Por Adriana Mozzi

La cosa cuyos ojos y orejas no vemos
 y cuya nariz y cabeza apenas vemos.
En pocas palabras, nuestro cuerpo.
 Georg Lichtenberg1

“La fantasía, la invención y la creatividad piensan, 
la imaginación ve”
Bruno Munari Fantasía.

Me invitaron a escribir desde el área de Artes Visuales. En mis recuerdos aparecen las primeras experiencias en un aula diversa, con niñ@s con capacidades diferentes. 

Uno de los temas a pensar desde la práctica, es la diversidad. Entonces recordé mis primeras clases cuando planifiqué, por ejemplo, los cánones de la belleza, las proporciones exactas del cuerpo humano, simetrías…

La hora de artística visual también tiene su contradicción cuando hablamos de diversidad. Nos enseñan la simetría aproximada de un cuerpo, las proporciones perfectas de la figura humana, entonces me pregunté ¿y en la práctica diaria? Por la evidencia de las diferencias que veía en el aula. ¿Cómo encarar estos temas en la diversidad funcional? ¿Cómo hablo de este tema teniendo en el aula, por ejemplo, un alumno con una limitación física evidente?  Apenas comprendo a veces mi diverso mundo. ¿Qué podría aportar desde mi área las artes visuales?

Cuando desarrollé la clase conversando y abordando el tema con imágenes de diferentes pintores, comprendí que la condición de cada integrante que conforma un aula, no es el éxito o el fracaso de dicha clase. Amplié mi mirada y la palabra diversidad encerró cada una de las voces que se encuentran en el aula.

Diversidad, se refiere a la diferencia o a la distinción entre personas, animales o cosas, a la variedad, a la infinidad o a la abundancia de cosas diferentes, a la desemejanza, a la disparidad.

En la escuela habita la diversidad por naturaleza. Nuestra práctica docente, cuanto más abierta sea, nos permitirá tender puentes de contacto con todas las voces que se manifiestan. Dibujamos para reconocernos y ahí es donde aparece el mundo diverso que llevamos dentro. 

Estas palabras ponen en diálogo mi práctica en una pequeña y gran escuela en la que trabajo, generando una conversación constante con otros, cruzando caminos y acrecentando nuestra práctica diaria.

(Freggiaro, 2009)“el individuo será inevitablemente único, y esta singularidad, por ser algo que no posee ningún otro individuo, será de valor para la comunidad. 

Puede ser sólo una manera singular de hablar o de sonreír, pero eso contribuye a la variedad de la vida. Pero puede ser una manera particular de ver, de pensar, de inventar, de expresar pensamientos o emociones, y en ese caso, la individualidad de un hombre puede ser de incalculable beneficio para toda la humanidad (…) La singularidad carece de valor práctico en el aislamiento” (Read, Herbert. La educación por el arte- p. 31.).

No tengo dudas que abordar las expresiones artísticas es un amplio portal a la diversidad desde la primera infancia que no es provisoria. Ojalá seamos capaces de crear nuevos mundos armoniosos, proporcionados en la multiplicidad.

Finalizo con palabras de Carlos Siklar, que amplifican mi práctica docente  

¿Qué es Venus entonces? ¿Una mirada que se detiene en la belleza de lo incompleto o la palabra soberbia que inicia su completamiento? ¿Ese sabor finito de lo humano o una vana pretensión de un saber infinito?

Y créase o no:  Venus es/fue/será considerada una de las figuras femeninas más bellas del mundo.3


1 y 2. Freggiaro, M. I. (2009). Los chicos y el lenguaje plástico-visual. Bs As: Novedades educativas. (pag.21)

3. Carlos Siklar (pág. 89) Educar la mirada: políticas y pedagogía de la imagen – Inés Dussel / Daniela Gutiérrez – Manantial.

El presente artículo refleja la opinión personal de su autora y no corresponde necesariamente a la línea editorial de Trama Educativa.

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