En el marco del ciclo «Diálogos que inspiran» en Didáctica General, y junto a la subsecretaria pedagógica de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, la Mg. Marta Libedinsky habló sobre innovaciones en la enseñanza.
Marta Libedinsky es profesora adjunta ordinaria de Didáctica General del Departamento de Educación de la Universidad de Luján, magister de la Universidad de Buenos Aires, actualmente cursa el Doctorado de Educación y sus temas de interés son la integración de tecnologías digitales en el aprendizaje formal e informal, y las estrategias de enseñanza y materiales didácticos innovadores para el nivel secundario y superior.
«Es un momento muy doloroso, cada vez que se habla de oportunidad, no lo veo así. A mi me resulta bastante incómodo. Me encanta estar en mi casa, pero cuando decido hacerlo. Me encanta enseñar online porque decido hacerlo, y no porque hay un factor externo tan duro y difícil de comprender para los niños», aseguró.
Por otro lado, afirmó: «Hay veces que se dice que las innovaciones deben ser macro, sino no tienen valor. Yo creo que sí tienen valor y pasando por diferentes instancias, más que nada en Ministerios o en ONGs pequeñas, lo confirmo día a día. A veces, las macro o microinnovaciones, que se comienzan a instalar, ahí empieza a tener valor. Luego, tal vez nuestro proyecto pequeño creció, fue aceptado y comprendido, pero cuando llega el momento de llevarlo a escala, la prioridad cambió, como ahora. Esa innovación queda olvidada de nuevo».
En ese sentido, dijo que «el aula es un lugar para innovar»: «No hace falta desacreditar lo que sucede ahí para generar innovación. De allí, la idea de micro, el prefijo, una magnitud reducida, que uno puede manejar en una cátedra o siendo docente en un aula. Visualizar el problema permite generar la solución, una idea bastante popular, respecto a la innovación en nuestros campos».
«El problema de decir que esta enseñanza es muy teórica, pura palabra, sucede la acerquitis y elementitis, por un lado profesores que siempre enseñan acerquitis, es decir, hablamos sobre el futbol, pero no enseñamos el fútbol. Siempre es acerca de las cosas, la invitación es hacer las cosas, el juego pleno. La otra idea de elementitis, siempre te doy los elementos y te prometo canunca; nos enseñan un montón de elementos y uno nunca ve cómo esos elementos me sirven para mi proyecto chiquito, personal, de investigación. Entonces, la solución son actividades basadas en género», exclamó.
Por otro lado, hizo referencia: «Otro problema, desconexión entre lo que sucede en el aula y el presente, lo que está sucediendo afuera del aula, en el mundo real, en el mundo cotidiano. Aquí la propuesta es proponer actividades de aula que se conecten con esos sucesos de la vida real».
Por último, «el otro problema que traigo es esa enseñanza superficial, impaciente, centrada mucho en la palabra, rápido, donde aparece un movimiento que promueve que en las escuelas y universidades desarrollemos las capacidades de observación lenta. Hay una estrategia, muy bien desarrollado y fundamentada, que son las rutinas de pensamiento como parte de un enfoque de la enseñanza».
Escucha el resto de la charla en la voz de la Mg. Marta Libedinsky.