El aumento del boleto de colectivo en Mar del Plata sigue generando preocupación, no sólo en términos económicos, sino también por sus consecuencias en la educación. Según Abigail Araujo, consejera escolar de Unión por la Patria, el valor del pasaje se incrementó muy por encima de la inflación, lo que afecta la asistencia de estudiantes a la institución.
“Cuando Montenegro asumió, el boleto costaba $18,50. Si lo ajustamos solo por inflación, hoy debería estar en $524, pero en realidad cuesta más del doble: $1180, y quieren aumentarlo aún más”, denunció Araujo. La consejera escolar destacó que estos incrementos se aplican por decreto del Intendente, sin un debate en profundidad sobre los costos reales del servicio.
Uno de los principales problemas derivados del aumento del boleto es el impacto en la asistencia escolar. “Sabemos que muchos niños y niñas no van solos a la escuela, sino que son acompañados por sus padres. Si el transporte es inaccesible, estamos afectando directamente su derecho a la educación”, aseguró.
Según datos aportados en la entrevista, la falta de asistencia influye directamente en el rendimiento académico. “Los estudiantes que solo faltan por cuestiones de salud adeudan menos de cuatro materias al finalizar el año. En cambio, aquellos que faltan una vez por semana por problemas de transporte tienen un 50% de probabilidades de adeudar cuatro o más materias”, explicó Araujo.
A esta situación se suma la problemática con la empresa Costa Azul y su subsidiaria 221, que prestan servicio en Mar del Plata y zonas aledañas. “El boleto estudiantil debe garantizarse en todas las líneas, pero en estas empresas es un reclamo histórico de las comunidades porque no se cumple como corresponde”, denunció Araujo. La consejera criticó la falta de intervención del Municipio en este conflicto: “El intendente podría negociar con la empresa para que se respete el derecho al boleto educativo, porque los estudiantes que usan el 221 son marplatenses. Sin embargo, prefieren hacer comunicados en vez de buscar soluciones concretas”.
Además, criticó la falta de control sobre las tarifas del transporte público: “Las empresas son las únicas que hacen cálculos de costos porque hace años que la Municipalidad no lo solicita a otras entidades”. Durante el último pedido de aumento del boleto, los transportistas solicitaron un incremento del 26% que lleve el básico a $1.484,50.
Para Araujo el problema de fondo sigue siendo la ausencia de un nuevo pliego de transporte que contemple no solo el valor del boleto, sino también la cantidad de líneas, los recorridos y las frecuencias. “Desde la pandemia, las frecuencias se redujeron cada vez más y esto también impacta en la educación”, concluyó.
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