En Trama Educativa conversamos con Mercedes Minnicelli, directora del Programa de Punto de Encuentro Familiar perteneciente a la Asociación Civil Causa Niñez. Dialogamos sobre las actividades del programa, las dificultades que atraviesan y la necesidad de un espacio propio.
– ¿De qué se trata el Programa de Punto de Encuentro Familiar?
El programa nació en el año 2014 como Proyecto de Extensión de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP). Se consolidó en los años sucesivos hasta lograr un convenio con la Asociación Civil Causa Niñez y con el organismo de niñez de la Provincia de Buenos Aires. Es un espacio de intervención profesional interdisciplinar de alta especialización para el encuentro de niños y niñas con familiares no convivientes, mamás, papás, abuelas u otros. Digo que es de alta especialización porque se crean condiciones de posibilidad en situaciones que en otros entornos no podrían darse por sus propios medios. Por ejemplo cuando hay problemas de salud mental o alguna discapacidad, cuando hay problemas de altos niveles de litigiosidad entre los adultos como puede ser entre los progenitores o entre quien está a cargo del niño y la mamá o papá no conviviente. Hemos logrado una metodología de trabajo que redefine la forma de abordar estos problemas. Muchos chicos ingresaban en estado de adoptabilidad siendo grandes y perdían el contacto con su familia de origen. En estos casos nosotros evaluamos los efectos posteriores. Cuando el contacto se pierde y siendo adolescentes intentan recuperarlo a través de sucesivas crisis subjetivas de alto impacto para sí y para el grupo familiar conviviente. Es lo que comúnmente se llama «La devolución de los procesos de adopción». Es una situación muy crítica, muy desafortunada, muy desagradable. Entonces lo que trabajamos estos años es redefinir las formas de abordaje, las prácticas. Por eso pasamos a ser un centro de capacitación de alto nivel. Tenemos residentes y practicantes de todas las disciplinas, no solo de la ciudad.
-¿Son todos casos que ya están judicializados?
Claro. Se les llaman intervenciones crónicas. Son intervenciones de larga data. Tuvimos un caso en el que había quince expedientes. Eran hermanos que fueron adoptados por distintos grupos familiares y el reencuentro entre ellos logró consolidar los procesos de adopción. Al revés de lo que se suponía, si se ven van a querer estar juntos. Nuestra experiencia, en los casos atendidos, lo que viene mostrando es que el encuentro entre hermanos consolidó la adopción. Habrá otros que pueda ser diferente porque cada caso es único, cada historia es única.
-Es decir que no hay una familia que se acerca al programa a solicitar el apoyo de ustedes sino que es el Poder Judicial el que les acerca cada una de estas situaciones.
No solo el Poder Judicial también es el Ejecutivo. Nosotros respondemos a cualquiera de las dos autoridades de aplicación. Hay otras dos líneas de abordaje que son acompañamiento en la crianza y coordinación de parentalidad. Muchas veces los casos podrían no judicializarse si tuviéramos una intervención más prematura. Lo que sucede es que se llega a judicializar cuando fracasaron muchas otras intervenciones previas. Entonces si la metodología pudiera extenderse a otros dispositivos más territoriales seguramente podría producir efectos más tempranos de la intervención. Nosotros quedamos como si fuera la terapia intensiva, cuando ya está todo muy mal. Vemos que hay situaciones que requieren, no solo el abordaje legal o de Trabajo Social, sino la conjunción sumando la Terapia Ocupacional como algo muy importante para poder dar sostén. Hay que crear redes de apoyo que son claves en este tipo de casos.
– Ustedes ahora se encuentra en una situación en que no tienen un espacio propio.
Exactamente. En realidad nunca tuvimos un espacio propio. Siempre fueron espacios prestados en comodatos transitorios. Es muy desgastante continuar en esa lógica. Estamos seis o siete meses en cada lugar. Necesitamos instalarnos definitivamente. Hemos dado pruebas de lo importante que es. Viene gente de distintos lugares del país. Han venido tesistas de México, de Colombia, de Uruguay, de Brasil y de Chile. Tenemos residentes de Terapia Ocupacional, de Trabajo Social, Psicología, de Educación se están por sumar, de Acompañamiento Terapéutico… y no tenemos una sede de funcionamiento. Las cosas están desparramadas porque hacemos mudanzas a cada rato. No se puede sostener un dispositivo con tanta responsabilidad. Es menester del Estado. Es mandato de ley. No estamos pidiendo algo que nos parece que debería ser así sino que esto lo ordena el Código Civil y Comercial. Lo ordena la Ley Nacional de Protección de Derechos, la Ley de Salud Mental, la Ley de Protección ante las Violencias, la Ley de Discapacidad y la de Adopción. Responde a un conjunto de obligaciones del Estado. Si esto decae porque las condiciones de trabajo son muy dificultosas se pierde lo que favorece a cincuenta chicos y chicas por mes, a sus mamás, a sus abuelos, a sus tíos… Pero también este programa no favorece a todos aquellos que hacen del litigio una manera de vivir. Hay un interés amenazado porque tradicionalmente el precio de la discapacidad es perder el contacto con los hijos. El precio del padecimiento mental es perder todo contacto con los hijos. Eso no es necesario. Requiere de otras prácticas, de otros sostenes, de otros acompañamientos. De hecho todas las leyes protegen en favor de. Entonces estamos bregando para que podamos conseguir un espacio.
– Si alguna otra organización social o civil quisiera cederles un espacio ¿Cómo se acercan a ustedes?
Mandan un mail a pefmdq@gmail.com. Si es una empresa que quiere hacer un aporte a través de la responsabilidad social empresaria (RSE) Causa Niñez es una ONG que tiene veinte años de trabajo. También tiene otros programas como el Club de Jóvenes, Talleres de Difusión de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes en escuelas. La colaboración es con una ONG con trayectoria en la ciudad, que tiene transparencia y que pueda dar cuenta de lo que hace y cómo lo hace. El interés está en niños, niñas y adolescentes como beneficiarios directos.