En Trama Educativa Radio entrevistamos a Antonela Padovani, licenciada en Psicopedagogía, sobre su trabajo y la incidencia de las emociones en el aprendizaje.
– ¿Cuál es la importancia de las emociones o cuánto afectan las emociones al aprendizaje?
Son todo las emociones en el aprendizaje porque el adolescente necesita ese espacio de escucha para que esas emociones puedan empezar a tener un cauce positivo. Entonces, a partir de eso, es lo que sucede en la adultez. Hoy en día yo laburo todas las edades y el adulto sostiene muchas cosas que tienen que ver con su infancia. Es decir, si mi mamá me pegaba o me leía un cuento, eso va a ser una marca para siempre. Es muy importante las emociones y hoy en día estamos con el auge de Intensamente 2, para mi es un peliculón, aunque haya mucha crítica respecto a ello. Viene a mostrarnos un formato más divertido y creo que a las emociones hay que darles lugar, porque sino el aprendizaje no sucede o quizá ese aprendizaje no está siendo potenciado. Tiene que ver con eso, hay que darle lugar y espacio.
– A veces hay también una idea de que está mal o se limitan las emociones por cuestiones de género o una idea cultural de que no hay que involucrar al resto en nuestras emociones, ¿esto es así?
El gran trabajo que uno puede hacer, por lo menos desde la escuela, ya que yo trabajo en un consultorio también, es pscicoeducar. Quiero decir, podemos decirle al otro que la alegría no siempre aparece, que la tristeza es bienvenida, que la ansiedad es algo que está en auge también. Yo me meto ahí, soy estudiante de Psicología intentando terminar la carrera, así que me gusta mucho todo este tema y creo que es enseñándole al otro que esto está bien y que en las diversidades existen un montón de cuestiones, en cada familia, en cada ser humano y hay que darle apertura a eso. No todos logramos hacerlo.
– Pensando en las redes sociales: podemos compartir lo que nos pasa, descargar, pero también es una manera de generar ansiedad por estar pendientes. Tiene como un doble juego ahí
Esto me decía una paciente de orientación vocacional: “Me da bronca ver las redes de otros que al final la pasan bien y yo no”. Bueno, ¿y cómo sabes que el otro la está pasando bien? Tal vez está luchando alguna batalla, colgando esa foto en forma de apoyo. Yo creo en las redes como un medio de comunicación pero creo que eso no lo es todo y aprendí también a mostrar que estoy cansada, que puedo tener mi día de no hacer nada, cosa que es necesaria, y esto es lo que intento. Pero, a su vez, las redes son otro trabajo que me acompaña hace muy poquito tiempo porque estoy comenzando en esto, pero no todo lo que sucede ahí es real.
– Pensaba en el juego y el ocio y cómo esto está cada vez más desprestigiado y eso tal vez también juega un papel importante.
Y no hacer nada es difícil. Es como que el día está lindo entonces tengo que ir a hacer algo, ir a tomarme un café o salir a caminar. Está buenísimo porque todo tipo de ejercicio es salud mental y tiene un impacto muy positivo en el cerebro. Es muy difícil a veces para el ser humano estar sin hacer nada y es necesario también.
– ¿Cómo empezó tu camino por las redes sociales?
Mi camino empezó cuando comencé a trabajar con quien es mi maestro, un poco, yo trabajo para Daniel Martinez, quien es un consultor psicológico, vive en Buenos Aires, y yo fui paciente de él entonces un día me dijo «mirá, quiero una psicopedagoga en mi equipo» y para mí que me llamaran era una oportunidad grande. A partir de eso aprendí a manejar las redes. Y gracias a eso, soy numeróloga, también, esto es un dato aparte, pero empecé a tomar la numerología como herramienta de primer entrevista. Yo, a partir de eso, con tu nombre completo y tu fecha de nacimiento, puedo encontrar muchas cualidades de tu personalidad. Y a partir de ahí empecé a jugar un poco con esto, a la gente le gusta muchísimo. Pero bueno, ahí empiezan las redes que me lo tomé como un gran laburo el cual llevó mucho tiempo y esfuerzo y me costó también y después ya empecé a relajarme y mostrarme más real en esta instancia de compartir lo que pasaba.
– Respecto al mundo de los adultos, ¿están más capacitados para expresarse en cuanto emociones, le dan lugar a lo que les pasa o está esta cuestión de ocultarlo y avanzar?
Y todavía esta la idea de que todo lo que es “psico” es porque algo anda mal y por eso vas a tomar este tipo de sesiones y falta camino pero creo que hay mucho más. Yo lo veo a mi abuelo, por ejemplo, que ha tenido otra crianza y tiene 85 años y que hoy en día habla distinto de las diversidades sexuales y capaz es por mí que le voy diciendo “fijate, abu, esto no”. Creo que va en lo que cada familia recibe y que hoy también tenemos muchísima más información. Eso está bueno, es una sobrecarga de información pero creo que avanza. Hay gente que decide quedarse en el mismo tema y bueno, ahí estará.
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