En Trama Educativa Radio conversamos con Daniel Reynoso, historiador, sobre las figuras de Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes.
-¿Por qué los consideramos héroes?
Desde los orígenes de la historia siempre los héroes juegan un rol principal en lo que hace a la construcción de la Nación. La idea de la nacionalidad, de una cultura. A esto podemos decir que Mitre, a mediados del siglo IX, comienza esta construcción de los héroes nacionales, esos modelos a imitar, esas personas que son perfectas, un ejemplo.
En el caso de Belgrano tiene una doble condición, primero que es un civil, que lo aleja del mundo militarizado, de lo que era la confrontación del siglo XIX. En segundo lugar, que también es militar porque asume las características de ser una persona proveniente del mundo del comercio. Su padre era un gran comerciante de la ciudad de Buenos Aires, terminó casi hundido en la miseria y eso generaba una sensación de que se podía tener un ejemplo y un modelo de alguien a quien imitar.
-¿Formó parte del Consulado?
Fue parte del Consulado. Belgrano siempre fue Borbón, por eso los colores celeste y blanco que lo llevan siempre. Él pensaba, de acuerdo a las reformas borbónicas, que el comercio tenía que ser una herramienta, pero no una finalidad. Por esto es el padre de la Economía, en Argentina se lo considera el primer economista.
Él, muy cercano al pensamiento de los fisiócratas, esto es pensar que la economía tiene leyes, trataba de arrimar a lo que eran las actividades económicas, pero siempre planteando que para él el fin era llegar a la industria. Él decía: “Es el comercio, es la agricultura, es la ganadería, pero la finalidad es que lleguemos a la industria”.
-El oficio agrícola era una de esas cosas destacadas de la fisiocracia
Por supuesto, porque eso tiene que ver con el cambio de época cuando se pasa de pensar en lo que era el mercantilismo y la especulación financiera hacia la producción, que era el libre cambio. En esto se pasaba de pensar que los países más ricos eran lo que tenían oro a pensar que los países más ricos eran los que ponía en producción sus tierras y sus riquezas.
-Es decir que ese prócer que destacamos por ser el creador de la bandera, tenía un pensamiento económico y legal previo, que lo ataba más a la diplomacia que a la guerra
Si, pero también era un personaje indignado. A él esas invasiones inglesas le indignaban mucho como miembro del Consulado. Ver que muchos de sus colegas y muchos de los comerciantes no dudaron en jurar la misma lealtad que tenían por el Rey de España, al Rey de Inglaterra, como él decía, “para seguir comprando por 4 y vendiendo por 8”.
-Muchos dirían que sus propuestas proteccionistas de la Economía hoy lo pondrían en la vereda de en frente de quienes lo adulan en la actualidad
Esta es la época donde sale La riqueza de las naciones de Smith, que tiene un ejemplo que es Buenos Aires, un ejemplo de lo que no hay que hacer, que es el proteccionismo, el corporativismo. Belgrano plantea esto porque plantea hay que ir por la agricultura, pero a sembrar cáñamo, porque el cáñamo sirve para hacer sogas y las sogas son parte de lo que generaría una marina con mayor intercambio para vender los productos. Eso está en sus escritos y es fantástico porque él estaba muy influido por los economistas italianos, que destacan el rol del Estado dentro de lo que era la organización de la economía.
Manuel Belgrano es un héroe nacional, va a estar siempre. Mucho tiene que ver de la persona que dejó todo de lado por seguir un proyecto, que era construir un país
Daniel Reynoso, historiador
-¿Cómo lo vinculamos con su participación en el Primer Gobierno Patrio y luego con el Ejército del Norte?
En esa Primera Junta, que está compuesta por muchos sectores, él participa dentro de lo que es el sector más revolucionario. Él está con su primo Castelli, con Mariano Moreno y con Juan José Paso. Ese bloque asume el rol de instalar la revolución de un discurso absolutamente revolucionario. Que no es el discurso que va a tener Buenos Aires con Artigas, sino, que es el discurso de integrar los pueblos originarios en el norte, terminar con los impuestos, confrontar con las élites dirigentes de Salta y Tucumán. Ahí es donde las batallas que da, las negociaciones, las que pierde son territorios que hoy no tenemos: Paraguay y Alto Perú; y las que ganamos que es Salta y Tucumán son los territorios que tenemos. Esa es la enorme validez de la figura de Belgrano.
-¿Qué hizo y cómo se fue desarrollando la figura de prócer argentino de Martin Miguel de Güemes?
