Entrevistamos a Lorena Alitto, psicopedagoga e integrante de la Unión de Pisopedagogos y Psicopedagogas de Gral Pueyrredón (U.Psi.GeP.), para charlar sobre la importancia de la psicopedagogía en los distintos niveles académicos.
—¿Cuál es tu ámbito de trabajo y desde dónde ves la importancia de esta profesión orientada a niños y niñas en edad escolar?
Yo me desempeño en el ámbito educativo, en el nivel primario, que es una de las áreas de incumbencia de nuestra profesión. Me desempeño como orientadora de aprendizaje y orientadora educacional que son dos roles que nuestra profesión permite que ejerzamos y también me desempeño en el ámbito privado con pacientes en edad escolar que se acercan ante dificultades que observan tanto desde el ámbito educativo o desde la familia, respecto a dificultades en el aprendizaje.
Con respecto a la asociación, surge en pandemia el año pasado, cuando comienza a haber dificultades con la reincorporación del consultorio. Se creó un grupo de Whatsapp a partir del cual comenzamos a generar como una comunidad del psicopedagogo de General Pueyrredón y no solo surgió esta asociación que se está transitando y formando en este momento, sino también la posibilidad de crear espacios de capacitación y de dar a conocer a la comunidad cuáles son nuestras áreas de incumbencia en la sociedad.
—Con esta semi-presencialidad actual en las escuelas ¿De qué forma despeñás tus tareas?
Nosotros nos regimos, dentro del ámbito educativo, bajo el protocolo jurisdiccional. Desde nuestro rol no sólo continuamos acompañando los aprendizajes de los estudiantes de modo directo, estando bajo la modalidad de talleres para detectar dificultades dentro de las llamadas burbujas, sino también orientando a las familias acerca de la identificación o predictores que hacen que uno puede identificar una dificultad en el aprendizaje y si es necesario hacer una derivación correspondiente al área de salud de nuestra ciudad o un consultorio en particular.
— ¿La tarea se vio facilitada gracias a las burbujas?
Exactamente, en la institución donde yo me desempeño la matrícula no es tan importante a comparación de otras instituciones educativas, entonces eso transmite un acompañamiento mucho más individualizado del estudiante y un seguimiento más personalizado.
Como decís, en este contexto a pesar de que hay cuestiones negativas en lo que tiene que ver con el vínculo o el contacto que no estaba acostumbrado con los estudiantes, el seguimiento es más personalizado y eso es bastante favorecedor al momento de pensar estrategias de enseñanza.
—¿Qué pasa con aquellos niños y niñas que no tienen presencialidad?
El plan jurisdiccional permite que aquellos estudiantes que tienen una enfermedad preexistente de riesgo o conviven con un familiar que tiene una patología, accedan a una dispensa donde al estudiante se le hace un seguimiento de modo virtual desde el equipo de orientación. Donde yo me desempeño lo que hacemos es hacer un seguimiento a través de videollamadas, si es que la institución escolar permite la conectividad, para que esos aprendizajes y esa continuidad pedagógica sea permanente y no haya una desvinculación.
—¿El año pasado cómo desempeñaron sus tareas?
El año pasado ocurrieron dos cosas, por un lado la desvinculación total de aquellos estudiantes que no tienen conectividad en sus domicilios, entonces la estrategia que fue pensada por la gran mayoría de las instituciones educativas es entregar material y módulos para trabajar de modo presencial en sus domicilios. Y con los niños que sí había vinculación, aunque sea escasa, lo que hacíamos eran videollamadas o generalmente lo que se creaban eran grupos de whatsapp para abordar lo que tiene que ver con lo estrictamente pedagógico con esos alumnos.