Cada 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje con el objetivo de concientizar sobre la importancia de reciclar los residuos. Además, visibiliza la importancia de reducir y reutilizar para ayudar a disminuir la contaminación.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró el 17 de mayo como el Día Mundial del Reciclaje en el 2005. La reutilización y el reciclaje ayudan a reducir la extracción de materias primas que consumen energía y dañan el medio ambiente. Sin embargo, lo mejor para evitar continuar con el cambio climático es reducir los desechos. En este sentido, la resolución UNEPEA.4Res de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Naciones Unidas 20.b) expresa que se debe pensar en un modelo económico sostenible de forma que los desechos puedan ser reutilizados, remanufacturados, reciclados o recuperados y así permanecer en la economía el mayor tiempo posible junto con los recursos con los que se fabrican.
A su vez, en el informe “Más allá de una era de desperdicio: Convertir la basura en un recurso”, publicado en marzo de este año por el Programa de Medio Ambiente de la ONU, describen la importancia del correcto tratamiento de los desechos y de la reducción de los gases de efecto invernadero. Además, los desechos y su tratamiento aumentan la triple crisis climática que está viviendo el mundo y que se trató en la Asamblea de Medio Ambiente para generar contribuciones y políticas que ayuden a llegar a los objetivos de desarrollo sostenible.
La importancia de reciclar
El reciclaje ayuda a disminuir los desechos y gastar menos recursos que no son renovables. Además, disminuye la emisión de gases de efecto invernadero que se generan, el consumo enérgico y toneladas de residuos.
Al separar la basura en los hogares se promueve la disminución de contaminación y el consumo de recursos naturales. Los materiales como papel, cartón, vidrio, plástico y metal pueden ser reutilizados en la cadena de producción de nuevos objetos que serán insertos en el mercado y de esta forma reducimos el consumo de agua y energía que conllevaría crear de cero estos materiales.
El sistema de producción actual, basado en comprar, utilizar y desechar, fomenta el desperdicio, aumenta la contaminación y disminuye las posibilidades de conservación del planeta. En Argentina, los materiales como cartón, plástico, metal y vidrio se tratan, clasifican y luego se comercializan o procesan para que vuelvan al circuito productivo como materia prima.