Entrevista al Dr. en Letras Esteban Prado, miembro del Sistema Institucional de Educación a Distancia de la Universidad Nacional de Mar del Plata y responsable de la Revista «Clases».
—A principio del año la directora del SIED nos contaba la agenda para el año 2020 y la propuesta que estaban pensando para docentes de escuelas secundarias. ¿Cuánto se modificó esa agenda? ¿En qué consiste este nuevo proyecto?
Esa agenda original se ha modificado e intensificado, porque en particular el SIED -en relación a la educación a distancia- pasó de tener algunas carreras a cargo y hacer el apoyo técnico y pedagógico de una serie de proyectos a ser totalmente central e indispensable para toda la Universidad Nacional de Mar del Plata. En ese sentido fue un desafío total para todo el equipo.
En mi caso en particular yo estoy abocado a un proyecto muy puntual que es «Clases». Es una publicación periódica que se define como una «plataforma de actividades educativas» pensada directamente para la escuela secundaria. No es una publicación que pretenda generar actividades educativas en abstracto sino lo que busca es enfocarse en la actividad de los docentes y las docentes de Mar del Plata y de la zona de influencia de la Universidad de Mar del Plata.
Cuando surgió el proyecto veíamos que las herramientas técnicas para hacer este tipo de trabajo estaban al alcance, en el sentido de generar la posibilidad de que haya una suerte de almacén de archivo desde lo que hacemos en las aulas, en las escuelas secundarias, que normalmente se pierden o quedan las carpetas de los profesores.
Nos parece que es muy interesante e importante generar esa suerte de archivo que tiene una doble función, por un lado la de constituirse como un archivo de lo que se hace en las aulas en la zona y al mismo tiempo constituirse como una plataforma de intercambio entre colegas.
—¿Cómo pueden acceder los docentes a esta revista?
Está en la misma página del SIED, y particularmente en: www.revistas.SIED.mdp.edu.ar Si ya acceden ahí van a encontrar las dos publicaciones del SIED, una es de «Clases» y otra es del Boletín propio del sistema.
—¿Por qué te parece que la universidad se tiene que involucrar en este proceso de generar estas herramientas?
Esto te lo respondo desde lo personal, el proyecto un poco surgió de mis inquietudes. Yo trabajé en escuelas secundarias un buen tiempo, después me alejé y sin embargo nunca dejé de pensarlo como un lugar central de nuestra zona de incidencia. Yo trabajo en la carrera de letras y veo qué el 90% de los egresados de letras trabajan en escuelas secundarias, muchos de los que tenemos otros trabajos de una manera u otras siempre volvemos también a trabajar en las escuelas secundarias. Y me pareció que era momento de reconocer ese laburo que hacen muchos de nuestros graduados y generar una herramienta.
Tiene la importancia de que la Universidad se ocupe y no deje de pensar y de establecer esta suerte de soporte para el trabajo de las personas que pasaron por ella. El proyecto lo acerqué a la que en ese momento era la Directora del Departamento de Letras, pensando en bueno, tengo esta idea, me gustaría que no fuese algo para la gente de letras nada más sino que sea algo lo más amplio posible y que involucre a todas las áreas que tienen incumbencia en la escuela secundaria. Entonces ella inmediatamente me dijo bueno, esto por cómo lo estás planteando tiene que ser a escala de la Universidad, no nos corresponde a nosotros como Departamento sino que tiene que ser realmente un proyecto de esa escala. Y en ese sentido era totalmente imposible para mí tener el alcance que ahora puede llegar a tener en la media de cómo convoca a la Universidad y el lugar que tiene la sociedad.
—¿La revista también es una herramienta interactiva?
Tal cual, llegar al primer número fue verdaderamente un trabajo en equipo. Entre el equipo de la Secretaría Académica, del SIED, con los técnicos, con el equipo de redacción y el comité académico y -principalmente- con los que en su momento eran unos quince, veinte posibles autores que presentaron sus primeras propuestas. Entendieron que iba a ser el primer número de totalmente prueba y error y de ir encontrando el formato, porque esta cosa de que por un lado es el relato de una experiencia, pero al mismo tiempo lo perfilamos con una propuesta para que otro lo adopte. Entonces hay unos idas y vueltas y ajustes y desajustes respecto del formato, pero terminamos armando por un lado una propuesta con una fundamentación y una cosa más como para subir entre los colegas y por otro lado armamos una hoja de ruta que es prácticamente algo que si alguien adopta la propuesta puede tomar eso para presentar a sus estudiantes como el esqueleto de la propuesta.