Conversamos con Consuelo Huergo, Subsecretaría de Extensión Universitaria sobre la convocatoria a Asamblea Universitaria de este miércoles 28 de abril.

—¿Qué perspectiva tenés acerca de la asamblea y la gestión?

Va a ser una asamblea atípica, una asamblea virtual, con lo cual hay mucha expectativa en que todo funcione bien y que la gente pueda ingresar. Desde extensión fue difícil hacer un resumen sintético de lo que se trabajó todo el año pasado porque realmente, aún más en contexto de pandemia, la extensión no se quedó quieta y lejos de quedarnos todos en nuestras casas, estuvimos muy presentes en el territorio tanto de la ciudad como de la zona.

—¿Tuvieron que redefinir la planificación inicial del 2020? ¿Qué actividades desarrollaron desde la secretaria de extensión?

Inicialmente habíamos definido para el trabajo en territorios tres ejes de trabajo, uno para focalizar en lo que tienen que ver con proyecto de vida en adolescentes que era un tema que se había detectado preocupante. También habíamos definido abordar cuestiones vinculadas con el medio ambiente porque en múltiples centros de extensión aparecía esta problemática como una demanda de los vecinos y vecinas y también un eje que tenía que ver con los oficios y el emprendedurismo.

Pese a que nuestra presencia física en el territorio se vio mermada producto de la pandemia, los comités barriales de emergencia nos permitieron desarrollar otro tipo de articulaciones con actores que ya teníamos en el mapa y en otros con actores que empezamos a dialogar a partir de estos comités. Esto posibilitó que quizás actores que no nos conocían se arrimaran al trabajo junto con la universidad y eso nos posibilitó trabajar la emergencia alimentaria junto con la fundación y después ir abordando otro tipo de emergencias. Por ejemplo, el programa cuidar a quienes cuidan que desarrolla un acompañamiento a los referentes y referentas de los comedores barriales y merenderos.

Se fueron desarrollando distintos dispositivos que fueron permitiendo acompañar el trabajo territorial de las organizaciones que no se quedaron quietas y siendo la universidad un paraguas que podía ofrecer quizás algunos recursos que no eran los recursos económicos o materiales que quizás la comunidad necesitaba, pero si podíamos ser un puente para poder gestionar esos recursos. La experiencia con los comités fue muy enriquecedora y está en marcha, no se terminó.

—Desde la secretaría de extensión plantean que hay 50 proyectos de extensión, cuatro millones y medio de proyectos financiados y 50 actividades de extensión financiadas que involucran a aproximadamente 5000 participantes. ¿Cómo coordinan todo esto en época de pandemia?

Se coordina con mucho esfuerzo, la universidad tiene buena parte de su personal universitario trabajando desde sus casas como muches de nosotres, con lo cual todo el soporte administrativo que fue necesario para esta tarea, requirió de establecer nuevas estrategias de trabajo y nuevos acuerdos con distintas áreas de la universidad para que esos proyectos no solo tengan los fondos sino que los puedan usar. Porque no es solo poder asignarle un subsidio al proyecto, sino que ese proyecto después lo puedan hacer material y poner en juego con las necesidades comunitarias.

Y también muchísima coordinación y muchísima confianza en el equipo de trabajo de la secretaria, nosotros contamos con un equipo de programas de gestión de la secretaria y de coordinación de los centros de extensión, que se han venido consolidando en esta etapa de gestión, lo que permitió llegar a esta situación con un equipo formado. Esto hizo posible que con algunas pautas generales pudiéramos presidir de vernos y aun así sentir que todos estábamos remando para el mismo lado, sentir que la universidad seguía presente en el territorio y que los equipos podían trabajas con libertad cada uno entendiendo la realidad que les tocó.

Con la municipalidad también se abrieron muchas posibilidades de trabajo que después por distintas razones se discontinuaron en alguna instancia no pudieron prosperar, por eso también es tan importante el acompañamiento que hacemos a los comités barriales en sus jornadas de lucha, de exigir a la municipalidad que en algún sentido retome algún eje un trabajo que sigue siendo fundamental para la supervivencia de un montón de asociaciones comunitarias.

—Sobre la modificación de reglamento de becas de extensión y partir del año pasado se le dio un nuevo horizonte y un nuevo impulso ¿Qué nos podés contar sobre esa propuesta?

La posibilidad de tener estudiantes que de forma rentada, es decir, como parte de un proceso de aprendizaje, pudiendo dedicarle una porción de su vida cotidiana a la extensión y la posibilidad de que no tengan que disputar ese tiempo contra otras ocupaciones, es realmente una decisión clara de apostar a que la extensión la sigan protagonizando los y las estudiantes. Y al mismo tiempo de entenderla como parte del proceso de aprendizaje y construcción de conocimientos, no solo en clave de resolver problemáticas de la sociedad.

Entonces en ese sentido, la modificación de la OCS del reglamento de becas de la ordenanza del consejo superior, posibilito mejores condiciones para cada estudiante que acceda a una beca de extensión que va a poder gozar de beneficios sociales, de obra social, va a tener las mismas condiciones que tenía un estudiante con una beca de investigación. Ahora apostamos a que se siga manteniendo la cuota remunerada pero que además tengan estos beneficios que en este contexto se hacían urgentes.

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