Tras la aprobación del protocolo para el retorno a las clases presenciales en el ámbito de la educación superior, Trama Educativa consultó al respecto con Pedro Sanllorenti, Secretario General de la Agremiación Docente Universitaria Marplatense (ADUM).

El Ministerio de Educación de la Nación, a través de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), acordó con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP) el protocolo para el retorno a clases presenciales en la educación superior.

De esta manera, se fijan las pautas y recomendaciones que permitirán a cada Provincia y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) elaborar planes progresivos que garanticen el regreso a la presencialidad en las universidades, según lo disponga cada jurisdicción y de acuerdo a lo que suceda con la pandemia por el COVID-19 en Argentina.

En el marco de esta nueva información, Trama Educativa entrevistó a Pedro Sanllorenti, Secretario General de ADUM, para tener más detalles de cómo viene trabajando la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) con la virtualidad de las clases y qué dispondrá de ahora en adelante a partir de este protocolo.

  • ¿Qué comentario amerita el reciente protocolo difundido para el ámbito de la educación superior?

Sabemos que este protocolo es, de alguna manera, decisión del Estado Nacional. El Ministerio de Educación convocó al trabajo en distintas comisiones asesoras y las comisiones asesoras, una vez que se reunieron, elevaron propuestas, ideas. Nuestra federación, CONADU, elaboró ciertas ideas con el protocolo inicial y por lo que pude consultar, fueron tenidas en cuenta. Ahora, se emite el protocolo y deja librado a la posibilidad y a las necesidades de que en cada lugar existan autorizaciones por parte de las autoridades provinciales y locales, y también a los acuerdos que se alcancen con los distintos sectores, entre ellos los trabajadores, que entiendo deberíamos reunirnos en una instancia similar que generó este protocolo. Las representaciones de docentes, estudiantes y personal no docente de las Universidades, junto con las autoridades de las Universades, deberíamos trabajar en conjunto porque vamos a convivir cuando podemos realizar actividades todos juntos.

En cuanto al protocolo, hay que verificar que esto sea así. Lo mismo ocurre con el protocolo que discutió el personal no docente con la Universidad. Realmente tiene mucho detalles, muchas condiciones, al igual que éste que es más general. Hay que ir dando pasos muy lentos, muy paulatinos, para posibilitar que algunas actividades, que no van a ser en principio las de docencia, puedan empezar a realizarse, y eso nos va a permitir y poner a prueba esos protocolos.

En la Universidad, hemos prestado acuerdo desde el gremio docente para que, en sintonía con lo que se firmó a nivel nacional en la Paritaria de Condiciones y Ambiente de Trabajo de los Docentes Universitarios, pudiera estudiarse y generarse estos protocolos para la vuelta en la utilización de espacios de la Universidad, para actividades de investigación o extensión, siempre y cuando se guarden las condiciones, que implican desde proceso de sanitización, toma de temperatura, guardar las distancias entre las distintas personas, acordar con los institutos de doble dependencia (CONICET, Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires, por ejemplo), protocolos para la utilización de los espacios. Así, quizás en agosto, de manera paulatina, se puedan ir utilizando algunas oficinas, centros de investigación y algunos docentes puedan volver a alguna actividad en esos espacios.

  • Respecto a Mar del Plata, ¿volverá a las aulas en su universidad pública? ¿La casa de altos estudios está en condiciones para regresar a la presencialidad?

La decisión debe contar con el acuerdo del Rectorado, pero también del conjunto de la comunidad porque la vuelta a una actividad presencial necesita, no solo de los cuidados del protocolo, sino también que tengamos en cuenta que hay personas que no están en condiciones de regresar, por pertenecer a los grupos de riesgo, por tener determinada edad, por tener gente a cargo, sean menores o mayores. Haciendo esa salvedad, algunas actividades se pueden realizar. ¿Cuáles son las que están en carpeta? Están en estudio los espacios de investigación y de extensión, está resuelto que el segundo cuatrimestre arranca de manera virtual, y eso se va a prolongar al menos por unos meses, se irá viendo si es posible volver a clases presenciales. Nosotros queríamos que esto ocurriera, que informara, porque a diferencia de lo que ocurrió en el primer cuatrimestre, los docentes ahora van a poder contar con la posibilidad de empezar a elaborar los materiales necesarios para trabajar en el marco de la virtualidad. Los docentes tuvieron que realizar un enorme esfuerzo por adaptarse a esta modalidad de trabajo, no estaban preparados, salvo los docentes de carreras que ya se dictaban a distancia.

