Sagrada Familia Por Melanie Mandagarán. Profesora de Historia
Gran parte de las primeras décadas de historia de Mar del Plata se concentra en su rápido crecimiento, pasando en pocos años de ser un pequeño poblado de la costa bonaerense a ser el balneario más importante del país. Este cambio tan radical fue posible gracias al interés de los sectores encumbrados de la sociedad porteña de reproducir los balnearios de la élite europea en nuestra costa. No obstante, en estas narrativas del pasado local se suele olvidar un factor central del crecimiento de la ciudad y este es, nada más ni nada menos, que el puerto. La buena ubicación de la ciudad sumada al rico mar que baña sus playas atrajo a un gran número de pescadores que pusieron todos sus esfuerzos en el puerto para convertirlo en uno de los sectores económicos más importantes de la comuna.
Como es de esperar, con el paso del tiempo se fueron construyendo barrios alrededor de él donde habitaban las familias de los trabajadores marítimos, y ese incremento demográfico obligaba la apertura de instituciones educativas para formar a los jóvenes que allí vivian. En ese contexto, la Comisión de Damas Vicentinas de la ciudad, dirigida por Elisa Alvear de Bosch, construyó dos colegios durante la década de 1920 en dos manzanas que fueron cedidas por la familia Peralta Ramos. Aquellas dos instituciones, ubicadas en lo que hoy conocemos como barrio Villa Lourdes, son La Sagrada Familia y el Inmaculada Concepción, pero en el presente artículo nos concentramos en reconstruir la trayectoria del primero.
El Colegio La Sagrada Familia se erigió en 1924 en aquel desolado espació de nuestra ciudad. Rodeado por las calles Rondeau, Magallanes, Padre Dutto y 12 de octubre, la institución no estaría sola puesto que al mismo tiempo se edificó la iglesia homónima que es, desde hace unos años, Bien de Interés Patrimonial del partido de General Pueyrredon.
Como era habitual en colegios confesionales de la época, el centro educativo en sus inicios no era mixto y solo albergaba a estudiantes varones en sus aulas, algo que se modificó en las últimas décadas cuando se permitió el ingreso de niñas a todos los niveles. A pesar de los cambios que la institución evidenció a lo largo de más de medio siglo, una de sus principales características no se vio afectada y esto es el destacado rol que tiene la Obra Don Orione. Esta reconocida congregación fundada por el sacerdote Luis Orione hace más de cien años, ha tenido un fuerte protagonismo en la zona portuaria de nuestra ciudad y entre sus figuras más memorables podemos mencionar al Padre José Dutto. Este sacerdote de origen italiano, estuvo a cargo de la por entonces parroquia de la Sagrada Familia y popularizó la peregrinación de los pescadores para agradecer y pedir buenos resultados en el mar, una tradición que se sigue desarrollando en la actualidad en el marco de las festividades de la Fiesta Nacional de los Pescadores que se celebra todos los años en temporada estival.
Actualmente la institución brinda educación a los tres niveles: Inicial, Primaria y Secundaria. Dentro de este último ofrece Bachiller en tres orientaciones, las cuales corresponden a: Ciencias Sociales, Ciencias Naturales y, por último, Economía y Administración. Asimismo, se proporciona enseñanza en dos lenguas extranjeras: ingles e italiano. Sin lugar a dudas, tanto el colegio como la iglesia La Sagrada Familia, mantienen fuertes lazos con el puerto local y los habitantes de las zonas que lo rodean. Ambas intuiciones que están próximas a cumplir un siglo de vida fueron, son y seguirán siendo íconos de nuestra ciudad.