Por Jennifer Lucchelli Woollands
Profesora de Historia
Trabajar sobre la historia del cáncer desde un comienzo no fue una tarea sencilla. La mención de la dolencia en sí misma generó reacciones distintas junto a las respuestas organizadas alrededor de esas inquietudes. Una de las maneras más eficaces para la investigación, de acercar a las personas a la enfermedad sin temores ni prejuicios, ha sido y lo es en la actualidad, las publicaciones en las redes sociales. Al principio, fueron relatos o comentarios y/o encuestas en cuentas personales, sea de Facebook, Instagram, la web o Twitter. Con el tiempo y una mejor organización, se estableció un sitio web propio, de la misma manera que en Instagram y en Twitter, en el caso de Facebook se había creado una página que fue de importancia en la primera parte de la pesquisa.
El objetivo en todo momento fue deshacer los miedos que pudieran separar a las personas de la temática, de dudas de amistades y familiares, la iniciativa ayer, como hoy y seguramente en el futuro, es la apuesta por el debate, la democracia y el acceso de todas las personas a investigaciones de estas características. Mientras se trabajaba en el Archivo Municipal Roberto T. Barili, muchas fotografías fueron subidas al Instagram o al Twitter, para que esa información no fuese algo estático dentro de un conjunto de notas de una persona que desarrolla una idea antes de convertirla en una tesis de historia en posgrado. Los resultados hasta el momento demuestran un cierto interés de saber sobre el tópico, aunque restan otras problemáticas a vencer, en todo caso. ¿El cáncer sigue siendo, en el año 2023, eso que deja sin palabras a las personas que padecen la enfermedad, a sus familiares, a los médicos que explican el efecto en las distintas regiones, a los historiadores, sociólogos, antropólogos y/o cientistas sociales? Una primera aproximación al eje quedaría en un punto intermedio, hoy día son cada vez más las organizaciones que protagonizan campañas, individuos y colectivos que la nombran, académicos que le dan un lugar concreto en sus vidas, sea de manera directa o no.
Como se dijo en los párrafos anteriores, no es el fin de la tesis darle una publicidad trivial, sino contribuir a las personas en sus vidas diarias de cierto modo. Colaborar y escuchar a la ciencia médica en pos de un camino que direccione en la comprensión de una patología que sigue representando un dilema para los médicos y médicas y el resto de la gente.
Es la elaboración paulatina de puentes que unan a toda la sociedad en pos de una realidad que si bien no es totalmente negativa, requiere de cierta cautela, en cuanto a próximos años. Instagram, Twitter y el Sitio Web dedicados a informar sobre la tesis de maestría que está orientada a la historia del cáncer, un gran desafío. Al escuchar a personas que padecieron la enfermedad, la idea pasó a ser más que eso, se hizo y es necesario acompañar a todos aquellas personas que tuvieron o tienen cáncer. Qué estas cuentas les sirvan para demostrar sus emociones, conversar, conectar lo conocido y lo que no se menciona, darles palabras a los silencios.
Bibliografía:
- FASSIN, Didier. Entre las políticas de lo viviente y las políticas de la vida. Hacia una antropología de la salud. Revista colombiana de antropología, V. 40, enero – diciembre de 2004, pp. 286 -318.
- FOUCAULT, Michel. Historia de la medicalización, en: Medicina e Historia. El pensamiento de Michel Foucault. OPS, Washington, 1978, pp. 36 – 58.
- KROPF, Simone. Diálogo entre la historia de la medicina y los estudios históricos y sociales de la ciencia. En: BIERNAT, Carolina y RAMACCIOTTI, Karina (editoras). Historia de la salud y la enfermedad. Bajo la lupa de las ciencias sociales, Editorial Biblos, Buenos Aires, 2014, pp. 69 – 81.
- LUCCHELLI, Jennifer. El cáncer y la historia: motivos para su estudio e investigacion, 2023, pp. 1-3.
- LUCCHELLI, Jennifer. El Hospital Regional de la ciudad de Mar del Plata: entre los espacios y poderes en disputa, Mar del Plata, Grupo HISA, 2022, pp. 1-16.