El acceso a la tecnología se ha vuelto una parte integral de la vida de los niños y adolescentes en todo el mundo. Cada vez el acceso a la tecnología desde edades tempranas es mayor, lo que trae consigo tanto beneficios como desafíos significativos. Es por esto que la ciberseguridad se presenta como una de las principales preocupaciones, dada la vulnerabilidad de los menores frente a los riesgos en línea.

Hoy en día, los niños y adolescentes enfrentan una serie de peligros en el entorno digital que pueden afectar su seguridad y bienestar. Entre los riesgos más comunes se encuentran el grooming, el ciberacoso y la exposición a contenido inapropiado. Estos problemas son, en parte, consecuencia de la falta de supervisión y la ausencia de plataformas seguras, lo que lleva a la necesidad urgente de medidas de protección.

Muchas veces el acceso a estos contenidos se ve facilitado por la falta de supervisión de los adultos o incluso por el uso de plataformas que no están diseñadas con la seguridad de los niños como prioridad. Federico Cermelo, integrante del Consejo Consultivo de Ciberseguridad de la Fundación Metropolitana y colaborador de la ONG Equipo Anti Bullying Argentina, comentó: “Hay dominios web admitidos por Google que parecen ser de juegos, pero en realidad son de pedofilia. Esa falta de control en las plataformas facilita delitos”.

El problema no radica en que los niños accedan a la tecnología sino que lo hagan sin la guía adecuada. Los menores no siempre son conscientes de los riesgos asociados con la navegación en internet, por lo que el papel de los adultos se vuelve crucial para educarlos sobre cómo protegerse. Cermelo explicó que “es fundamental generar instancias de formación y sensibilización para que tanto docentes como padres puedan acompañar a los chicos en el uso seguro y responsable de la tecnología”.

A su vez, destacó la importancia de que el Estado tenga un rol activo en la protección de la seguridad digital de los ciudadanos. Según el especialista: “El Estado tiene que estar presente en la seguridad digital, promoviendo políticas públicas que se adapten a las necesidades actuales”.

Esto implica tanto la creación de normativas más estrictas para regular el uso de plataformas en línea como la implementación de programas educativos que instruyan sobre el uso seguro de la tecnología. Sin una intervención estatal adecuada, los riesgos digitales seguirán aumentando, afectando especialmente a los sectores más vulnerables.

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