Después de un tiempo, esto fue caracterizado como «trabajo voluntario» porque no podían exigirse, hasta que a nivel nacional se firmó un acto acuerdo que, efectivamente, el trabajo docente universitario, en el marco de la pandemia, puede realizarse de forma virtual y eso reconoce deberes y derechos que están establecidos, válidos mientras este aislamiento continúe. Ahora, si hay un accidente en la casa, se reconoce, por ejemplo. Son los derechos básicos de cualquier trabajador.

También está en estudio para el segundo cuatrimestre, la posibilidad de utilizar las aulas para la toma de exámenes finales. Estos son exámenes en los que rinden pocos estudiantes, que se van a poder encontrar con sus profesores, y en algunos casos se va a tener que plantear una modalidad dual, es decir, que se haga en el marco de una presencialidad, con distanciamiento social, en las aulas, hasta 10 estudiantes. En algunos casos, los estudiantes participarán de manera remota o incluso, los docentes porque no todos pueden acudir al aula, aquellos que pertenecen a los grupos de riesgo.

  • Desde ADUM, ¿qué opinan al respecto los y las docentes afiliadas sobre el retorno a las clases presenciales en la UNMdP?

La inquietud de los docentes es múltiple. Algunos dicen que no quieren volver, hay temores, pero nosotros lo hemos discutido, si están las condiciones, no debe exigirse y nosotros no vamos a permitir que se les exija a quienes forman parte de los grupos de riesgo el regreso al aula. En el mejor de los casos, no sé si deben ser voluntarios para ellos, pero no es accesible.

Para el conjunto de los docentes poder hacer al menos algunas actividades de modo presencial, era algo que surgía como una necesidad cuando se preguntaba si realmente estaban en condiciones de decir que lo que hacían en el marco de la virtualidad era similar o aceptable desde el punto de vista académico, si podían confirmar los avances de los estudiantes y las aprobaciones de las materias. En la encuesta que hicimos, que involucró a más de 800 docentes, había un 60/70% que decían que quería tener algunas actividades presenciales para certificar. Eso, con el primer cuatrimestre, fue prácticamente imposible. La toma de exámenes de modo virtual es un nuevo aprendizaje y ese esfuerzo requiere tiempo y una consolidación, por eso pedimos a la Universidad que se estudiara la posibilidad de que algunos exámenes, en principio finales, pero también parciales con los que se aprueban las materias por partes, se tomaran de modo presencial. Por el momento está planteada la idea de que algunos finales se tomen en las aulas, y sobre la necesidad de acreditar el conocimiento mediante la presencialidad, es una opinión y quedará en incertidumbre.

  • Por último, en torno a la conectividad durante este primer cuatrimestre de la UNMdP, ¿ha habido muchos inconvenientes para docentes y estudiantes?

Hay un amplio abanico. Lo que nosotros notamos, y lo encuestamos, es que algunos sectores que no estaban habituados al trabajo con computadoras y aún, al día de hoy, utilizan teléfonos para comunicarse, elevar contenidos, etc. No es la mayoría, un 10/15%, pero no está el equipamiento y el utilizado es el personal, el que el docente tenía. Allí se presentan muchas dificultades, y lo mismo sucede con los estudiantes. Hay algunos que viven en zonas rurales, otros se han vuelto a sus casas porque no están alquilando (aquellos que viven en otras ciudades) y esos también son los casos a tener en cuenta si queremos que todos avancen y sean incluidos. Entonces, si uno va a tomar exámenes presenciales, también hay que tenerlos en cuenta porque algunos no van a poder estar presentes.

Los equipos, en algunos casos, se han renovado. Desde ADUM, brindamos una línea de créditos para que los docentes puedan equiparse. Ahora hay una larga lista de espera, pero ya unos 30/40 docentes han renovado sus equipos a partir de esos préstamos y estamos esperando poder contar con fondos para ampliar y que sean más los que puedan renovar sus equipos.

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