-¿Cuál es tu rol en Upsigep?

En este momento estoy como vocal en la comisión directiva. Estuve en la comisión fundadora cuando empezamos en la pandemia y ahora ya con el cambio de autoridades sigo en la comisión directiva pero como vocal. Es un trabajo que venimos haciendo y, la verdad, con muchos logros hasta ahora.

-Nos contabas en la previa que están organizando un Congreso

En realidad, como unión y asociación, estamos trabajando junto a la Federación Argentina de Psicopedagogos, la cual trabaja a nivel nacional. Ellos organizaron un Congreso y pensaron en Mar del Plata para llevar a cabo esta reunión. Entonces, somos los anfitriones y es mucho el trabajo que estamos haciendo desde acá porque, si bien no lo organizamos nosotros, el recibir a los psicopedagogos de todo el país es un esfuerzo muy grande, pero muy agradecidos de haber sido elegidos entre los distintos lugares del país para ser sede.

El congreso se realizará el 21 de junio, en el fin de semana largo, en el Hotel Riviera. Empieza a las 8.30 y continuará hasta las 19. Van a haber distintas charlas donde vienen representantes importantes del área de la Psicopedagogía y algunos disertantes de acá de Mar del Plata. La inscripción ya está abierta, se esperan 250 personas y ya vamos muy bien con los inscriptos, así que pensamos llegar a ese número. Y también, esto que nos dejó la pandemia que es híbrido, entonces la convocatoria a psicopedagogos que estén en otros lugares y no se puedan acercar, igual pueden inscribirse para hacer el congreso de manera virtual.

Voy a ser una de las disertantes en cuestión y me voy a abocar a mi tema en específico que es la orientación vocacional. Es una de las áreas en las que podemos trabajar los psicopedagogos y es algo que a mi me gusta mucho en la que, si bien no es una especialización, es a lo que me he dedicado estos últimos 15 años.

-¿En qué consiste tu trabajo?

La orientación vocacional es la colaboración con el otro, ya sea un joven o un adulto, en su elaboración de proyecto de vida. Es un proceso, no es el famoso test. Este concepto de “test” viene de hace muchísimos años y hace más de 40 que no se utiliza. La gente suele pensar que el test nos resuelve la vida profesional, nos dice qué carrera seguir, pero es parte del proceso. Si hay partes de la evaluación que tiene técnicas de test para acompañar a esta decisión, pero implica mucho más. Por ejemplo, uno de los aspectos que para mí son los más importantes es la información, el conocer qué es lo que soy. Vemos las capacidades de la persona y en función de eso, ir juntos construyendo esta orientación para ayudarlo a tomar decisiones.

No solo por lo profesional, esta orientación nos ayuda a conocer su entorno social, qué pasó con su historia escolar, que pasó con su historia familiar y qué posibilidades tiene de seguir adelante. La tarea del orientador es estar informado. Si no sabemos qué está pasando en la realidad, tampoco podemos acompañar. Si bien el orientado tiene un rol protagónico, hay que trabajar en el momento de la consulta y buscar información durante el resto de la semana para que cuando nos encontramos sigamos produciendo nuevos aprendizajes. Y en esto es algo que también nos tenemos que formar.

-¿Hay un momento específico para inciar este proceso? ¿O una edad determinada?

Hay dos procesos: los adultos que han tenido que transitar distintos caminos y tienen ahora la oportunidad de encontrar qué más quieren de su vida o los que están por terminar su educación secundaria. Lo clásico es cuando terminan el secundario, quinto año porque están con tiempo, sexto año porque están con menos tiempo y en ese momento suelen acompañar mucho los padres.

Y esto no suele terminar cuando termina el proceso de orientación. Después de dicho proceso se lleva un montón de información nueva y de ahí viene otro camino en donde el orientado va a ir e inscribirse, va a ir y buscar, etcétera. No es una receta que te da un resultado, trata de ser lo más cercano a la realidad.

Comentarios