Las modificaciones que propuso el Ministerio de Educación nacional a los protocolos vigentes fueron aprobadas por el Consejo Federal de Educación. A partir del 1 de septiembre habrá una “presencialidad plena” en las escuelas de todas las jurisdicciones, con protocolos que establecen una distancia de 0,90 centímetros.
El esquema regirá con protocolos que incluyen una distancia de 0,90 centímetros en las aulas, que se podrá reducir a 0,50 centímetros, con utilización obligatoria de barbijos, ventilación y otras medidas de cuidado. En conferencia de prensa, Trotta señaló que «cada una de las jurisdicciones va a poder determinar la progresividad» de las medidas aprobadas para retornar a la presencialidad total en las aulas.
La propuesta presentada por el Ministerio de Educación contempla tres escenarios posibles y refiere a condiciones mínimas, sobre las cuales cada jurisdicción podrá adicionar otras medidas que considere convenientes:
–Condición óptima: En el caso de que las escuelas puedan asegurar la presencialidad completa manteniendo un distanciamiento físico de 1.5 metros entre estudiantes, sin dejar de ventilar, asegurar el uso de mascarillas y la higiene de manos. Para mantener esta distancia es necesario aprovechar al máximo el mobiliario escolar en toda su extensión.
–Condición admisible: En el caso de que no sea posible asegurar el distanciamiento de 1.5 metros para una presencialidad plena, se tomará una distancia física de 0,90 centímetros entre estudiantes en las aulas, manteniendo el requerimiento de 2 metros en los espacios comunes y con el cuerpo docente. En este caso, aumenta el requisito de ventilación, no solamente manteniendo abiertas ventanas y puertas sino incrementando el tiempo de ventilación entre clases.
–Excepciones: Solo en el caso de que no sea posible mantener un distanciamiento físico de 0,90 centímetros, podrá establecerse una distancia mínima entre alumnos de 0,50 centímetros para sostener la asistencia total de los estudiantes; y las excepciones podrán aplicarse en contextos de bajo riesgo epidemiológico y con adecuada cobertura de vacunación en la población general.
Estas últimas deben incluir: la realización de testeos en la comunidad escolar, el uso de doble y triple barbijo, asegurar que la superficie mínima por estudiante en el aula sea de 1 metro cuadrado, realizar el rastreo de contactos en el caso de aparición de síntomas, la utilización de medidores de CO2, el control de las condiciones sanitarias de la localidad, la obligación de informar los parámetros de los testeos semanalmente en la plataforma Cuidar Escuelas.
En cuanto a los testeos,se realizarán en muestras aleatorias de un 10% de la población escolar, con una frecuencia semanal. En el caso de detectar los antígenos correspondientes se procederá a suspender las clases presenciales en la cohorte que los haya presentado, aislando preventivamente a estudiantes y docentes que hayan estado en contacto estrecho.