Desde el Observatorio “Argentinos por la Educación”, realizaron una encuesta nacional que se aplicó en dos momentos del año, junio y noviembre, a padres y madres de estudiantes de primaria de escuelas estatales. El objetivo era observar cuáles han sido las variaciones y los patrones de contacto de las escuelas con los chicos.

En conversación con Radio Metro, Sandra Ziegler, investigadora en el Área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y coautora del estudio, mencionó que los principales cambios que se dieron con el paso del tiempo fue que bajó la comunicación diaria entre los estudiantes y la escuela, así como también los chicos dedicaron menos tiempo al trabajo escolar.




Entre el primer y segundo semestre, la comunicación diaria entre docentes y estudiantes disminuyó 11 puntos porcentuales. Además, con respecto al objeto de las comunicaciones, aumentó 5,8 puntos porcentuales el contacto para saber cómo estaban los alumnos e interesarse por la situación personal o familiar y aumentó 7,3 puntos porcentuales la comunicación para contactarse con la familia del alumno.


Por otro lado, en noviembre aumentó 5 puntos porcentuales la cantidad de alumnos que pasaban menos de 3 horas diarias realizando actividades escolares, alcanzando un 51%. “Observamos por una parte el efecto del paso del tiempo, cierto cansancio, también la necesidad de ir calibrando la intensidad y eso habla de esta disminución en la periodicidad del contacto. Y por supuesto que los obstáculos en la conectividad pueden haber generado esta necesidad”, expresó Ziegler.



Además, hubo una mayor percepción de pérdida de aprendizajes importantes, ya que 7 de cada 10 familias consideraron que la suspensión de las clases presenciales estaba siendo perjudicial para el aprendizaje de sus niños y niñas.

Sobre estos resultados, Ziegler declaró: La escuela tiene un papel igualador, que en su ausencia queda muy evidente. Lo que estamos viendo es que hay una gran disparidad en las condiciones de sostener la escolarización cuando esto queda derivado estrictamente a la posibilidad de los hogares y de los padres, de la posibilidad de conectividad, de hacer un seguimiento a las actividades de la escuela”.



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