El lunes 14 de julio Adriana Metz Romero, hermana del nieto 140, realizó una conferencia de prensa en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo filial Mar del Plata, ubicada en San Martín y Córdoba.

Adriana Metz Romero, integrante de Abuelas de Plaza de Mayo filial Mar del Plata, contó cómo fue su primer contacto con su hermano, el nieto recuperado número 140: «Estoy feliz, es mi primera semana como hermana oficial».

Su primer contacto con su hermano fue a través de WhatsApp: “él se comunicó conmigo por videollamada, charlamos un ratito y quedamos en encontrarnos el lunes después de la conferencia de prensa”, relató Adriana.

Luego de tantos años de espera y de búsqueda, los hermanos Metz Romero se encontraron presencialmente luego de la conferencia de prensa donde Las Abuelas comunicaron la aparición del nieto número 140:Nos abrazamos y estuvimos charlando 4 horas de un montón de cosas y de un montón de nada”, recordó la integrante de Abuelas de Plaza de Mayo.

Al enterarse de la noticia, la primera reacción fue “contarles a mis hijos y a mis conocidos”. Tal fue la emoción que tuvo que contenerse para no contarle a todo el mundo el hallazgo de su hermano ”en un momento dije si sigo avisando así va a llegar el momento de la conferencia y no va a ir nadie porque ya le avisé a todo el mundo”, bromeó Adriana.

¿Cómo se enteró Adriana de la existencia de su hermano?

El nieto 140 es hijo de Graciela Romero y Raúl Metz, militantes políticos secuestrados y desaparecidos en Bahía Blanca por la dictadura militar en 1976. Cuando la pareja desapareció, Graciela estaba embarazada de cinco meses y, gracias al testimonio de sobrevivientes, su familia se enteró del nacimiento del chico.

Durante casi 50 años, Adriana buscó incansablemente a su hermano: “Se buscaba con la esperanza de encontrarlo, la certeza no la tuvimos hasta que no recibimos el testimonio de una sobreviviente que fue testigo en el centro clandestino «La Escuelita», que ella escuchó en el centro que iba a nacer un bebe. A ella le dieron la posibilidad del exilio y comenzó a difundir lo que pasaba, en ese entonces vio el anunció de mi abuelo y en ese momento buscó el contacto con mi abuelo y le contó que nació un varón el 17 de abril y a los 4 o 5 días entró alguien y se lo llevó. Esa era la única certeza”, dijo.

Ahora, después de compartir una extensa charla cara a cara con su hermano, Adriana le mandó el árbol genealógico de la familia Metz-Romero para que pueda conocer en profundidad a su familia biológica, luego de una conversación donde “le tiré nombres y me dijo que todos esos nombres que le decía le rebotaban porque no le quedaba nada, entonces le envié el árbol genealógico”.

Sobre la identidad de su hermano, advirtió que ella puede hablar de la familia de mi hermano, de la lucha, de la búsqueda, pero no de lo que él vivió “si él quiere contar en un futuro la historia de lo que vivió hasta el 4 de julio de 2025, si en algún momento lo quiere contar, lo va a contar él”.

¿Cómo sigue la búsqueda de Las Abuelas en un contexto negacionista?

En un momento donde el gobierno está desfinanciado a Las Abuelas y se extiende un mensaje negacionista, Adriana fue tajante: “Al negacionismo le respondemos con el 140 y con todos los que vengan”.

En este sentido, agregó que “pueden negar lo que se les cante, pero con los delitos de lesa humanidad hay muchas sentencias en el país que dicen que esto pasó. Muchos sobrevivientes se la jugaron denunciando en el exterior y en la Argentina, Las Abuelas comenzaron la búsqueda y la lucha en plena dictadura”.

Entendemos que en democracia debería ser más fácil, bueno, no, hay un gobierno de turno que dice que te la va a complicar, como se la complica a Las Abuelas con el banco nacional de bancos genéticos, quitándole autarquía al banco, eso no termina con la búsqueda pero la obstaculiza», criticó Metz Romero.

«Hay que encontrarnos en la calle para reclamar y recuperar los espacios que no deberíamos haber perdido”, dijo sobre el posicionamiento del gobierno nacional.

Al finalizar la conferencia de prensa, Adriana Metz Romero resaltó que “hay que continuar la búsqueda porque el mío ya lo encontré, pero quedan encontrar alrededor de 300 hombres y mujeres que tienen su derecho a la identidad totalmente vulnerado”.

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