Por Albertina Marquestau

Concluimos el primer cuatrimestre, estamos en período de receso escolar, y es un buen momento pare reflexionar lo que dejó en materia educativa el aislamiento social, preventivo y obligatorio, y cómo se puede afrontar la segunda etapa del año.

Fase 1 de la pandemia educativa fue poner a disposición. Esto ¿qué siginificó? Pasamos del aula a las clases en casa, entonces lo primero que tuvieron que hacer los docentes fue asegurarse que los alumnos podían ver las tareas que: se habían subido a una plataforma, se enviaron y llegaron por mensaje, por grupo de Facebook, etc.

Seguidamente, vino el momento que llamo Fase 1 intermedia, que fue “la prueba y error”, que fue reconocer con qué metodología de las anteriores, respondía mejor el grupo de alumnos.

Fase 2: Fue la de sincronicidad. Que se dio a partir del momento que se comenzaron a realizar las conexiones, cuando ya nos dimos cuenta que esta situación no iba a durar 14 días, sino que se iba a extender por mucho más. Así que, en los casos que fue posible -porque sabemos que no siempre se puedo establecer conexiones-, comenzó el uso de zooms, google meet, etc,

Y esta sincronicidad que se dio a través de las pantallas no fue menor, porque implicó vernos, poner el cuerpo, “ver qué le pasa al otro”, como bien dice la pedagoga Mariana Maggio. Sabemos que una de las cosas que más extrañan los docentes es ver la reacción del alumno. No es lo mismo percibir una cara de no entiendo que nada en el aula, a no saber qué pasa del otro lado. Las conexiones permitieron recuperar esta imagen del otro. Pero también implicó agudizar la vista, el oído y la lectura para sincronizar todo….dar la clase, seguir las reacciones y comentarios de los alumnos a través de la pantalla.

Asimismo, la sincronicidad trae aparejado otro eje fundamental para el educador, que es la posibilidad de entregar el conocimiento construido. Implica también volver a poner al docente en el centro de la escena para mostrar que está haciendo su labor más valiosa: que es educar

Fase 3: Fue la de las creaciones: Con la nueva normalidad educativa, surgieron también las creaciones colaborativas y las cosas originales. Los educadores aprendieron a descubrir qué podían hacer y que no volverían a hacer. Y también que lo emergente ayuda a construir un conocimiento original que es lo que en este momento se necesita.

Fase 4: Educación híbrida: Concluimos el primer cuatrimestre con la educación en un entorno virtual, sabemos que en algún momento del segundo cuatrimestre, en forma escalonada, no todos los días y demás….los alumnos van a regresar a las aulas. Entonces surge el cuestionamiento sobre cómo será eso, y aquí aparece el concepto de educación híbrida. La educación híbrida combina la educación presencial y remota a través de distintos medios como plataformas de aprendizaje en línea, televisión o radio. Sin embargo, los expertos señalan que se requiere más que solamente distribuir tareas entre una modalidad y la otra. Se requiere repensar la educación y desarrollar modelos de enseñanza y aprendizaje que capturen la atención y el interés de los estudiantes por aprender de maneras diferentes en cada una de estas modalidades. Las distintas tecnologías deberán usarse como una herramienta para acelerar los aprendizajes más que como un simple canal para transmitir contenido. Con menos tiempo en las escuelas, es primordial que se priorice el desarrollo de las habilidades de colaboración entre los estudiantes, tanto en el componente presencial como en el remoto.

Fase 5: Es cómo hacer realidad la educación híbrida. Nuevas habilidades y perfil docente. La dualidad de la educación híbrida es una oportunidad para optimizar qué hacer en el tiempo presencial y qué hacer en el tiempo remoto. En el centro de la propuesta se encuentra el estudiante y el desarrollo de competencias transversales claves para la vida y para el nuevo modelo pedagógico: autonomía en el aprendizaje y en el uso del tiempo. Esto pone a los docentes frente a un nuevo modelo educativo centrado en competencias y en la adopción y uso de las nuevas tecnologías.

Contenidos y plataformas: En el modelo de educación híbrida se debe priorizar y flexibilizar el currículo, focalizando los esfuerzos en matemática y lectura/escritura, así como en las habilidades del siglo XXI. Como en la educación a distancia, los padres juegan un nuevo rol más protagónico; sistemas de apoyo y materiales especializados deben ser también desarrollados para ellos.

Información y seguimiento de estudiantes. Es importante que los gobiernos tomen decisiones informadas, y monitoreen y evalúen los aprendizajes de los estudiantes para poder mejorar o/y adaptar la oferta de contenidos

Equipamiento, infraestructura y conectividad. Las brechas de acceso a conectividad y dispositivos siguen siendo un reto. Más que medidas transitorias, el gobierno deberá garantizar su continuidad y complementar con otras formas innovadoras para cerrar las brechas digitales.

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