– ¿Qué acciones está llevando a cabo la UNMdP respecto a la crisis presupuestaria?

Esta es una situación bastante compleja que surgió, por supuesto, con el cambio de administración. Nosotros como Universidad y como sistema universitario público, a través del Consejo Interuniversitario Nacional, venimos realizando acciones permanentemente a lo largo de los últimos meses, tratando de encontrar canales de diálogo que den respuesta a la problemática. Nosotros, en un comunicado de febrero, planteábamos 5 puntos: la actualización de los gastos de funcionamiento; el retraso salarial que ya se insinuaba en las remuneraciones docentes y no docentes; la parálisis del sistema de ciencia y tecnología; la total parálisis de los programas de infraestuctura universitarios y de Construir Ciencia y, por último, la desactualización de las becas universitarias. Con ese planteo, estuvimos dialogando con el Ejecutivo sin respuesta y eso generó la maravillosa marcha del 23 de abril, donde no nos cansamos de agradecer el apoyo que nos brindó la ciudadanía, que superó todas las expectativas.

Fruto de ese respaldo, fruto de las discusiones que se fueron dando en la Cámara de Diputados de la Nación, se pudo alcanzar un acuerdo de actualización de los gastos de funcionamiento. Ese acuerdo se está cumpliendo, están llegando los recursos en tiempo y forma, está previsto de acá a fin de año. Siempre se está discutiendo el tema inflación y que se esté actualizando, pero digamos que está encaminado. Respecto a la cuestión salarial, evidentemente seguimos con mucho conflicto porque los aumentos otorgados por el gobierno nacional suman en su totalidad, desde que asumieron hasta la fecha, un 73% o 74% si contamos el 3% previsto para agosto y estamos hablando de una inflación del 120%. Hay una brecha enorme que significa una pérdida de poder adquisitivo muy grande para todos los sueldos de la Universdiad y esto es lo que ha venido generando medidas de fuerza por parte de las organizaciones gremiales representativas de cada sector, que se han profundizado ahora en este segundo cuatrimestre.

– La declaración de una emergencia salarial, ¿qué implica?

Se suma a otros posicionamientos que han tomado otros consejos superiores de otras universidades. El nuestro es uno más, es un reflejo de lo que los gremios vienen manifestando. Me parece que esto ratifica y pone blanco sobre negro, es decir, no es un problema sectorial, no es un capricho de tal o cual organización gremial, sino que estamos frente a un problema real y objetivo que hace que una gran cantidad de docentes y no docentes de las categorías salariales más bajas estén debajo de la línea de la pobreza y hay un retraso muy significativo, incluso más significativo que trabajadores del sector público. Entonces, evidentemente es una situación que exige una propuesta seria y responsable por parte del gobierno que permita encontrar un punto de equilibro. Los representantes gremiales siempre actúan con mucha racionalidad, lo que pasa es que si la propuesta es como se recibió en la última paritaria, que el aumento para el mes de agosto va a ser del 3% y el de septiembre del 2%, son propuestas salariales que se parecen bastante a una provocación, no a una propuesta que busque encontrar una solución al conflicto.

– En estas medidas también se desfinanció el Conicet y la convocatoria a becas, ¿la universidad está tomando acción en esto?

Particularmenete hubo una situación en relación a los becarios que están llevando adelante sus posdoctorados. Para ser investigador del Conicet hay que rendir un examen para entrar y hay que tener cierto recorrido académico previo, como en este caso, posdoctorado. Usualmente, los becarios eran becarios hasta que llegaba ese examen, donde se veía si ingresaban a su carrera. Dicha beca terminó el 31 de julio y los exámenes se van a organizar en marzo de 2025, es decir, personas que estaban estudiando, con una alta capacitación, que son recursos muy importantes para la investigación como para la enseñanza en todas las universidades del país, se iban a ver sin ingresos y totalmente desprotegidos hasta que llegara la posibilidad de dar ese examen. Así que nos reunimos con ellos, eran 13 becarios y les ofrecimos una alternativa compensatoria con un contrato docente a término y le dimos, también, la oportunidad de que dediquen parte de ese estudio a dar clases en las disciplinas afines. Aceptaron de muy buena manera y los que no estaban muy de acuerdo, hemos logrado saldar ese bache que se va a generar hasta marzo.

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