El viernes 5 de abril a las 17, la Editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata (EUDEM) realizará la presentación del libro «El apogeo de la “ciudad de todos”. Mar del Plata en los años sesenta» en la Villa Victoria Ocampo. Además, será la inauguración de una muestra fotográfica sobre Mar del Plata.
La Villa Victoria Ocampo, ubicada en Matheu 1851, será sede de una doble presentación, por un lado, El apogeo de la “ciudad de todos”. Mar del Plata en los años sesenta, una obra compilada por Elisa Pastoriza y Melina Piglia, realizada en EUDEM. Por otro lado, la muestra fotográfica que acompañará la presentación de este trabajo editorial, la cual nos invita a recorrer aquella Mar del Plata a partir de la mirada de dos fotógrafos: Juan Bautista Pablo “Pupeto” Mastropasqua (1934-2023) y Dmitri Kessel (revista Life 1902-1995).
Este libro desarrolla diversos aspectos que configuraron el florecimiento de Mar del Plata como ciudad turística de masas, entre los años ‘60 y mediados de los ’70. En ese contexto, trata temáticas tales como las políticas públicas turísticas, la urbanización, las clases medias, el ocio, la construcción y las representaciones culturales.
Durante la primera mitad de la década, la ciudad presentaba condiciones favorables para el desarrollo y consumación de ese experimento social, la confluencia en Mar del Plata del conjunto del espectro social de la sociedad argentina. Amplias playas con capacidad de absorción, infraestructuras, idóneas conexiones viales que permitieron el uso de transporte automotor y una gestión municipal atenta al progreso ciudadano. La ciudad ofrecía un cuadro de sociabilidad intensa, ponderado en innumerables fotografías y relatos y que la memoria ha retenido en recuerdos plenos de emociones y sentimientos.
Estos cambios eran visualizados con certidumbre, confianza y la convicción en un continuo progreso y bienestar, que no era otro que el de la sociedad argentina. Muy pronto, al promediar la década, aparecieron los síntomas que mostraban los límites de dichas certezas: elevados costos turísticos, crisis económica y autoritarismo. También la deserción de algunos visitantes -los jóvenes y las elites- atraídos por otras opciones, acabaría por dar cierre a ese peculiar momento de la “ciudad de todos”.
Para conocer más sobre este libro, desde Trama Educativa nos comunicamos con Elisa Pastoriza, una de las compiladoras de El apogeo de la “ciudad de todos”. Mar del Plata en los años sesenta:
– ¿Por qué decidieron nombrar a Mar del Plata como la “ciudad de todos” en el título del libro?
Desde fines de los años cincuenta y hasta las transformaciones que trajeron los vendavales políticos, económicos y sociales de los años setenta, Mar del Plata floreció como una ciudad turística de masas. Durante esa época fue la “ciudad de todos”: sus veranos le dieron marco al encuentro de personas de todas las regiones del país y de todas las clases sociales. Amplias playas con capacidad de absorción, una ruta que, aunque crecientemente desbordada, la conectaba de manera directa con Buenos Aires, el boom de la construcción de edificios y una gestión municipal atenta al progreso ciudadano ofrecieron las condiciones locales para ese fenómeno. La movilidad social ascendente, la masificación del automóvil y el auge del turismo sindical empujaron a sectores medios y trabajadores hacia el balneario, simultáneamente visitado por las elites, que ocupaban las grandes residencias y el Hotel Provincial. La ciudad ofrecía un cuadro de sociabilidad intensa, que la memoria ha retenido en recuerdos plenos de emociones y sentimientos y que se plasmó en miles de fotografías, relatos, canciones y películas.
– ¿Dónde encontraron el material necesario para realizar este libro?
Archivos y repositorios dentado tipo publicaciones periódicas, fotografías, films, entre otras.
– ¿Cuánto tiempo les llevó reunir la información necesaria para escribir el libro?
Toda investigación histórica es larga. Esta obra es producto de un grupo de investigación radicado en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata. La investigación lleva más de 6 años.