que resuelve el ministerio. Si estas elecciones se hiciera, lo mas probable es que entraríamos en una especie de pantano porque no reconoceríamos a las autoridades electas.

Y respecto a las paritarias, nosotros estamos diciendo que ya la inflación fue más alta que la prevista en el último acuerdo, por lo tanto necesitamos que en diciembre haya una revisión y que nos garantice de mínima no perder el salario, pero en realidad  lo que queremos es cumplir con el precepto de ganarle a la inflación. El acuerdo que está suscripto no garantiza eso, necesitamos más fondos, un mayor porcentaje, que se agregue este mimo año. Quizá del orden del 10%, es a discutir, pero necesitamos que este mismo año haya un reajuste porque el 47% que hemos firmado hasta febrero del año que viene ya está consumido este año que va a superar este valor.

—Las paritarias nacionales han dado un paraguas sobre cómo desarrollar las tareas docentes ¿Hasta dónde abarca este paraguas?

Todavía no existe el acta que diga que la pandemia no existe, pero si estuviera ese acta, es muy probable que pueda suscribirse ahora o a principios del año que viene, no hay ningún justificativo para trabajar de la manera como lo estábamos haciendo. Nosotros decimos, desde marzo que se adhirieron las universidades, entre ellas la nuestra, hasta el acta que se firmó en junio, el trabajo docente virtual fue voluntario, no había por lo cual nosotros debiéramos trabajar de esa manera. A partir de ese momento se firma un acta que dice: reconocemos que estás trabajando en tu casa, reconocemos que ahí te cubre la RT, reconocemos que por eso se te tiene que pagar el salario y aparecen después discusiones adicionales por conectividad, etc. Hoy eso probablemente no tendría que estar vigente y lo que nosotros le decimos a las autoridades de la Universidad de Mar del Plata y lo lógico sería que se discuta a nivel nacional, es que en febrero del año que viene queremos que nos den una respuesta sobre esto y en función de eso discutimos cuáles son las condiciones de trabajo para este marco.

Sabemos que la virtualidad nos puso frente a una herramienta nueva que es el trabajo a distancia y con todos los elementos que hay, ahora, no es lo normal, no es lo que está previsto en las carreras que tiene aprobada nuestra universidad. Los estudiantes nuestros no deben transitar más de un 30% de ese tipo de actividades en sus carreras y abemos que hay muchos docentes disconformes con las evaluaciones y las respuesta que han obtenido.

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