Entrevistamos a los candidatos de la lista @unifutura, Daniel Antenucci, investigador y docente universitario y a la candidata a Vicerrectora, Mariana Foutel, investigadora y docente universitaria.
—¿Cómo fue el proceso de ser el vicerrector de la formula actual y ahora convertirte en oposición con Unifutura?
Daniel: En realidad ese espacio estaba compuesto por seis facultadas y salieron tres para un lado y tres para el otro, independientemente de que uno de los espacios siguió usando oportunamente el nombre de la alianza que era completa, que se tendría que haber tomado cada uno otro nombre. Pero en realidad el espacio se desarmó, nadie salió de un espacio y se desarmó no por una cuestión de problemas vinculares ni problemas personales, nos llevamos muy bien y somos parte de la comunidad universitaria de toda la vida, sino por cuestión de visión. Era un espacio que se conformó en el 2016, que habrían presentado determinada propuesta de gobierno y yo mismo había sido participe de escribir parte de esas propuestas de gobierno y determinadas cuestiones no se han llevado adelante por visión. Y como entendemos que esa visión básicamente es llevada adelante desde el vértice y tenemos visiones diferentes, porque no se han implementado determinadas cuestiones, decidimos tomar el camino para implementar esa visión diferente de universidad.
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—Respecto de los cinco ejes que presentaron como propuesta de trabajo ¿De qué se tratan los comités que quieren generar para darle participación al trabajador universitario?
Daniel: La vuelta de tuerca que hay que darla en el área académica, la universidad hace muchos años que está en un éxtasis en ese sentido, además de todo el andamiaje administrativo y técnico que requiere ese movimiento que debe realizar la universidad. Es muy importante en ese andamiaje el personal universitario no docente y obviamente el resto de los cuerpos, pero este actor es muy importante para el funcionamiento de la universidad como engranaje.
Yo suelo decir que el todo, para hacer todo, se tiene que conformar de todas las partes, si una de las partes no participa, no hace al todo. Y además uno no puede construir desde donde no conoce y para construir desde el no conoce en realidad tiene que convocar al que conoce en esa construcción y en esa construcción del andamiaje administrativo funcional de la universidad, el que conoce es el personal universitario no docente. Con ellos se debe trabajar desde la gestión en una mesa peramente para trazar políticas, circuitos, manual de procedimientos, plataformas funcionales administrativas, pero además también de medios digitales, un cambio también en la dinámica de las plataformas de gestión y por eso es necesario trabajar desde la visión del sector de sí mismos. Y por eso nadie tampoco hace carne de una construcción en la cual no participa y para eso pensamos que el sector tiene que participar y trazar junto con la gestión el norte de la dirección del sector.
—¿Hay alguna pata que tenga que ver con desburocratizar o aprovechar mejor aquellas herramientas que ofrecen los sistemas SIU?
Mariana: Justamente como el circulo virtuoso es desde el planeamiento, la gestión, la evaluación institucional que ya tenemos a disposición y que nos va a permitir un nuevo circuito de pensamiento colaborativo que produzca el circulo virtuoso del aprendizaje organizacional. En este sentido, el sistema SIU es uno de los logros del sistema de la educación superior en la Argentina porque es una construcción colaborativa de las distintas universidades y donde se va enriqueciendo a partir de los aportes de los saberes de todos. Entonces el poder aprovechar el máximo potencial de todos los sistemas que brinda el SIU creo que es uno de los grandes desafíos. La pandemia nos brinda una oportunidad en términos que todos en la universidad y en las organizaciones fuera de la universidad, estamos reflexionando sobre los modos de hacer, sobre los modos de trabajar, sobre los modos de decidir, entonces creo que esta es una nueva oportunidad que nos involucra a todos y queremos hacerla escuchando las voces de todas las partes.
—La realidad actual de la universidad es con algunas actividades presenciales, pero las más importantes en cuanto al número de asistencia siguen siendo virtuales ¿Cómo evalúan eso que se está generando actualmente en la universidad y cómo le proponen a la comunidad ese retorno a la presencialidad?
Daniel: El retorno a la presencialidad tiene que ser redefinido, pero va a venir con una hibridación con las plataformas digitales, no solamente por nuestra universidad sino por el rol de nuestra universidad Argentina en un contexto regional. La diferencia de las universidades argentinas con otras de la región es que hay una competencia por la matricula que es paga, en el caso de la Argentina obviamente no, en el caso de las universidades públicas. Eso hace que en el contexto regional las universidades hayan organizado consorcios para dar carreras en conjunto, con una oferta digital, mediada por tecnología, donde terminadas universidades ponen unas carreras, otros otras o mezclan contenidos y proponen carreras nuevas. Eso genera un escenario global diferente, tenemos la proyección de las carreras “google” donde estudiantes de todo el mundo cursan virtualmente y tienen un porfolio reconocido en un marco laboral mundial de determinadas plataformas.
Obviamente la presencialidad es una herramienta importante, pero la virtualidad y las plataformas digitales para mucha gente que puede y quiere hacerlo es algo beneficioso. La diferencia, por ejemplo, con la universidad a distancia de España, es que el estudiante elige la plataforma digital, elegir es poder tener los dispositivos, poder tener horarios y no elegir es donde no tenés ninguna de esas condiciones y te ves obligado a usar una plataforma. Entre 32 mil estudiantes que tenemos, seguramente una porción de los estudiantes puede elegir las plataformas digitales mientras que otra porción elegir la presencialidad. Esa planificación se tiene que dar en la universidad a medida que vamos preparando aulas híbridas para esta nueva realidad.
Mariana: También creo que esta posibilidad de repensarnos implica procurar trabajando desde una política académica y articulando con los secretarios académicos de las facultades y con una escucha activa de los y las docentes y de los y las estudiantes, tratar de construir lo mejor de los dos mundos. Y esto tiene que tener particularidades por carrara y por tipos de asignaturas dentro de cada carrera, porque escuchando por ejemplo a estudiantes, a colegas, vos ves que hay cosas que están buenas desde la virtualidad y hay cosas de la presencialidad que no se pueden sustituir como actividades de laboratorio. También esto requiere una mirada a futuro, hay universidades como la UTN que tiene 32 facultades regionales y que están articulando modelos de hibridización incluso con laboratorios remotos compartidos. Entonces digo, me parece que hay que pensar un plan de retorno que pueda capitalizar las ventajas de los dos mundos considerando, las particularidades disciplinares y dentro de ellas de cada subgrupo de asignatura.