Por Juan Manuel Fernández Albe
En una semana donde el contexto económico estuvo en boca de todos, restricciones a la compra de dólares; prfortalecimiento del cepo y devaluación encubierta, salieron a la luz los datos del segundo trimestre en primer término en relación al mercado de trabajo y en segundo término a la distribución de la renta.
Era de esperar que el dato de desempleo a nivel nacional no iba a ser el más favorable, ya que gran parte de las actividades laborales se vieron restringidas por la cuarentena. Pero a los marplatenses los datos del mercado de trabajo nos dejaron un sabor de boca aún peor.
El dato tendencia en todos los medios de información de la ciudad el miércoles de esta semana fué que la tasa de desocupación marcaba un 26,0%, la cual dejaba a la «feliz» en cabeza con respecto al resto de regiones. Sin dudas el dato es alarmante, refleja aproximadamente el doble que la tasa del Gran Buenos Aires (13,2%) y que la tasa a nivel nacional (13,1%).
Pensar en un nivel de desocupación tan alto, y que la temporada de verano -tan importante para la economía de nuestra ciudad- resta de confirmar su habilitación. Todo lleva a pensar que el porvenir no será el más óptimo, pero ya veremos…
A diferencia del resto de columnas que salieron de los principales diarios marplatenses, creemos que estos datos hay que tomarlos con pinzas. Como dijimos anteriormente el dato es alarmante, es informativo, pero no es comparable. No es lo más correcto comparar este dato con el desempleo del segundo trimestre del año anterior y mucho menos con el del trimestre anterior del 2020. En primer medida por la cuarentena, sabemos que gran parte de los trabajadores se encontraban en el mercado de trabajo informal; los cuales no se vieron cubiertos por las medidas de prevención laboral que impulsó el presidente de la Nación mediante decretos de necesidad y urgencia, por el mismo motivo gran número de comercios tuvieron que cerrar sus puertas y dejaron sin trabajo a cierta parte de su personal. Por otro lado, el informe es muy claro en su final advirtiendo que hubo un cambio necesario en el cambio de recolección de la información en las encuestas lo cual puede traer consigo sesgos en las estimaciones.
El presente artículo refleja la opinión personal de sus autoras y autores y no corresponde necesariamente a la línea editorial de Trama Educativa