Por Adrián Giudice

En una nueva propuesta de este espacio para escribir sobre Economía Social y Solidaria intentaré volver a la senda de debatir y discutir los contenidos de ambas teorías y por qué, me anticipo a la conclusión, ambas forman parte de una misma identidad, de una misma concepción de la realidad y como parte de la construcción de la solución a los problemas que nos dejará la economía capitalista.

Para ello, mi punto de partida lo fui definiendo en la primera entrega, cuando planteaba que los recursos que tenemos al alcance no son escasos, ni finitos, ni valuables. Por qué? Porque no considero a la imaginación, el trabajo, ni la naturaleza algo que podamos poner en crisis cuando se comparten valores, principios y objetivos comunes en una vida en comunidad.

Seguramente la naturaleza ha sido y es en la actualidad la que se observa con mayor facilidad que se ha violentado y se ha puesto en riesgo por la sobreexplotación por parte de un modelo de producción que sólo entiende de la acumulación de rédito por las finanzas apostadas, por encima de las necesidades que pretende satisfacer y por encima de las personas que “pretende” contener.

Por otro lado, la Economía Social y Solidaria, entiende y respeta a la naturaleza como fundamental e imprescindible para sostener a las generaciones futuras más que a las actuales. Es por ello, que uno de sus principios fundantes es el respeto del medio y del entorno en el cual vivimos y trabajamos. Si comprendemos que la naturaleza no es sólo el espacio donde vivimos, sino también el lugar donde trabajamos, la comunidad debe generar maquinaria, tecnología y bienes que sean coherentes con este objetivo.

Por otro lado, las personas…cuando la Economía Social y Solidaria considera como actor fundamental a las personas significa que las personas son el centro de preocupación y de ocupación de ésta “Economía” es decir que lo que se busca es la reproducción de las personas y la reproducción de la vida cotidiana de las personas.

¿Y esto qué significa?

Desde mi lugar, en principio considera a las personas como trabajadoras y que para la satisfacción de sus necesidades debe contemplar a las otras personas como parte de un mismo sistema y de un acto cotidiano de compartir. En este compartir cotidiano, no sólo que excluye la competencia como hecho fundante de las relaciones personales y laborales. Y la reproducción de la vida cotidiana como la posibilidad de realizar tareas y acciones que permita que las personas puedan vivir en familia y en comunidad con la idea del “buen vivir” y contemplando a la naturaleza de manera sustentable y sostenible. Además, del disfrute, las personas debemos encontrar en nuestro trabajo, no sólo el sustento económico y de alimento, sino también la posibilidad de realización personal en aquellas tareas que permitan que nos sintamos felices y congraciados por lo que realizamos.

Es por ello, que interpreto que la Economía Social y Solidaria se preocupa y se ocupa de generar las condiciones para lograr los objetivos planteados por las personas que vivimos en una comunidad.

¿Cuál es el instrumento utilizado?

Para ello, la Economía Social y Solidaria, toma para sí dos herramientas de la política moderna. Por un lado la participación de sus miembros en la toma de decisiones, instando no sólo a involucrarse en el momento de la toma de éstas, sino también en el proceso previo y en la ejecución de las mismas. Para ello, todas las personas que forman parte deben tener la información necesaria para estar en igualdad de condiciones. Por otro lado, y no por ello menos importante, la democracia como método de decisión para el debate, discusión y elección de “todas” las decisiones del colectivo participante. Una vez más, la puesta en común de la información toma un carácter fundamental para quienes la reciben, sino también para quienes la emiten.

Es la Economía Social y Solidaria la forma más sencilla y más rápida para obtener los objetivos…seguramente no.

Nunca se planteó ser una alternativa rápida ni un atajo. Pero sí se planteó ser la que obtiene los resultados con todos sus actores e integrantes involucrados.

Es una nueva o distinta dimensión de lo que conocemos como normal, común o única. Es la manera de producir, distribuir y consumir que no atenta contra su medio o entorno y que no intenta dejar a nadie por fuera.

Hasta la próxima

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