Por Jennifer Lucchelli Woollands
jenluc89@gmail.com
Centro de Estudios Históricos (CEHiS)
Grupo Historia Social Argentina (HISA)

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la enfermedad de Alzheimer es una forma de demencia que afecta a más de 55 millones de personas en el mundo. Así, más del 60% de ellos residen en países de mediano y bajo ingreso. Dentro de su rastreo histórico, se ubica al año 1901 como transcendente, dado que allí, un médico llamado Alois Alzheimer, encontró una serie una paciente de 51 años que padecía una progresiva pérdida de memoria, desorientación, paranoia, trastornos conductuales, y dificultades del habla. Este neuropatólogo observó que la mujer doliente carecía de un lenguaje adecuado, y no podía ordenar sus ideas. Después del fallecimiento de la mujer, en 1906, usó los informes y los diagnósticos, para entender que había ocurrido en su cerebro.

En el año 1910 en un Manual de Psiquiatría se publicó el epónimo de la Enfermedad de Alzheimer y la Demencia Senil. A la par que este especialista se dedicó a la dolencia, hubo otro neuropatólogo de origen checo, Oskar Fischer, que había estudiado el cerebro de dieciséis pacientes. Este último afirmó que la presencia de placas oscuras en determinadas áreas cerebrales era la causa de comportamientos seniles. Si bien, en investigaciones

previas ya habían sido estudiadas las modificaciones en las actitudes de los sujetos sociales con demencia senil, por parte de ambos. Ambos sostuvieron teorías con algunas diferencias, por ejemplo, en su carácter infeccioso, las características preseniles, por lo cual, la distinción entre Alzheimer y Senilidad, se fue dejando patente en los diversos comunicados médicos.

Así en la primera parte del siglo pasado, el mal de Alzheimer se había identificado con el envejecimiento normal de los actores sociales. En la década de los años 60´, hubo una transformación en el conocimiento de la patología, que fue descripta como una enfermedad y no una variante de la vejez de los individuos. Un decenio después los estudios científicos fueron en aumento, lo que permitió la emergencia de nuevas
herramientas, técnicas, etc. En los 80´ se buscó explicar la función de las placas seniles y los ovillos neurofibrilares y las alteraciones de la dolencia en el cerebro. En los 90´, los estudios genéticos marcaron su influencia dentro del campo de estudios del Alzheimer y las demencias. Hallando factores involucrados en su desarrollo, tales como: la hipertensión arterial, diabetes, enfermedad cerebrovascular. En el 2009 se descubrieron tres genes vinculados al Alzheimer tardío. Lo cierto es que ha representado el paradigma de la contemporaneidad, y lejos de disminuir, se prevé un crecimiento exponencial. La forma de evitarlo es con ejercicio regular, no fumar ni beber alcohol, el control del peso, etc.

BIBLIOGRAFÍA:

  • https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/dementia
  • AA.VV. La historia olvidada del alzhéimer: recordando a Oskar Fischer. Rev. Chil.
    Neuro – Psiquiat, 2024, pp. 83-85.
  • FUENTES, Patricio. Alzheimer´s disease: A historical note. Rev. Chil. Neuro –
    Psiquiatr, V. 41, Supl. 2, 2003.
  • LIBRE GUERRA, Jorge Jesús y DÍAZ MARANTE, Juan Pablo. Demencias y
    enfermedad de Alzheimer un recorrido por la historia. GEROINFO, Vol. 9, Nro. 1,
    2014, pp. 1-17.

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