Por Marcela Esperón, Lic. en Psicología y docente

Luego de la pandemia se visibilizó un fenómeno que se venía produciendo, pero a menor escala. Se trata de diferentes padecimientos que afectan a adolescentes y jóvenes. Estos padecimientos pueden ser nombrados como: ansiedad, depresión, trastornos del sueño y de la conducta alimentaria. Si bien no se trata de algo nuevo en esta franja etaria, hay un mayor registro de los mismos en las escuelas. Cada vez más docentes tienen que acompañar a alumnos que transitan algún orden de padecimiento que los angustia y les dificulta la vida en general, en la que se incluye el pasaje por la escuela.

   En muchos casos las redes sociales dejan a los adolescentes expuestos a críticas que no pueden enfrentar y a modelos que les resultan inalcanzables; generando en ellos una gran frustración. La mirada atenta y la escucha amorosa de los docentes permiten “sostener” y acompañar las trayectorias que se ven obstaculizadas por padecimientos mentales. La potencia de la institución escolar permite desplegar ciertas cuestiones que, de otro modo, permanecerían en silencio. Un silencio que produce estallidos, que lastima. El aula es un espacio de escucha y apertura a otras instancias profesionales que ofrecen una cura posible.

Jóvenes, salud mental y escuela

   Cada docente es sostén y parte de una trama que aloja a los alumnos. En muchas ocasiones, esto se produce sin tener un registro consciente de ello; es un efecto del hacer cotidiano, de la puesta en juego de cuerpos y miradas en el aula. En otras oportunidades, hay un hacer direccionado en forma amorosa y consciente; hay una intencionalidad. Uno podría plantearse que no todo docente cumple esta función de sostén. Puede ocurrir que alguno encare el “rol” desde lo meramente disciplinar. Se producen allí algunos agujeros en la “trama” que desalojan, corren, apartan.

Jóvenes, salud mental y escuela

   Sin embargo, en la mayoría de los casos hay entrecruzamientos de miradas y se tiene registro de esos cuerpos que habitan el aula. Allí algo queda dicho; algo que permite desplegar la singularidad de cada alumno y alumna. Se trata entonces de estar atentos, de estar disponibles.

Ilustraciones por Delfina Lucía Rey, artista plástica y docente


El presente artículo refleja la opinión personal de su autor y no corresponde necesariamente a la línea editorial de Trama Educativa.

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