Por Celeste Sarrautte*
(@to. consulting)

Lenguaje como construcción sociocultural (…) estructura que constituye en su cara interior el molde del pensamiento (Sapir,1992) definiendo un modo de ser y estar en el mundo particular según, la denominación y su latencia.

Es necesario preguntarnos y reflexionar acerca de: ¿Qué decimos cuando nos referimos a discapacitado o Persona con discapacidad? ¿Significan lo mismo?

El término discapacitado se corresponde con el modelo rehabilitador en dónde se concibe al sujeto desde la limitación funcional. Supone la estigmatización de la persona adicionando la visión negativa, de subestimación, dependencia, objetivación y exclusión. Determinando un estereotipo originado a partir de la construcción de mitos y prejuicios en relación al término discapacidad según la evolución conceptual del mismo girando en torno al imaginario social. Determinando, además, quien es productivo y quien no, valoración imprescindible para una vida independiente.

Lenguaje que, en su dimensión subyacente opera indirectamente e impacta directamente en la subjetividad e identidad de los seres humanos. Cumpliendo con lo ineludible (al parecer) el diagnóstico: “Etiqueta del destino”.

Discurso que (…) ha sido siempre, por excelencia, el depositario y el portador de poder (…). (Vitale,2004) como lo expresa el modelo médico hegemónico reduciendo la persona a la nada…

En cambio, desde la Perspectiva de los Derechos Humanos la Convención internacional sobre los Derechos de las Personas con discapacidad (2008) adoptando las premisas del Modelo Social estableció:

“Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”. Esta definición implica la concepción de Sujeto de Derecho. Considerando fundamentalmente la Dignidad humana, el potencial, la construcción y reconstrucción de la identidad y subjetividad. La promoción de todos los derechos que les permitan desarrollar un proyecto de vida independiente y autónomo. Partiendo del término Persona la mirada contempla todas sus dimensiones y la condición inherente del Ser humano.

En efecto discapacidad “es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás” (CDPCD,2008). Podríamos hablar entonces de una “sociedad discapacitante” que invalida y aliena cuando no se logra la equiparación de oportunidades ni la reducción de las barreras socioculturales…

Sociedad de la que formamos parte y en la cual constantemente plasmamos pensamiento y accionar. En nuestra práctica social real, simbólica, ideológica, histórico-política reflejo sutil del discurso. Pudiendo crear o recrear una sociedad más justa e inclusiva o desigual y excluyente si logramos comprender la profundidad de las huellas latentes que entraña la palabra.


*Licenciada en Terapia Ocupacional, UNMDP.

El presente artículo refleja la opinión personal de su autora y no corresponde necesariamente a la línea editorial de Trama Educativa.

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