El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, junto con el ministro de Salud de la Nación, se reunieron el lunes pasado con sus pares de la Ciudad de Buenos Aires, y establecieron seguir analizando la vuelta a la presencialidad mediante una mesa de trabajo en común.
Luego de la finalización de la reunión surgieron rumores de que se había llegado a un acuerdo, para que 6500 estudiantes de la Ciudad que perdieron el vínculo con la escuela, regresaran a clases presenciales en los patios de las mismas. Sin embargo, Trotta desmintió esos dichos.
El ministro de Educación de la Nación informó que existe un desacuerdo en relación a la situación epidemiológica. Si bien el nivel de contagio en la Ciudad está “amesetado”, aún se encuentra en niveles muy altos, es por eso que desde el ministerio de Salud de la Nación se sostiene que no es seguro regresar a actividades escolares en este momento.
Aunque no se llegó a un acuerdo, se establecieron instancias de colaboración y espacios comunes, así como también una agenda objetiva de qué indicadores se deben lograr para poder permitir un regreso seguro a distintas actividades escolares.
Con respecto a esto, Trotta declaró: “Se acordó la necesidad de fortalecer el trabajo mancomunado, es muy importante que se puedan reunir ambos equipos de salud para determinar cuándo es el momento indicado para poder desarrollar esas actividades de una manera segura”.
Por otro lado, el ministro de Educación de la Nación insistió en la necesidad de poder distribuir las computadoras con conectividad a esos 6500 estudiantes, pero sostuvo que desde Ciudad aún no han podido individualizar a 5000 de ellos. Al respecto declaró que “si bien no resuelven la profunda vulnerabilidad social, es un paso importante que debe ser acompañado por un urgente despliegue socioeducativo”.
La “Propuesta retorno a la presencialidad” del Gobierno de la Ciudad está dividida en etapas: la primera incluiría a los 6.500 estudiantes que perdieron por completo el vínculo con la escuela, ya sea por problemas de conectividad, sociales o familiares. Luego se sumarían los alumnos de primer grado que están aprendiendo a leer y escribir, y en una tercera etapa entrarían los jóvenes que están finalizando el secundario.
Con respecto a este protocolo, desde el Ministerio de Salud de la Nación se realizaron una serie de observaciones que serán analizadas por el Gobierno de la Ciudad, como así también lo hará el Ministerio de Educación Nacional en el campo de lo pedagógico.