Feria del LibroPor Emilia Pozzoni

Hoy fue el último día de la decimoséptima edición de la Feria del Libro marplatense, un evento característico de la ciudad, en el cual, a lo largo de diesciséis días pudimos disfrutar de encuentros de lectores, charlas, debates, presentaciones de libros y, por supuesto, variedad de stands de librerías locales y regionales. Si bien en julio ya había tenido lugar la edición específicamente destinada a un público infantil y juvenil, en este nuevo encuentro, las lecturas destinadas a adolescentes y jóvenes adultos volvieron a cobrar fuerte protagonismo. Gran parte de las propuestas llevadas a cabo resultaban de interés para los amantes de la literatura juvenil, un fenómeno de mercado que no deja de sumar ediciones y ventas.  

En este sentido, no solo hubo ofertas y gran variedad de títulos destinados a esta franja etaria, sino también charlas, debates y encuentros de fanáticos. Uno de los ejes de las presentaciones estuvo puesto en la literatura digital y la expansión de la lectoescritura en las redes sociales, principalmente a partir de la figura de los bookfluencers. Para Victoria Saez, profesora en Letras e investigadora de la UBA, la emergencia de perfiles de YouTube, Instagram o Tik Tok dedicados a la producción de reseñas y recomendaciones literarias responde a la necesidad de los usuarios de oficiar no solo como lectores sino también como gestores culturales de sus propios consumos (2022). Estos espacios de intercambio virtual facilitan el primer contacto con la literatura o bien gestan redes más profundas de interpretación y comprensión lectora. En este sentido, los booktubers, bookgrammers o booktokers cumplen un rol fundamental en la vigencia de la literatura juvenil en tiempos de pantallas e interacciones mayoritariamente digitales. Sobre esta temática se profundizó en varias de las charlas ofrecidas en la sala José Hernández, donde además de dialogar con conocedores de la temática o bookfluencers, los asistentes pudieron participar de sorteos por ediciones destinadas a un público adulto joven.

Otros encuentros estuvieron destinados a la lectura en términos escolares o al gran dilema sobre cómo abordar la literatura infantojuvenil en la escuela. Recuperando los planteos de Paula Labeur (2019) elegir qué dar en el aula o qué textos trabajar con nuestros estudiantes puede resultar un gran desafío. En esta oportunidad, la Feria del Libro ofreció distintos espacios de encuentro entre docentes para disertar sobre la tarea de leer para y con otros. Algunos de estos espacios fueron enfocados, a su vez, en la relación posible entre literatura y ESI, destacando el poder de las palabras para trabajar en torno a las nuevas miradas sobre cuerpos, sexualidades e identidades. 

En paralelo, pensando en estas nuevas infancias y juventudes, Marcela Citterio -guionista especializada en ficciones adolescentes para cine y TV, como fue el éxito de Patito feo entre 2007 y 2008- presentó su sello editorial, The Orlando Books. El nombre elegido guarda estrecha relación con el texto de Virginia Woolf; entrelazando su propuesta con uno de los grandes clásicos de la literatura inglesa del siglo XX. La editorial tiene, hasta el momento, cuatro títulos publicados: La chica que no quería ser princesa -de la propia Marcela Citterio-, una bilogía integrada por Casi amor  y Mal amor -escrita por su hija, Chiara Citterio-, y Quemacoches -una novela policial de Bernardo Beccar Varela-.  

En cuanto a literatura y otros formatos, la Feria del Libro también contó con una mesa de debate enfocada en Sandman, la aclamada novela gráfica de Neil Gaiman, recientemente adaptada por Netflix; u otra sobre retellings -o reescritura de clásicos en el amplio espectro de la literatura juvenil-. En ambos casos, se trató de espacios de conversación sobre los nuevos hábitos de lectoescritura a partir del avance de las nuevas tecnologías. La necesidad de volver a contar/disfrutar de historias ya leídas, pero desde una nueva óptica, estilo o soporte se erige como una de las propuestas más distintivas de la literatura juvenil contemporánea. 

De igual modo, no fue la única oportunidad en la que el uso masivo de las redes sociales y otros espacios virtuales resultó relevante en la producción o distribución de un texto literario. La Feria contó con encuentros con autores y presentación de textos que, en un primer momento, solo fueron conocidos y leídos en plataformas online. Tal es el caso de Esteban Sterle, un humorista marplatense, cuyas tiras gráficas cobraron gran relevancia en Facebook. En ellas, Sterle desarrolla el personaje de Tina, una preadolescente que, recuperando la tradición de Mafalda, evalúa de manera crítica su entorno, llegando a sagaces conclusiones. Como toda niña habitante del siglo XXI, Tina se encuentra en constante diálogo con la irrupción de los nuevos feminismos, así como también la abundancia de fake news, la existencia de la posverdad o el uso constante de plataformas virtuales, volviéndose claramente representativa para  lectores tanto jóvenes como adultos.

Si bien este breve resumen no alcanza para representar la variedad de ofertas y propuestas que abundaron en la última edición de la Feria del Libro, es interesante destacar el protagonismo que adquirieron las actividades para jóvenes lectores. Sin lugar a dudas, la relevancia que tomaron estas textualidades en las redes sociales tuvo que ser trasladada a los encuentros presenciales, con una excelente recepción por parte del público.

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