El presidente, Alberto Fernández, mantuvo una reunión con su ministro de Educación, Nicolás Trotta, para debatir cómo continuará la situación del ciclo lectivo a partir del 30 de abril, cuando venzan las restricciones vigentes.

Luego de las diferencias que se generaron en torno a la suspensión de clases en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el Gobierno nacional anunció a través de un comunicado de prensa, que el jefe de Estado y el funcionario evaluaron “la situación de la presencialidad cuidada en todo el territorio argentino”. Además, durante el encuentro se debatieron los pasos a seguir en el AMBA una vez que venza el decreto presidencial, el próximo 30 de abril.

La propuesta que seguirían es la misma que el ministro Trotta presentó en el Consejo Federal de Educación, el plan busca bajar la circulación en el transporte público de la comunidad educativa, disminuir la cantidad de días de asistencia a clases o definir cierres parciales que seguirían un orden de prioridad.

A su vez, Trotta expuso las alternativas para el Interior del país, que desarrolló su cartera para “desplegar una agenda de presencialidad administrada que permita reducir la circulación en aquellas zonas que presenten mayor riesgo epidemiológico debido al crecimiento exponencial de casos”.

El objetivo principal es terminar con la discusión sobre la presencialidad y avanzar con medidas que puedan favorecer la baja de la circulación sin afectar que los alumnos asistan a los colegios, según detallaron cerca de Trotta. 

Para el resto del país, el Presidente y el ministro de Educación dejaron abierta la posibilidad de reducir la frecuencia de las clases presenciales en la mínima unidad geográfica. Es decir, ya no se considerará a las provincias como un todo, sino que se monitoreará el avance de la segunda ola por localidades.

De hecho, esos cierres parciales ya se aplicaron a partir del lunes en Formosa, Catamarca y La Rioja, donde interrumpieron la presencialidad en los distritos de mayor circulación del virus.

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