Martín Miguel de Güemes tenía una diferencia de 16 años con Belgrano, pero los dos participaron de las invasiones inglesas. Güemes había sido enviado por su padre a estudiar a Buenos Aires, pertenecía al sector más acomodado de la sociedad de Salta. Era una persona que no se llevaba bien con el resto de sus colegas, comerciantes, agricultores, estancieros y es por esto que cuando retorna a Salta va a tener mucho contacto con el ejército del norte. Primero una relación tensa con Belgrano, pero después medió San Martin y se fueron acercando las posiciones, hasta que terminaron siendo bastante cercanos y amigos. Incluso de recomendarse por distintas afecciones los médicos, porque Güemes padecía de hemofilia y esto hacia que tuviera que tener muchísimo cuidado con su salud y la cercanía a los médicos, y Belgrano ya en los últimos años venía con fuertes problemas de salud.
-En esto del Ejército del Norte y la barrera que plantaba Güemes, ¿con qué recursos contaba para poder hacer frente al intento de reconquista por parte de los españoles?
Yo creo siempre, y lo descubrí tardíamente recorriendo el lugar, que la principal herramienta fue la participación de la gente de los valles Calchaquíes. Uno cuando llega a una plaza de un pueblito que se llama Seclantás, cerca de la Ruta 40, se encuentra que hay una enorme placa que dice “Aquí tuvo lugar una Asamblea de los vecinos cuando decidieron apoyar al General Belgrano“, y también a Güemes para decidir si iban a poyar o no La Revolución de Mayo. Uno siempre habla del apoyo de la gente, pero cuando uno ve en una plaza que se reúne gente de distintos lugares, y que obviamente ahí hay una composición social fantástica, porque participan los pueblos originarios, los mestizos, los negros libertos, los ciudadanos españoles, ahí uno entiende esa mezcla y esa riqueza que tiene la forma en la que se defendió el norte, que no fue a través de las batallas.
Las batallas habían sido en 1812 en Salta y Tucumán, afortunadamente con buen saldo para Belgrano. Pero después lentamente se comenzó a ver, después de la Independencia, en 1816, 1817, que eso no se podía defender con un ejército regular. El primero que lo ve es San Martín, por eso dice vamos a ir a otro tipo de guerra, que es una guerra de guerrilla, con el apoyo popular. Y el frenar a los españoles desde distintos puntos geográficos, no confrontando directamente, pero mantenerlos a raya. Estamos hablando de miles de kilómetros de distancia, desde Cuyo se pudieron armar un ejército para cruzar a Chile y desde ahí iniciar una liberación del territorio.
-¿Cuál era el rol de Güemes en estas guerrillas?
Él es un líder que maneja a Los Infernales, esos gauchos que lo acompañaban para atacar los puntos de logística, la vanguardia que enviaba el ejército desde el Alto Perú. Uno siempre piensa que de un lado están los criollos y del otro lado están los españoles, en realidad lo que tenemos son criollos y españoles de los dos lados y tienen un modelo distinto de como ejercer la política en ese territorio. Era una persona que no tenía cargo militar, sino que ejercía el poder militar.
-¿Por qué tuvimos que esperar hasta el 2016 para que la figura de Güemes sea reconocida con un feriado?
Siempre estamos esperando algo y muchas veces esto tiene que ver con los héroes federales. Hay héroes que son implantados desde lo que fue en su momento la hegemonía de Buenos Aires y Mitre, principalmente como historiador. Después cuando se empieza a revitalizar las historias provinciales, locales, se ve que hubo otros acompañamientos. Pasa mucho también con el rol de la mujer, porque acá pegada está Juana Azurduy, a todo este proceso.
No nos podemos olvidar ni de Juana Azurduy, ni de Güemes, ni de Belgrano, ni de San Martin
Daniel Reynoso, historiador
-¿El de Juana Azurduy cuándo tendría que ser?
Hay varias fechas y varios olvidos porque la figura de Juana Azurduy es la más incómoda. En 1850 cuando ella había perdido a su marido, sus 5 hijos, después de haber luchado por la independencia de América Latina durante tanto tiempo, le pide al Congreso de la Nación una pensión para poder subsistir y es ahí cuando se la designa en un cargo de General de la Nación y se le da ese subsidio para que pueda vivir. Por eso hay varias fechas que podrías tener. De cuando aparece en su primera batalla, de cuando pierde su última batalla, de cuando es reconocida como General de la Nación.
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